A partir del 1° de enero de 2026 comenzará a regir un nuevo esquema de subsidios energéticos que modificará de manera sustancial la forma en que el Estado asiste a los hogares en el pago de la luz y el gas. El modelo, denominado Subsidios Energéticos Focalizados (SEF), reemplazará la actual segmentación tarifaria por niveles (N1, N2 y N3) y unificará en un único régimen la ayuda para electricidad, gas natural por redes y gas envasado.
La reforma se inscribe en la estrategia oficial de ordenamiento fiscal y corrección de precios relativos, con el objetivo de reducir el peso de los subsidios en las cuentas públicas y avanzar hacia tarifas más alineadas con los costos reales de generación y distribución.
Menos categorías y mayor selectividad
El nuevo esquema elimina el sistema de tres niveles y lo reemplaza por una división más simple: hogares con subsidio y hogares sin subsidio. El acceso al beneficio estará determinado principalmente por el ingreso familiar, con un umbral fijado en torno a tres Canastas Básicas Totales, además de criterios patrimoniales que funcionarán como factor de exclusión.

De esta manera, los hogares que superen ese umbral de ingresos o que registren activos considerados de alto valor quedarán fuera del régimen y comenzarán a pagar el precio pleno de la energía. La focalización busca concentrar los recursos en los sectores de menores ingresos y reducir la cobertura sobre segmentos medios y medios-altos que hasta ahora conservaban algún grado de subsidio.
El nuevo sistema también integra programas preexistentes, como el subsidio a las garrafas, bajo reglas comunes, con controles más estrictos y un padrón unificado de beneficiarios.
Cómo funcionarán los subsidios en luz y gas
En electricidad, los hogares que califiquen para recibir subsidios tendrán una cobertura del 50% del costo de la energía hasta un determinado bloque de consumo. Ese límite será más amplio en los meses de mayor demanda —verano e invierno— y más acotado durante los meses templados. Todo consumo que supere esos topes se abonará sin asistencia estatal.
En el caso del gas natural por redes, el esquema será estacional. El subsidio del 50% se aplicará únicamente durante los meses de mayor consumo, entre abril y septiembre. En el período estival, cuando la demanda es menor, los usuarios subsidiados pagarán el precio pleno del servicio.
Para quienes utilizan gas envasado, el beneficio se mantendrá integrado al nuevo régimen, con descuentos directos definidos bajo los mismos criterios de ingresos y patrimonio que rigen para el resto de los servicios energéticos.
Un año de transición
El Gobierno prevé que 2026 funcione como un año de transición. En enero se aplicará una bonificación adicional que elevará de manera transitoria el nivel de subsidio, tanto en electricidad como en gas, para luego reducirla gradualmente a lo largo del año.
La idea oficial es que, hacia fines de 2026, el esquema quede plenamente consolidado, con un aporte estatal sensiblemente menor al actual y una mayor proporción del costo trasladada a los usuarios finales.
Impacto fiscal y político
Desde el punto de vista fiscal, el rediseño apunta a una reducción estructural del gasto en subsidios energéticos, uno de los componentes más relevantes del gasto primario en los últimos años. En términos políticos y sociales, el cambio anticipa un escenario de mayor presión sobre las facturas de los hogares que pierdan el beneficio, en un contexto en el que el Gobierno apuesta a sostener el ajuste con una red de asistencia más acotada y focalizada.
La luz y el gas suben 2,8% en promedio en diciembre de 2025
El nuevo esquema marca así un punto de inflexión en la política energética que impulsa el gobierno de Javier Milei y que apunta a tener menos subsidios generalizados, mayor selectividad y un sendero de convergencia hacia tarifas más realistas, con impacto directo en el bolsillo de los usuarios y en el equilibrio de las cuentas públicas.
Las claves del nuevo esquema de subsidios energéticos 2026
• Fin de la segmentación por niveles. Desaparecen los actuales N1, N2 y N3. El sistema se simplifica en dos grupos: hogares con subsidio y hogares sin subsidio.
• Focalización por ingresos y patrimonio. El acceso al beneficio se define por el ingreso familiar (hasta alrededor de tres Canastas Básicas Totales) y por criterios patrimoniales que excluyen a hogares con activos de alto valor.
• Subsidio parcial y con tope de consumo. En electricidad, el Estado cubre hasta el 50% del costo solo dentro de bloques de consumo definidos. El excedente se paga a tarifa plena.
• Gas con esquema estacional. El subsidio se aplica únicamente en los meses de mayor demanda (abril a septiembre). En verano, incluso los hogares subsidiados pagan el precio completo.
• Integración de programas existentes. El nuevo régimen unifica subsidios a la luz, el gas por redes y las garrafas, reemplazando esquemas previos como el Programa Hogar.
• Año de transición. Durante 2026 habrá bonificaciones transitorias, con mayor subsidio al inicio del año y una reducción gradual hasta su eliminación.
• Objetivo fiscal. La reforma busca reducir de manera estructural el gasto en subsidios energéticos y avanzar hacia tarifas más alineadas con los costos reales del sistema
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