El miércoles 4 reaparecieron los “aprietes” de Guillermo Moreno por el lado menos pensado. Esta vez llamó a los cambistas más importantes de la City y a un grupo de banqueros: “ Del dólar no se habla más, muchachos. Guarden los pronósticos para otra ocasión. Cuidado que, según lo que vi, ustedes tienen algunas cosas fuera de regla... No me hagan trabajar de más, muchachos”.
Los funcionarios de Economía se negaron a especular sobre el exabrupto, pero admitieron a NOTICIAS un clima oficial enrarecido. ¿Una nueva trepada en demanda de dólares? ¿Otra oleada de retiros de depósitos de los bancos? ¿Rumores de devaluación? Contesta uno de los funcionarios de primera línea del ministerio, incluso con acceso a Olivos: “Creo que más que eso, se trata de una sobrereacción. La crisis empieza a verse con la caída de los índices y algunos agentes económicos se aprovechan y siembran la idea de que en marzo todo puede ser peor”.
La caída. Los principales líderes empresarios, efectivamente, están tomando nota con el ánimo sensibilizado. La construcción viene cayendo por sexto mes consecutivo. Las ventas minoristas bajaron el 6% promedio durante 2008 y se lo considera una tendencia. La producción automotriz se hundió un 55% sólo en enero. Las exportaciones se redujeron un 24% y las importaciones un 11%, síntomas del freno de la actividad económica. El peor dato viene de la recaudación: crece al 11% cuando el promedio de aumento del año pasado se ubicó entre el 35 y 38%. ¿Por qué es el peor dato? Un alto dirigente de la Asociación de Empresarios Argentinos (AEA) explica: “Como todavía el mercado no tiene certezas sobre si habrá o no recesión, las expectativas están centradas en los posibles agujeros fiscales del Gobierno por la baja recaudación. Para decírselo claramente: ¿de dónde va a sacar la plata que empezará a faltar?”.
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