La economía argentina caerá cerca del 6,5% este año, por el efecto de la pandemia pero también por el impacto de la negociación de deuda. La caída local será mayor que la del promedio de América latina, que se estima en -5,3%, según dio a conocer la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su evaluación del impacto del Covid-19. Y también es mayor al 5,7% que estimó el Fondo Monetario Internacional.
El impacto en la región conducirá a "la peor contracción que la región ha sufrido desde 1914 y 1930", según señaló la secretaria general de Cepal, Alicia Bárcena, quien recordó que la región ya acumulaba casi siete años de bajo crecimiento, con un promedio de 0,4% entre 2014 y 2019. “Se prevé un fuerte aumento del desempleo con efectos negativos en pobreza y desigualdad”, remarcó.
La caída de -5,3% para la región, será la peor en toda su historia. El coronavirus se transmitió a América Latina y el Caribe a través de cinco canales: una reducción del comercio internacional, la caída de los precios de los productos primarios, la intensificación de la aversión al riesgo y el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales, una menor demanda de servicios turísticos y una reducción de las remesas.
En Sudamérica, impactará más la caída de la actividad de China, que es un importante mercado para sus exportaciones. El valor de las exportaciones de la región caería cerca de 15%, por la caída de los commodities, a la que ahora también se suma la baja del petróleo que golpeará más a México, según Cepal.
El problema de deuda que atraviesa Argentina no es ajeno a otros países de la región, aunque el país es el único hasta el momento en presentar una oferta de reestructuración de pagos en medio de la pandemia. “Los países de la región han anunciado medidas importantes, las que deben ser reforzadas mediante la ampliación del espacio fiscal. Es urgente acceder a recursos financieros con apoyo flexible de los organismos financieros multilaterales, acompañado de líneas de crédito a bajo costo, alivios del servicio de la deuda y eventuales condonaciones", aseguró la economista.
Desempleo y pobreza. Las proyecciones también anticipan un importante deterioro de los indicadores laborales en 2020. La tasa de desempleo se ubicaría en torno a 11,5%, un aumento de 3,4 puntos porcentuales respecto al nivel de 2019 (8,1%). De esta forma, el número de desempleados de la región llegaría a 37,7 millones. Esto afectará los ingresos de los hogares y su posibilidad de contar con recursos suficientes para satisfacer las necesidades básicas.
En ese contexto, la tasa de pobreza en la región aumentaría en 4,4 puntos porcentuales durante 2020 al pasar de 30,3% a 34,7%, lo que significa un incremento de 29 millones de personas en situación de pobreza. Por su parte, la pobreza extrema crecería en 2,5 puntos porcentuales pasando de 11,0% a 13,5%, lo que representa un incremento de 16 millones de personas.
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“Los líderes del G-20 deben apoyar que las organizaciones multilaterales presten a tasas de interés favorables y alivien de la deuda de los países altamente endeudados, aplazándola o condonándola. De lo contrario, los pagos serán imposibles y se comprometerá el espacio fiscal. Se requieren medidas excepcionales para enfrentar una crisis sin precedentes. No habrá progreso sin cooperación y solidaridad internacionales”, recalcó Alicia Bárcena.
“Hay que prepararse para el mundo post COVID-19. Debemos pensar el futuro de la región en la nueva geografía económica ante la elevada dependencia de manufacturas importadas”, indicó Bárcena. “Se requieren políticas industriales que permitan a la región fortalecer sus capacidades productivas y generar nuevas capacidades en sectores estratégicos”, agregó la funcionaria de las Naciones Unidas.
CP
