Comenzó la recta final para la economía de la transición. El próximo domingo asumirá el futuro presidente, Javier Milei, y todo su flamante gabinete. Por estas horas, se empiezan a ver a los actuales funcionarios retirándose de sus oficinas portando cajas con sus pertenencias. En medio de esa foto, en el sector privado, casi todo está paralizado y a la espera de las nuevas medidas gubernamentales que se conocerían el 10 de diciembre en el traspaso presidencial.
Desde las empresas esperan que haya un cambio de expectativas en la economía y le temen a la conflictividad social que fogonean algunos sectores. Por ejemplo, el unes se conoció un comunicado de la CGT que puso un alerta amarillo en un ámbito donde nadie lo esperaba: la cancillería. Desde un comunicado la central obrera (cuyas autoridades no cambian el 10 de diciembre como casi el resto del país), se advirtió que no apoyará las negociaciones entre el Mercosur y la UE.
“Desde la CGT queremos rechazar y alertar en relación al acuerdo Unión Europea – Mercosur y las consecuencias que este traería para los trabajadores y trabajadoras de nuestro país”, reza el comunicado. Ese documento enfatiza que atenta contra millones de empleados de diversos sectores y le reclama a las autoridades nacionales “no firmar dicho acuerdo”.
Esto ocurrió luego de un encuentro de sectores privados de los socios del Mercosur en el que, a la inversa, apoyaron el camino porque a mediano y largo plazo traería más mercados para vender los productos de la región. Esto último iría más en la dirección que pareciera querer imprimirle el futuro Gobierno a su gestión en el sentido de reinsertar a la Argentina en el mundo multilateral.
Las limitantes para la producción
Los focos de incendio no parecen únicamente salir en temas inesperados; también ocurren en el día a día de las compañías. Por ejemplo desde el campo, la industria y los servicios coinciden en alertar sobre las dificultades para acceder a insumos importados. Esos inconvenientes pondrían en riesgo la dinámica productiva del comienzo del año.
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Desde antes de conocerse el resultado electoral, las principales compañías del país vienen señalando que en el primer trimestre e, incluso, semestre del 2024 la economía estará fría. En las últimas horas, esas advertencias recrudecieron.
Deudas del sector privado
Por ejemplo, se estima desde el sector privado que la deuda en curso de las compañías; es decir lo que ya se facturó pero aún no se cobró por las diferentes restricciones al acceso de divisas asciende a unos 38.000 millones de dólares de los cuales, de acuerdo con los cálculos de la Unión Industrial, el 12% correspondería a pequeñas y medianas empresas con espaldas financieras menos holgadas que las grandes compañías.
Esta situación que deberá atender el próximo equipo económico desde el 11 de diciembre le pone presión a los recursos con los que contará la administración entrante pero también a las expectativas con las que operará en el comienzo del año el sector empresarial, una clave troncal para poner en funcionamiento la economía y generar empleo y que eso se vea lo más pronto posible, de acuerdo con los objetivos que se trazó el electo presidente, Javer Milei. Él también deberá, seguramente, ir ajustando sus propias expectativas al día a día, en su gestión.
LM
