ELESPIA
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Nilda Garre y su divertida “ceremonia del adios”

- Rodríguez Larreta mandó a su tropa a testear el Metrobús. - Patricia Bullrich, celular en mano, sigue atenta a sus nietos. - La fórmula kirchnerista: concentración vs. dispersión.

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Fue una despedida peronista: con menú peronista, decorado peronista y en un lugar peronista, desde el nombre mismo. La agasajada, en una de las noches más frías de lo que va del año, fue la ex ministra de Seguridad, Nilda Garré, antes de su partida hacia Washington DC como embajadora de la Argentina ante la Organización de Estados Americanos. La cita fue en el restaurante Los Octubres, propiedad del legislador kirchnerista Juan Carlos Dante Gullo, quien junto al hermano y ex jefe de gabinete de la flamante diplomática, Raúl Garré, pensaron en un encuentro informal con familiares, y referentes y candidatos del oficialismo. Entre quienes disfrutaron de un menú que destaca que la ensalada se llama ensalada y no colchón de hojas verdes se vio también a algunos miembros del Poder Judicial, como la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, y el juez de la Corte Suprema Raúl Eugenio Zaffaroni. Como suelen hacer muchos comensales, los invitados se sacaban fotos con un micrófono vintage –réplica del que usaban Perón y Evita–, o en el minibalcón de la Casa Rosada instalado en el lugar por el dueño del restó, un fanático declarado de la memorabilia justicialista. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, también se sumó a la despedida, al igual que los candidatos Daniel Filmus, Carlos Heller –que recibió algunas bromas por la nueva camiseta rosada que acaba de lanzar Boca Juniors– y Ricardo Forster, quien conversaba con el periodista Horacio Verbitsky, con Jorge “Quito” Aragón y Francisco “Tito” Nenna. A la hora de la cena, el decreto 961 de Cristina Kirchner, en el que se nombra formalmente a Garré como embajadora, estaba en la imprenta y fue publicado horas después en el Boletín Oficial. (Ver fotos en el recuadro destacado de esta página).

Axel es mio, mio...
La televisión importa para sumar y convencer en una carrera electoral pero esta vez es en Twitter donde operadores, asesores e incluso funcionarios de los candidatos debaten y se pasan factura. Y, a veces, el tono empleado por los contendientes convierte a los mediáticos, que otrora monopolizaban la red y la televisión, en personajes de Disney. Esta semana, sciolistas y massistas dieron, en sucesivos 140 caracteres, muestras de cuán efusivos pueden llegar ser. En uno de estos se ubicó, por ejemplo, Carlos Giannella –subsecretario de Scioli–; del otro, Juan José Amondarain, hombre de confianza de Sergio “el doctor” Massa. En una acalorada contienda, el primero le preguntaba al segundo si habían llamado a Axel (el cantante) para disculparse por utilizarle la canción Todo vuelve como jingle en la campaña de Massa. Y ahí comienza un “diálogo” entre ambos que culmina con Gianella respondiendo que, a pedido de Amondarain, habló con Axel quien le dijo que su voto se inclinaría por Martín Insaurralde. Por su parte, el cantante explicó en Facebook que el hit en cuestión es un corte de su nuevo CD y no un jingle político.

Francisco, Francisco
Siguiendo con anécdotas de “la cablera” moderna, es decir Twitter, fue otro sciolista quien, en este caso, aprovechó la visita del Papa a Brasil para colar un “pensamiento” de campaña. Alberto Pérez, jefe de Gabinete de Scioli, escribió durante el paso del sumo pontífice por Copacabana: “Por Brasil brilla un Francisco que nos llama al amor, paz e inclusión. (...) / Por Bs. As. oscurece cuando otro Francisco habla de límites, divisiones y exclusión”.

