Cumplidos los primeros diez días desde la fuerte devaluación del peso que llevó al dólar a $ 8 y a una semana de la apertura parcial del cepo cambiario, el dólar blue no descendió en la forma en que al menos el Gobierno esperaba y cerró ayer a un promedio de $ 12,65.
Con una brecha entre la cotización oficial ($ 8,02) de la divisa y la ilegal en torno al 57%, los resultados de las medidas adoptadas por el Gabinete no lograron, hasta el momento, alcanzar la tan deseada convergencia entre ambos tipos de cambio y tampoco frenar la caída de reservas del Banco Central, lo que se nota en las expectativas: todos los actores de la economía viven en un país con un horizonte a no más de tres meses vista.
Sólo en enero, el peso perdió el 23% de valor con respecto al dólar, y alcanzó casi dos tercios de la devaluación total de 2013 (32%). Aun así, las expectativas de que el deslizamiento del tipo de cambio continúe en febrero (aunque a un ritmo menor) pusieron en una suerte de compás de espera a las empresas que no pactan acuerdos más allá de marzo.
Para fuentes de la City, el blue se mantendrá demandado no sólo porque la apertura del cepo es limitada, sino también porque “subsisten los problemas de fondo, como una elevada emisión para financiar el gasto público y la falta de sinceramiento de la medición de precios”. Además, aunque sea de a poco, “los ahorristas esperan que el dólar oficial aumente en los próximos meses”, indican en el mercado.
La consultora Empiria señaló que “es probable que a partir del mes próximo se regrese a un ritmo de devaluación gradual, aunque mucho menos acelerado que el vigente en diciembre y enero”.
Según estimaron, en un escenario optimista “se mantendría el ritmo de devaluación a lo largo del año (mayor en el segundo semestre), llevando el tipo de cambio a un valor cercano a $ 10 para fin de año (lo que implicaría una devaluación punta a punta de algo más del 52%)”.
El mes de la devaluación, de hecho, consagró al euro y al dólar mayorista como las mejores inversiones tradicionales, al tiempo que la acción de Tenaris, productor de tubos sin constura para el petróleo, fue la acción con mejor recorrido. Mientras, la demanda de divisas en el mercado mayorista, donde operan bancos, cerealeras y mineras, continuó a pesar de las medidas tomadas, y la entidad dirigida por Juan Carlos Fábrega debió sacrificar reservas a fin de evitar que el tipo de cambio trepe aún más.
Es por eso que, pese a las medidas cambiarias, el panorama aún no se aclara para los principales actores de la economía que no quieren quedarse cortos con la suba de precios ni los reclamos salariales, y están tan abocados a las señales diarias del Gobierno que hasta pensar en abril les resulta “lejano”. El caso más concreto es el de los gremios que, a la luz de una inflación estimada en enero en torno al 5% según privados, buscan discutir salarios cada tres meses.
El Gobierno pretende “anualizar” el horizonte. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en su habitual rueda de prensa, se expresó en contra de la reapertura de paritarias por trimestres y rechazó que se pacten sumas fijas como plus salarial a cuenta de aumentos.
Aun así, ya comienzan a cerrarse acuerdos de muy corto plazo. Esta semana, bancarios y aceiteros pactaron aumentos de un promedio de 26% para el primer trimestre que serán contemplados en las negociaciones que se retomarán en abril.
En el caso de los bancarios, acordaron una “suma puente” o adelanto de $ 1.800 remunerativos entre enero y marzo, más una compensación extraordinaria por el año 2013 de $ 1.200. Los aceiteros cerraron una gratificación extraordinaria no remunerativa de $ 8.200.
Qué precios. La devaluación no es gratis y acelera remarcaciones. “La corrección en el dólar acelera la tasa de inflación en el margen”, indica el último informe del Estudio Bein, difundido ayer. Según su Relevamiento de Precios Minoristas, las proyecciones de enero apuntan al 4% de costo de vida. El tema es febrero: queda un arrastre estadístico mayor a los 4 puntos, según el reporte.
Así, en el sistema financiero, se notó una fuerte pausa en torno a los planes de negocios, y algunas entidades firmaron acuerdos de promociones con supermercados hasta febrero. Es decir, se comprometen a financiar descuentos en la compra de alimentos por un mes mientras que antes lo hacían por un trimestre.
Fuentes del sector de tarjetas de crédito advirtieron además que el envío de informes que hacían a sus casas matrices en forma trimestral o mensual está siendo reemplazado por un mail diario en el que se describen los cambios cotidianos.
