La reunión de ministros de Economía y presidentes de bancos centrales de los países del G-20 prevista para hoy en la ciudad australiana de Cairns no contará con la presencia del ministro Axel Kicillof, ni el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, a pesar de que el tema a abordar será la reestructuración de la deuda externa de los países, considerado relevante por las naciones miembro, y central para la Argentina, que integra el grupo.
Por el Ministerio de Economía sólo viajaron técnicos de segunda línea que siguen los temas del G-20, pero no Kicillof ni tampoco el secretario de Finanzas, Pablo López.
En Economía el faltazo se justificó señalando que en Buenos Aires “hay varias cuestiones para resolver” y la distancia con Australia implicaba tres días de viaje, en medio del tratamiento de la Ley de Abastecimiento, una nueva audiencia por la deuda en Nueva York y la presentación del Presupuesto.
Si bien Kicillof en su viaje a China destinó tres días para estar sólo uno y medio en Pekín, en esta oportunidad, el Palacio de Hacienda remarcó que, “si el resultado lo amerita, hace el viaje”.
Postergación. Frente a la cumbre prevista para hoy, relativizaron la importancia de la presencia de las máximas autoridades en el foro, y además Economía aclaró que en las asambleas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial previstas para el otoño neoyorquino habrá posibilidades de retomar los contactos con los ministros de otros países.
En representación del Banco Central viajó uno de los directores, Eduardo Barbier, debido a que la agenda de la entidad demanda la presencia de Fábrega en Buenos Aires.
La comitiva argentina tendrá la oportunidad de participar del debate sobre la necesidad de creación de nuevas cláusulas para las reestructuraciones soberanas.
Al respecto, el secretario brasileño de Asuntos Internacionales, Carlos Márcio Conzendey, quien propuso junto con Francia el tema de discusión, en declaraciones a EFE se refirió a la decisión del juez Thomas Griesa quien favoreció a los fondos que no aceptaron los canjes de deuda y luego demandaron a la Argentina para cobrar los bonos de deuda pública.
Cozendey sostuvo: “tenemos problemas sistémicos y debemos tratar este tema ya que el G-20 aborda todos los problemas que afectan a la economía global y éste puede tener un efecto importante en la economía global”, agregó la agencia.
Dijo que los efectos de este debate no se verán hasta el momento en que otro país intente reestructurar su deuda y el sector privado acepte o no esta medida sabiendo que puede acudir a la Justicia estadounidense para obtener el pago integral de sus bonos.