Hay un dicho que reza que “la confianza es lo único que no se puede ganar con palabras”. El Gobierno se empeñó en transmitir que la aprobación del acuerdo con el FMI con la llegada del primer desembolso, por US$ 15 mil millones, y la recategorización de la Argentina a mercado emergente eran señales de credibilidad en el país. Pero la brisa aliviadora sobre el mercado cambiario y bursátil se evaporó a diez días de ambas noticias. Si bien el escenario internacional afectó a todos los emergentes, la mala onda de los inversores se “ensañó” con la Argentina, hundiendo bonos y acciones, elevando el riesgo país al mayor nivel en tres años, y desatando una tercera corrida sobre el peso que llevó al dólar a casi $ 30. Fragilidad económica, dudas en el cumplimiento de las metas asumidas con el FMI e incertidumbre electoral para 2019 son las razones enumeradas por economistas a PERFIL.
Nery Persichini, de GMA Capital, afirma que “Argentina es el más débil entre los emergentes porque tiene un déficit de cuenta corriente superior al 5% del PBI. Se espera que siga una fase recesiva en los próximos meses, con lo cual en el exterior están recalculando las proyecciones de ganancias de las empresas a la baja, lo que potenció el recorte de los precios de las acciones y las ventas”. Diego Demarchi, de Balanz, explica que “el mercado de capitales local es muy chico, y cuando hay salida de flujos impacta más fuerte; Argentina es endeble porque necesita financiamiento para corregir distorsiones”. José Echagüe, de Consultatio, plantea que “Argentina no puede estabilizarse sola, muchas cosas están prendidas con alfileres; en la actual situación necesita mostrar una mejora de las variables macrofinancieras para superar la crisis de confianza, y hacerlo a una velocidad relativamente rápida”.
Castigo. Juan Salerno, de Compass Group, juzga que “hay una saña particular, porque por algo tuvo que ir a pedir plata al FMI”, y se suma “la incertidumbre de lo que pasará en 2019 con las elecciones”. Juan Manuel Pazos, de Puente, sostuvo que hay “un combo de menor apetito por deuda emergente y vulnerabilidades propias de Argentina, donde no está claro cómo será el manejo de la tensión entre tasa de interés y tipo de cambio real, ni cuál será la política tarifaria hacia delante. Hubo mucha inversión en sectores que estaban apuntados hacia una normalización de tarifas, y ahora hay dudas”.
Por su parte, el financista Christian Buteler evaluó que “los anuncios no hacen efecto y el mercado quiere ver los números, que bajen el déficit y la inflación, que está costando”. Un informe de Eco Go evaluó que la meta fiscal del 2,7% de 2018 se avizora “cumplible”, pero que “la corrección fiscal a 1,3% del año próximo luce más complicada”.
Pulseada. Ante la disparada del dólar, Lorenzo Sigaut Gravina, de Ecolatina, advirtió que “el problema es que el acuerdo con el FMI da poco margen al BCRA para intervenir con reservas, y ante una corrida, eso le da fuerzas al mercado”, con lo cual opinó que mañana la entidad monetaria “debería anunciar medidas para doblarle la mano” porque, “si no, el dólar se irá a $ 30”. Guido Lorenzo, de ACM, coincidió en que “el BCRA tiene las manos atadas por el FMI” y prevé que en los próximos días “el dólar puede seguir subiendo”. Buteler añadió que “con el valor del dólar puede pasar cualquier cosa”, y que “la única forma de calmarlo es poner dólares sobre la mesa, que el BCRA se ponga al mando para determinar el precio”.
FGS: “No vamos a vender por vender”
El acuerdo con el FMI deja abierta la posibilidad de que se vendan las acciones en poder del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) que administra la Anses. Pero el titular del organismo previsional, Emilio Basavilbaso, aseguró ante una consulta de PERFIL: “No tenemos pensado vender por vender, queremos maximizar el valor del FGS, y ese es el principal criterio por ahora; cuando llegue determinado momento se verá si hay una estrategia distinta”.
El funcionario comentó en una charla con periodistas que “nunca se sacó hasta ahora un peso del FGS”, y que las rentas obtenidas “se reinvierten”. Recordó que la Ley de Reparación Histórica establece que los reajustes primero se paguen con los fondos del blanqueo de capitales, y en ese sentido, dijo que esa plata “nos dura hasta fin de 2019”.