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La red antes que la TV
Se sabe que en un debate televisivo resulta fundamental para cada candidato tratar de dejar en claro que su desempeño ha sido el más sólido, más allá de las conclusiones que pueda sacar cada televidente. Pero el debate que protagonizaron Prat-Gay, Solanas y Terragno esta semana es otro ejemplo de que la campaña se juega en las redes sociales: el programa fue grabado y los periodistas presentes tenían prohibido adelantar lo sucedido hasta que no se emitiera; pero finalizada la grabación, los respectivos equipos de comunicación trabajaron en las redes para prodigar loas a sus jefes. Así, Prat-Gay logró sacar ventaja antes de que la emisión saliera al aire.

Ahora, abuela
Podrá olvidar una agenda, algún que otro papel sobre temas de coyuntura e incluso informes con datos de encuestas, pero lo que nunca olvida desde hace casi un mes Patricia Bullrich es su teléfono celular porque está en contacto permanente con su hijo Francisco y su nuera Belén para saber cómo evolucionan sus nietos. “Los mellizos están en el feedlot, en proceso de engorde”, bromea la legisladora cuando un asesor le pregunta por Lautaro y Benjamín, quienes nacieron prematuros y por prevención, ante tanto virus de estación y tanto frío polar, permanecerán internados unas semanas más. Por ahora, Bullrich no ha cargado en su celular fotos de los pequeños, sólo anda con un par que le regaló su hijo quien, casi al mismo tiempo que los anotó en el Registro Civil, los hizo socios de San Lorenzo.

‘Deja Vu’ en metrobus
Horacio Rodríguez Larreta reunió a comienzo de semana a diputados, legisladores y candidatos en el Salón Dorado de la Casa de la Cultura porteña y sonrió cuando menos de la mitad de los casi 200 presentes levantó la mano cuando les preguntó si tenían la tarjeta Sube. En dos mediodías consecutivos y conducidos por “timoneles”, –chicos munidos de folletería y tarjeta Sube para pagarles el boleto–, los legisladores PRO y sus aliados políticos tuvieron que comprobar in situ el funcionamiento del Metrobús, explicar a los pasajeros de los colectivos cómo funcionaría el sistema y, también, escuchar sus comentarios. Fue una experiencia “enriquecedora” para casi todos, no sólo porque recibieron menos críticas de las que esperaban, sino, porque muchos experimentaron un déjà vu: recordaron cómo es viajar en transporte público.

Aun incondicional
En el quincho del Smata, ubicado en el noveno piso de la sede gremial, el análisis numérico de los últimos sondeos electorales era optimista entre los candidatos del Frente para la Victoria presentes. La apuesta, comentaban en el cóctel, es “concentración versus la dispersión”. En cristiano: el oficialismo confía en que los 22 o 24 puntos de intención de voto que puedan tener Daniel Filmus y Juan Cabandié en la Ciudad en las Paso no se dispersen en octubre, como estiman que pasará con los votantes del frente Unen. Otro comentario que sorprendía de los referentes kirchneristas era el trabajo que viene realizando Scioli para colaborar –pese a muchos años de maltrato por parte del oficialismo– en la “invención” de Martín Insaurralde como candidato; los dirigentes advertían –y se codeaban– hasta qué punto ha llegado la entrega del gobernador bonaerense, que durante casi una hora respiró sin chistar las bocanadas de humo que largaba el anfitrión, Ricardo Pignanelli.

Prevenir, luego imitar
Pese a la polémica por el Metrobús, en el macrismo se agrandaban esta semana señalando que la idea es tan buena que ya ha tenido incluso rebote en otros países. Es que, pocas horas después de que el gobierno porteño lanzara los carriles exclusivos para los colectivos de la 9 de Julio, se supo que el gobierno de Paraguay estudia proyectar un sistema similar en Asunción. Un legislador opositor se ofreció a viajar al país vecino para avisar antes de que sea tarde que deben prestar atención a la ubicación de las puertas en los vehículos, para no tener que cambiar las manos de los carriles como sucedió en el caso porteño.