Los principales líderes de Europa —el primer ministro británico Keir Starmer, el presidente francés Emmanuel Macron y el canciller alemán Friedrich Merz— mantuvieron en Londres una reunión con Volodímir Zelenski para definir una postura común frente al borrador de paz impulsado por Estados Unidos. A lo largo de la jornada, la cumbre estuvo marcada por la inquietud: las presiones públicas de Donald Trump, el cálculo militar que favorece al Kremlin y un nuevo documento de Estrategia Global que advierte sobre “diferencias ideológicas” entre Washington y sus aliados.
A pesar de que el planteo generó rechazo inmediato en Kiev y en varias capitales occidentales, la propuesta impulsada por Estados Unidos exige que Ucrania ceda cerca del 15% del territorio que aún controla en Donbás, incluidas posiciones defensivas clave, a cambio de un alto el fuego. De esta manera, Trump acusó a Zelenski de “no haber leído” el plan, una frase que generó malestar justo en medio de las discusiones internas del equipo ucraniano.
Zelenski llega a esta instancia con una presión múltiple: la ofensiva rusa mantiene un ritmo constante, el desgaste logístico complica la reposición de tropas y municiones, y la incertidumbre sobre el rol de Trump condiciona cada decisión militar y diplomática. Al mismo tiempo, los gobiernos europeos consideran que la supervivencia de Ucrania es determinante para la estabilidad del continente, una posición que reforzaron en Londres con mensajes públicos.


Unas horas antes de retomarse las negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia, Kiev sufrió uno de sus ataques más intensos en semanas, con más de 650 drones y 51 misiles lanzados por Rusia en 29 zonas diferentes del país, lo que afectó severamente la infraestructura energética y de transporte, complicando aún más la situación logística y civil.
Al menos seis civiles resultaron heridos debido a estos ataques masivos, resaltando el nivel de violencia y tensión en el terreno justo antes de las conversaciones diplomáticas clave para intentar una resolución del conflicto.
Qué dice el plan de paz de Estados Unidos para Ucrania

El plan inicial de Washington contenía 28 puntos que encendieron aún más las alarmas: proponía una reducción del Ejército ucraniano a 600.000 efectivos mediante la baja de 200.000 soldados y la retirada total de las fuerzas de Kiev del Donbás. Al mismo tiempo, incluía la renuncia permanente a ingresar en la OTAN, la creación de una zona desmilitarizada bajo control ruso y el reconocimiento internacional de áreas ocupadas en Donetsk.
Sumado a eso, la exigencia de entregar las últimas zonas que Ucrania mantiene en Donetsk, además de conservar las líneas de contacto actuales en Jersón y Zaporiyia como reconocimiento de facto de la ocupación. El borrador prohibía el despliegue futuro de tropas de la OTAN en territorio ucraniano y proponía que el país financiara parte de sus propias garantías de seguridad. Como contrapartida, ofrecía un pacto de no agresión, la realización de elecciones en un plazo de 100 días desde la firma y la reincorporación progresiva de Moscú al G8 y a los mercados globales.
Automáticamente, el texto fue rechazado por Zelenski por considerarlo “inadmisible”, lo que llevó a una revisión apoyada por socios europeos. El resultado fue una versión reducida de 19 puntos, todavía en discusión y sin el aval definitivo de ninguna de las partes involucradas. Entre los diplomáticos que participan de las conversaciones se instaló la idea de que las próximas semanas serán decisivas para determinar si el borrador avanza, se modifica o se descarta.
MV / EM