El número de víctimas fatales por el sismo de 7,1 grados que sacudió los estados de Puebla y Morelos en México asciende a 248. Según confirmaron las autoridades, entre esos muertos se encuentran 21 niños que al momento de la tragedia estaban en una escuela.
El presidente Enrique Peña Nieto, que estaba fuera de la capital al momento del sismo y regresó para coordinar las labores de rescate, visitó por la noche la escuela primaria Enrique Rebsamen, un edificio de tres pisos que se desplomó con el sismo.
"Lamentablemente varias personas han perdido la vida, incluyendo niñas y niños, en centros educativos, edificios y viviendas. Quiero expresar mis condolencias a quienes perdieron un familiar o un ser querido", dijo Peña Nieto en su primer mensaje tras el terremoto.
"Tenemos 26 muertos, de los cuales cinco son adultos y 21 niños. Tenemos 11 niños rescatados y de personas atrapadas oscila entre 30 y 40", expresó a la cadena mexicana Televisa el oficial José Luis Vergara, encargado de coordinar el rescate luego de referirse al colegio donde se hizo presente el mandatario.
Siguiendo con el diagnóstico de la situación, Puente aclaró que la cifra de muertos puede aumentar dado que se "reportan personas desaparecidas que se teme estén en los escombros de decenas de edificios colapsados”.
La tragedia ocurrió a las 13.14 de México y tuvo su epicentro entre los estados de Puebla y Morelos, cerca de la capital del país. Hace 32 años, esa ciudad fue devastada por otro poderoso terremoto. En esa ocasión, el temblor fue de 8,1 grados y dejó más de 10.000 muertos.
Debido al sismo, el aeropuerto internacional de Ciudad de México suspendió operaciones durante más de tres horas. De acuerdo con los primeros datos brindados por la alcaldía de la capital nacional, unos 50 edificios colapsaron en zonas del centro y sur de la ciudad. Cientos de rescatistas, más de 3.600 militares y numerosos civiles voluntarios continua retirando los escombros.
Los barrios más afectados se encuentran sin energía eléctrica, interrumpida por las autoridades para evitar posibles explosiones ya que se reportaban fugas de gas natural.
Las autoridades han dispuesto albergues para que pasen la noche familias que han perdido su casa o registra severos daños estructurales, mientras que otras pernoctaban en la calle o donde familiares.
En Puebla, un estado conocido por sus construcciones coloniales, varios templos católicos resultaron afectados e incluso once "personas murieron al quedar atrapadas en una iglesia que se derrumbó" en el poblado de Atzala, afirmó el secretario de Gobierno, Diódoro Carrasco.
El pasado 7 de septiembre, un terremoto de 8,1, el más fuerte en un siglo en México, causó 96 muertos y más de 200 heridos en el sur del país, especialmente en los estados de Oaxaca y de Chiapas.