El Banco Central volvió ayer a comprar dólares por sexta rueda consecutiva. Según fuentes, la entidad monetaria “tuvo una participación compradora por US$ 65 millones”, con lo cual desde la puesta en marcha el viernes anterior de las nuevas restricciones cambiarias que afectan a los importadores, lo que derivó en una menor demanda en el mercado oficial, el BCRA acumuló compras por US$ 587 millones para engrosar las reservas.
Ese monto es un poco más de la mitad de la sangría de casi 1.000 millones que sufrieron en mayo las reservas en el marco de la estrategia de convalidar un deslizamiento muy gradual del dólar oficial que desalentó la liquidación de divisas por parte de exportadores e incentivó la demanda de los importadores.
De hecho, la comunicación A 7030 del BCRA –que establece que si una empresa tiene Formación de Activos Externos líquidos debe primero disponer de esos recursos para el pago de las importaciones o deudas– buscó evitar que se anticipen pagos de importaciones. Es que, según alegó el BCRA, en el bimestre abril-mayo se pagaron importaciones por 30% más del volumen importado.Se importó por US$ 5.800 millones de dólares y los importadores accedieron a divisas por US$7.500 millones
Jorge Viñas, de Adcap Securities, evaluó que “las mayores restricciones sobre el mercado oficial fueron efectivas para frenar el drenaje de reservas y mostrar una incipiente reversión, pero al costo de sembrar el caos en las operaciones de los importadores y de las empresas privadas en general, tal esquema no se puede sostener por mucho tiempo”. Martín Vauthier, de Eco Go, opinó que “los controles en general en el corto plazo tienden a ser eficaces para revertir el saldo de la intervención del BCRA en el mercado de cambios, esta semana también ayudó que hubo una mejora del tipo en el clima financiero internacional y una expectativa de que se acercaron posiciones por la deuda”. Por su parte, Guido Lorenzo, de LCG, planteó que si bien el BCRA “compró en el spot, sigue vendiendo en el mercado de futuros, mientras más trabas ponga, más desconfianza, por eso sigue vendiendo futuros”.
En este contexto, el dólar minorista para la venta cerró ayer en $ 71,48, una suba semanal de 72 centavos, mientras que el segmento mayorista finalizó a $ 68,99 un alza de 45 centavos en la semana. A su vez, el dólar blue repuntó $ 2 frente al jueves y quedó en $ 125, el mismo valor que hace siete días atrás. Por su parte, los divisas financieras paralelas –CCL y MEP– registraron un incremento semanal de 1,7% y 2%, pese a las restriciciones.
El analista Gustavo Ber lo atribuyó a “que siguen las preocupaciones por la dinámica monetaria, tanto por el acelerado ritmo de la emisión como las dificultades de promover una agresiva esterilización durante una fuerte recesión como la que se está transitando”.