La puja con los fondos buitre animó al cristinismo ideológico a programar un acto en el Luna Park. Las agrupaciones lideradas por Gabriel Mariotto, Gustavo López y Luis D’Elía, entre otros, resolvieron organizar un acto propio para el 12 de agosto bajo el lema “Argentina: Patria o buitres”.
Si La Cámpora es una especie de derivación central de la voluntad presidencial, los convocantes del acto son una prolongación más periférica.
Los principales oradores serán los precandidatos más afines del kirchnerismo ampliado: Agustín Rossi, Sergio Urribarri, Julián Domínguez y Jorge Taiana. Es decir, los presidenciables que suponen una continuidad casi sin cambios respecto al gobierno de Cristina Kirchner, a diferencia de los dos que puntean las encuestas y que directamente no fueron invitados al evento: Daniel Scioli y Florencio Randazzo.
Para no revelar ninguna simpatía particular por alguno de los cuatro postulantes, el discurso de cierre fue ofrecido al diputado Andrés “Cuervo” Larroque, en un gesto a la conducción camporista.
La iniciativa del acto –se espera una convocatoria de 10 mil personas– corre por cuenta de dos sellos kirchneristas: Proyecto Nacional, la agrupación del vicegobernador Mariotto, y Convocatoria Popular, un colectivo de fuerzas que, si bien está dentro de Unidos y Organizados, buscó un paraguas propio para no terminar desdibujado o sencillamente fagocitado por La Cámpora.
“El objetivo es plantar bandera sobre el tema de los buitres, que es un problema de soberanía y no económico”, explica el subsecretario general de la Presidencia, Gustavo López.
A diferencia de Scioli y Randazzo, el procesado Amado Boudou sí figura en la lista de invitados, pero no en la de oradores y tampoco tendrá un rol central. Los organizadores, de todas formas, coinciden con la Presidenta en que la causa Ciccone es un tiro por elevación a ella misma. O al menos así lo afirman en público.
Así, esta rama del kirchnerismo busca concretar una carambola: dar la batalla cultural en contra de los fondos buitre y, al mismo tiempo, capitalizar políticamente el limbo defaultiano en el que entró la Argentina.