INTERNACIONAL

Argentina asume en el Consejo de Seguridad de la ONU sin compromisos

Por un mes, el país conducirá uno de los órganos fundamentales de Naciones Unidas. No adoptarán documentos pero prometen debatir.

El desempeño argentino en el Consejo sería deliberativo, actitud bastante lejana respecto al perfil activo que prometía en 2013.
| AFP.

Pese a los embates del gobierno contra Estados Unidos y Alemania, Argentina todavía conserva su lugar en el mapa internacional: desde octubre, y durante un mes, presidirá el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Como miembro no permanente, el país estará hasta noviembre a cargo de uno de los órganos fundamentales de la ONU, responsable de mantener la paz y la seguridad a nivel internacional.

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El desempeño argentino en el Consejo sería deliberativo, actitud bastante lejana respecto al perfil activo que prometía en 2013. La embajadora argentina ante la ONU, María Cristina Perceval, anunció: “No prevemos la adopción de ningún documento”. “Esta presidencia considera muy importante debatir a fondo los temas. Ya próximos a terminar nuestra membresía en el Consejo de Seguridad, Argentina reafirma que es necesario pensar para tomar mejores decisiones”, explicó la ex subsecretaría de Promoción de Derechos Humanos de la Nación.

Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores prefirió darle más resonancia a la noticia. “Argentina desempeñará la Presidencia teniendo presente la necesidad de fortalecer el órgano en un momento en que la comunidad internacional busca dar respuesta a varios desafíos que recientemente han cobrado muchas víctimas”, expresó mediante un comunicado.

Para Cancillería, hay dos objetivos claros de acción: “estabilizar y fortalecer a varios Estados que han enfrentado conflictos armados” ante " ante el número creciente de refugiados. La problemática es alarmante: según la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), sólo en 2013 unos 51,2 millones de personas se vieron obligadas a dejar sus hogares por enfrentamientos armados, violencia generalizada o la violación sistemática de sus derechos humanos. Si bien el organismo no dio a conocer las cifras de 2014, es de esperar que la cantidad de migrantes forzados aumente, en parte como consecuencia de los conflictos en Medio Oriente y África.

De acuerdo con la cartera liderada por el canciller Héctor Timerman, Argentina “seguirá promoviendo la acción multilateral, la no intervención en asuntos internos, la transparencia y la mayor democratización de las Naciones Unidas, con pleno respeto a los derechos humanos y al derecho humanitario con el convencimiento de que la paz duradera se construye sobre la base de la verdad, justicia y la igualdad así como el desarrollo socio-económico y la inclusión social”.

De momento, Perceval confirmó que el 21 de octubre habrá un “debate abierto” sobre Oriente Medio y el caso palestino, mientras la entidad espera la resolución que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abas, prometió presentar durante su discurso en la Asamblea General. Según había advertido el mandatario, exigiría el retiro de Israel de los territorios palestinos ocupados desde 1967.

Otros de los temas que Argentina intentará abordar en el Consejo serán los métodos de trabajo de ese órgano y el impacto social de las migraciones forzadas. Según la propia Perceval en rueda de prensa, cerca del 80 por ciento de los desplazados y refugiados en todo el mundo son mujeres y niños.

Reformas. Argentina fue elegida como Miembro no Permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para el período 2013-2014 con apoyo de países de América latina y el Caribe. Junto con el país, durante este período, el Consejo estuvo integrado -además de sus cinco miembros permanentes, China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos- por Chad, Chile, Lituania, Jordania, Nigeria, Australia, Ruanda, Luxemburgo y Corea del Sur.

Este año, varios países de Latinoamérica reclamaron una reforma esencial del Consejo, en especial por la composición de los cinco miembros permanentes, que se mantiene desde su origen, tras la Segunda Guerra Mundial.

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, abogó en la Asamblea Nacional por una “reforma genuina para superar la parálisis” del órgano. No es la única que quiere un asiento permanente: con Brasil, Japón, Alemania y la India, fuerzan el planteo para revisar a los cinco fijos, que ostentan el cuestionado poder de veto de cualquier resolución.

La mandataria chilena, Michelle Bachelet, se sumó a su homóloga y consideró que un cambio en la constitución del Consejo es “una tarea pendiente que exige decisión política”. A su vez, el jefe de Estado mexicano, Enrique Peña Nieto, pidió “una organización más eficaz”, en línea con la dinámica internacional actual. Incluso Venezuela se plegó al pedido.

Las críticas contra los miembros permanentes se han vuelto una afrenta casi personal para Argentina, que no logra imponer en la agenda el reclamo por la soberanía en las Islas Malvinas. El tema fue expuesto otra vez por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner días atrás, en su presentación ante el Consejo.

La Presidenta cuestionó que el Reino Unido no se sentara a una eventual negociación con Argentina. “Nadie se preocupa porque no hay ningún veto del Consejo de Seguridad, porque lo que pasa es que la Argentina no forma parte del Consejo de Seguridad ni de las naciones que deciden en el mundo”, se quejó Fernández de Kirchner.

“Nada se va a solucionar mientras valga más el voto de los cinco permanentes que están sentados en el Consejo de Seguridad, más que el voto de Costa de Marfil, Ghana o de Kenia, o de Egipto, o de Uganda, de Argentina o Emiratos Árabes”, apuntó Cristina. Reino Unido es uno de los cinco y tiene las cartas a su favor.

 

 

(*) Editora ejecutiva de Perfil.com