En comparación con el pasado año, en 2018 se registró un incremento del 25% en los casamientos de parejas del mismo sexo en Brasil y un 42% de aumento en San Paulo, la ciudad más grande del país. Los especialistas aseguran que la celeridad por casarse antes de fin de año se atribuye al ascenso a la presidencia de Jair Bolsonaro, acérrimo opositor del matrimonio gay y autodenominado un "homófobo orgulloso".
Renan Quinalha, profesor de derecho de la Universidad Federal de San Paulo, señaló que sería difícil prohibir totalmente los matrimonios del mismo sexo, ya que la Corte Suprema del país falló de forma unánime a favor en 2011 y cualquier intento de revocar ese fallo podría ser apelado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. El futuro vicepresidente brasileño, Hamilton Mourão, afirmó que el próximo gobierno no tiene intención de modificar la ley de matrimonio homosexual, pero defiende que el matrimonio convencional solo tiene lugar entre un hombre y una mujer.
La directora de diversidad sexual del Colegio de Abogados de Brasil, Maria Berenice Dias, recomendó a las parejas que quieran formalizar su unión que lo hagan antes de fin de año, "a modo de precaución" antes de la jura del excapitán Bolsonaro como sucesor de Michel Temer el 1 de enero de 2019. En respuesta, algunas parejas y organizaciones comenzaron a organizar bodas colectivas y un refugio LGTB de San Paulo consiguió reunir el dinero suficiente para las tasas legales y para ofrecer una fiesta para 100 parejas del mismo sexo a fin de este mes.
"Muchas personas homosexuales temen que el efecto inmediato de la elección de Bolsonaro sea empoderar la retórica homófoba y la violencia callejera", dijo el Guardian. "El presidente electo ha prometido gobernar para todos, pero los activistas ya informaron un aumento aterrador de la violencia física o verbal contra la comunidad LGTB.
El mismo refugio también reunió fondos para pagar las tasas notariales para que 150 personas trans puedan cambiarse el nombre y el género antes de que Bolsonaro asuma la presidencia. Pedro Pires, un hombre trans, dijo que había retrasado su cambio de nombre por el costo, pero que la elección de Bolsonaro convirtió el tema en algo urgente. "Estos derechos son frágiles. Tenemos miedo de perderlos en cualquier momento una vez que él sea presidente", dijo citado por el diario inglés The Guardian.
Durante sus 30 años de carrera política, Bolsonaro no ocultó su homofobia. En 2011 dijo en una entrevista que preferiría que su hijo muriera antes de que fuera homosexual, y el año pasado fue multado por "daños morales colectivos" tras manifestar en la televisión que él nunca hubiera tenido un hijo gay porque sus hijos "están bien educados" y que él "no promovía malos hábitos".
Días antes de las elecciones, incluso, Bolsonaro firmó un compromiso con la Iglesia católica que establece que él defenderá y promoverá "el verdadero significado del matrimonio, como la unión entre un hombre y una mujer". Bolsonaro también dijo años atrás que el Estado debería enfocarse atender a los pacientes que sufren "enfermedades desafortunadas, no personas vergonzosas que se drogan o se contagian de sida por ser promiscuos".
D.S.
