ECONOMIA
Variables económicas

¿Es sostenible la recuperación económica que se inició en 2021?

El año pasado se registró una mejora en los números de la actividad y mercado laboral. Sin embargo, de cara al futuro surgen dudas sobre si los datos del 2022 son meramente un arrastre estadístico y no un crecimiento, como prevé el Gobierno.

Empleo formal femenino
Empleo formal femenino | Cedoc

Datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) sobre las cifras de la actividad del año 2021, sostienen que la economía argentina creció un 10,3% respecto del 2020, año en el que había caído 9,9%. Sin embargo, dicha recuperación no fue suficiente para retornar a los niveles de PBI del 2019. 

En 2019, la economía ya venía cayendo, el registro ubica al año 2021 en el menor valor desde el año 2010. Al analizar la demanda, todos los componentes del PBI mostraron una variación interanual positiva en 2021, la información se desprende del informe económico GPS de PwC Argentina. 

Según el relevamiento, la inversión fue el ítem que en 2021 más aumentó; sin embargo, dicho resultado se debe en gran parte a la baja comparación, ya que venía cayendo desde 2018 y con una aceleración de la baja en 2019 y 2020. Asimismo, el consumo avanzó en porcentajes considerables: 10,2% el consumo privado, aunque se encuentra en los niveles más bajos 2010, y 7,8% el consumo público. 

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La recuperación económica de Argentina a dos velocidades

Por el lado de la oferta, el comportamiento de los sectores fue desigual. En comparación interanual respecto de 2020, el único que mostró descenso fue la agricultura, ganadería, caza y silvicultura, sector que se ubica por encima del registro de 2018 (año en que la sequía afectó fuertemente la producción de granos) pero por debajo de 2019. 

Con relación al resto, existen dos grupos: Aquellos que avanzaron respecto del 2020, pero que se sitúan por debajo del 2019. Y aquellos que crecieron también respecto de este último año. 

En definitiva, los números de actividad económica durante 2021 fueron mejores que 2020 y dejan para el 2022 lo que se llama arrastre estadístico. Esto significa que si durante todo 2022 la economía permaneciera como en diciembre de 2021, de piso cabría un crecimiento de 4%

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Enero de este año comenzó con una caída del 0,5%, consecuencia del efecto climático causado por el fenómeno de La Niña; con sequías que han impactado en el desempeño agrícola, pero también en la provisión de energía, lo que ha traído consigo cortes en la industria. Asimismo, durante el primer mes del año avanzó la variante Ómicron del Covid-19, generando aumento en el ausentismo laboral.

El panorama para los meses que vienen

Para los meses que están por venir existe cierta incertidumbre sobre el devenir de la actividad. Si bien se espera una tendencia de crecimiento, su magnitud podría estar condicionada a la disponibilidad de importaciones que se están viendo afectadas por la restricción de divisas que enfrenta el país; lo que llevó al Banco Central de la República Argentina a imponer trabas a la compra de bienes externos, de los cuales varias actividades son dependientes. 

¿Se trasladó la mejora en la actividad al mercado laboral?

A priori, los resultados fueron alentadores. La Población Económicamente Activa (PEA), es decir, aquellas personas en edad de trabajar que tienen o buscan activamente trabajo, aumentó el 45% a fines de 2020 al 46,9%. El ascenso de la PEA indica la reincorporación al mercado de población que, estando en edad de trabajar, había salido del mismo. 

Por otra parte, la tasa de empleo se levó a su máximo de la serie histórica. Esto indica que más personas se encuentran trabajando y es congruente con a baja de la tasa de desempleo, que, en el cuarto trimestre de 2021, registró 7%; cuatro puntos porcentuales inferiores al registro del mismo trimestre de 2020 y al menor porcentaje para un cuarto trimestre desde 2014. 

informe económico GPS de PwC Argentina 20220503

No obstante, esos datos de aquellos que se encuentran ocupados dan cuenta que todavía más del 30% de los empleados asalariados no aporta al sistema de seguridad social, es decir, no se encuentran registrados. 

Durante el 2021, dicho porcentaje ha ido aumentando, cerrando el cuarto trimestre en 33,3% (0,6 puntos porcentuales por encima del registro del año previo), aunque por debajo de los datos de 2019, cuando se encontraba cerca del 36%. 

Esto indica que parte del empleo generado ha brotado del mercado informal. Por otra parte, en lo referido al empleo asalariado registrado, se produjo un aumento del empleo privado que permitió llevar su participación, en el cuarto trimestre de 2021, al nivel de 2019 -63% de los asalariados versus el 61% de 2020. El resto se encuentra empleado en el sector público. 

Sobre los ingresos de los trabajadores

La mejora en el empleo no se tradujo en los ingresos de los asalariados. La remuneración promedio sujeta a aportes al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que perciben los trabajadores (RIPTE) que se encuentran en relación de dependencia; y que han sido declarados en forma continua durante los últimos 13 meses, mostró caídas interanuales consecutivas en términos reales desde marzo de 2020 a octubre de 2021, pasando a terreno positivo los tres meses siguientes. 

Al observar la evolución de los salarios por sector, si bien todos los sectores (público, privado y no registrado) han mostrado desde mediados de 2018 una tendencia a la baja de los salarios en términos reales, el sector informal lo ha sufrido más. 

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En términos generales, la tendencia de los salarios reales es a la baja. Se destaca hoteles y restaurantes, cayendo muy por debajo del resto; y no solo en el año de la pandemia, sino que el deterioro ya venía desde 2018. 

El panorama para el 2022 no parece auspicioso, la aceleración de la inflación durante el primer trimestre del año, de 16,1%, pone en duda que los ingresos le puedan al menos empatar a la inflación, lo que derivaría, salvo que se apliquen estímulos, en una desfloración del consumo. 

SE / LR