Los bombardeos israelíes en Damasco, que este miércoles alcanzaron el cuartel general del ejército sirio, dejaron al menos tres muertos y 34 heridos, según lo anunció el ministerio sirio de Salud.
Los ataques destruyeron un ala del edificio, de cuatro pisos y aledaño al Ministerio de Defensa. La famosa plaza de los Omeyas, que da al complejo, por lo regular llena de gente, estaba vacía, excepto ambulancias y vehículos militares.
A partir del escándalo, las tropas israelíes intentaron controlar a las multitudes e impedir que los drusos cruzaran a territorio sirio. Los soldados israelíes en los Altos del Golán lanzaron gases lacrimógenos para mantener el orden a lo largo de la frontera fuertemente fortificada mientras decenas de personas intentaban cruzar, según AFP.

En los Altos del Golán, decenas de ciudadanos drusos se congregaron frente al alambre de púas que separa Israel de Siria, con banderas y cánticos en apoyo a sus familiares del otro lado de la frontera. Muchos vestían los tradicionales atuendos drusos, con túnicas negras y gorras blancas. Faiz Shakir, uno de los manifestantes, expresó su frustración al conocer los reportes de atrocidades cometidas contra la comunidad drusa en Siria. “Solo queremos ayudar a nuestras familias... mi esposa, mi madre, mis tíos están allá”, dijo con impotencia.
Según el ejército israelí, un grupo de manifestantes intentó cruzar la frontera, mientras que al mismo tiempo, varios civiles israelíes lograron ingresar a territorio sirio en la zona de Majdal Shams. Las tropas israelíes intervinieron para impedir nuevas infiltraciones y repatriar a quienes ya habían cruzado. El despliegue militar se intensificó en los últimos días en medio de un contexto de creciente tensión, luego de que las fuerzas del gobierno sirio reprimieran con violencia a miembros de la comunidad drusa en Sweida, al sur del país.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos denunció que al menos 27 civiles drusos fueron asesinados desde el domingo en ejecuciones sumarias perpetradas por efectivos de los ministerios de Defensa e Interior sirios. Israel, que alberga a unos 153.000 ciudadanos drusos, reiteró su compromiso de proteger a esta minoría. Sin embargo, analistas sostienen que el verdadero objetivo de Tel Aviv es mantener alejado al gobierno sirio de su frontera norte. En febrero, el primer ministro Benjamin Netanyahu ya había advertido que no aceptaría presencia militar de Damasco cerca del territorio israelí.

Actualmente, unos 22.000 drusos residen en los Altos del Golán bajo estatus de residentes permanentes, aunque la mayoría conserva su nacionalidad siria. La tensión alcanzó un nuevo punto crítico esta semana: Netanyahu calificó la situación en Sweida como “muy grave” y pidió a los ciudadanos no cruzar la frontera, advirtiendo que “ponen en peligro sus vidas”. Por su parte, el ministro de Defensa, Israel Katz, endureció el tono y anunció que las tropas operarían “con fuerza” en Sweida hasta lograr el retiro total de las fuerzas que atacaron a la comunidad drusa.
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El momento del ataque fue registrado en vivo durante la emisión de un noticiero
La imagen de una periodista analizando la situación en el sur de Siria se transformó en segundos en una escena de impacto y caos. Mientras hablaba en vivo para el canal libanés Al Mayadeen, un destello y una columna de humo interrumpieron su informe: el estruendo de un misil israelí no tardó en llegar. La mujer se asustó y desapareció del encuadre. Había comenzado el ataque.
El proyectil impactó contra el cuartel del Estado Mayor sirio, en las afueras de Damasco. El video, que registró el instante exacto del bombardeo en tiempo real, se viralizó rápidamente. No solo por su fuerza visual, sino porque captó con nitidez el inicio de una ofensiva mientras se cubría en vivo el despliegue militar. Poco después, el ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, compartió el clip como una suerte de confirmación pública.
Katz ya había declarado que Israel no dejará desprotegida a la comunidad drusa en Siria y advirtió que las Fuerzas de Defensa intensificarán sus ataques si el ejército de Damasco no se retira del sur del país. Su mensaje fue directo: el bombardeo fue tanto una acción militar como un gesto político, transmitido en vivo ante los ojos del mundo.
TC