El principal sospechoso en la desaparición de Madeleine McCann, Christian Brueckner, fue descrito por los fiscales alemanas como un "psicópata sádico" debido a sus presuntas fantasías sexuales, las cuales incluyen "rituales de tortura y humillación". Sumado a esto, lo acusaron de "divertirse con el sufrimiento de las víctimas".
Las descripciones tuvieron lugar en el marco del juicio en su contra por distintos delitos sexuales, no relacionados al caso de McCann, incluidos tres casos de violación y dos imputaciones por masturbarse delante de niños. Por ese motivo, la fiscalía solicitó una condena de 15 años para el hombre, quien ya se encuentra cumpliendo una pena de prisión por otro caso de violación.
La fiscal general Ute Lindemann, que dirigió la investigación, reveló citas explícitas de las fantasías de abuso sexual que supuestamente Brueckner había escrito y se hallaron en su buzón de correo electrónico. En ese sentido, los detalles son tan gráficos que un psiquiatra forense, Christian Riedeman, indicó en la última audiencia que ni siquiera se podrían leer en el tribunal, aunque la fiscal omitió la recomendación.
Una de las historias trataba sobre el secuestro de una madre de 25 años y su hija pequeña, las cuales fueron llevadas en una camioneta a una granja abandonada para posteriormente encerrarlas en dos habitaciones separadas y golpearlas. Según el relato, la mujer fue atada por las piernas a barras de acero y tuvo que ver a través de una cámara cómo la niña era violada por vía oral, vaginal y anal por un hombre de negro, que llevaba una máscara con ranuras para los ojos y la boca.
A lo largo de la narración, Lindemann argumentó que existe un vínculo directo entre los detalles de la fantasía y la violación de la ciudadana irlandesa Hazel Behan en Portugal. En ese sentido, la mujer también fue violada por un hombre que llevaba una máscara negra, con ranuras para los ojos y la nariz. Asimismo, fue atada por las piernas a las patas de metal de la barra del desayuno, antes de ser violada analmente allí, en su dormitorio y en la sala de estar.
Para la fiscal, esas historias están relacionadas con "fantasías fundamentales, los rituales de tortura y humillación y la diversión del sufrimiento de las víctimas". Al respecto, hizo referencia a que, en uno de los presuntos relatos, Brueckner había escrito que le había dicho a la niña víctima de abuso: "¿Tienes miedo? Bien. Porque te voy a hacer mucho daño y te voy a hacer gritar muy fuerte", antes de detallar explícitamente exactamente cómo la iba a violar.
Ese detalle fue relacionado con el hecho de que Behan fue consultada por su violador previo al episodio: "¿Tienes miedo, no?". Cuando la mujer contestó que no, fue agredida sexualmente y el culpable volvió a preguntar: "¿Ahora tienes miedo?". "Aquí se trata de la excitación a través del miedo y la humillación de las víctimas femeninas", expresó Lindemann.
Sumado a esto, la fiscalía conectó con Brueckner otra historia, escrita para niños a partir de seis años, "en el que se muestra como un violador de niños excepcionalmente brutal". En dicho escrito, describe la forma en que viola a niñas por vía vaginal, anal y oral, además de utilizar látigos y atarlas. Sobre ese punto, la fiscal recordó que, en todos los casos en los que se lo acusa, el hombre habría abusado a las mujeres de diversas formas, a la par que las ató para humillarlas y asustarlas, y usó látigos para lastimarlas.
El análisis del psiquiatra forense: "Pertenece a la máxima categoría de peligrosidad"
En la audiencia del viernes pasado, el psiquiatra forense del tribunal, Christian Riedemann, dio a conocer los resultados de su evaluación sobre Brueckner. Al respecto, el profesional advirtió que el acusado "pertenece a la máxima categoría de peligrosidad". Asimismo, concluyó que no podía aceptar ninguna responsabilidad por sus actos criminales y que tenía una "inflación" de su propia importancia.
Además, determinó que el alemán tenía un "trastorno de preferencia sexual", así como "elementos sádicos y pedófilos". En concreto, manifestó que el imputado parecía obtener una sensación de satisfacción al atormentar, subyugar y humillar a otros, a la vez que alertó que había "una probabilidad del 30 al 50%" de que pudiera cometer más delitos en dos años si era liberado.
Sumado a esto, fue descrito como un hombre que mostraba una variedad de malos comportamientos hacia los guardias de la prisión y que intentaba constantemente causar problemas. También se le tildó de "arrogante", "manipulador", "pasivo-agresivo", "cínico" e "inaccesible".
Si bien el médico intentó entrevistar a Brueckner, este último se opuso. "Me gustaría hacerle muchas preguntas. Se ha negado a ser evaluado. Por lo tanto, tengo que especular sobre muchas cosas", explicó Riedemann. Por ese motivo, recurrió a los archivos de la prisión como base para su evaluación y utilizó un modelo en el que se lo comparó con otros 1.078 criminales.
Las críticas de la fiscalía a la jueza del caso
En tanto, la fiscal general Lindemann había intentado oficialmente que la jueza actual, Ute Insa Engemann, sea apartada del caso, alegando que está sesgada a favor de la defensa. "Estoy convencida de que la sala no se interesará seriamente por mi opinión, porque ya ha expresado que está decidida a absolver al acusado", argumentó.
Sumado a esto, sostuvo que quedó impactada por el interrogatorio que la magistrada hizo a un testigo de la policía, el cual "a veces daba la impresión de que el policía estaba sentado en el banquillo de los acusados". También se refirió al caso de un testigo de la acusación, Manfred Seifert, expresando que la jueza le había puesto bajo tanta presión y había mostrado tal "agresividad" que, al cabo de cinco horas, el hombre ya no sabía lo que estaba diciendo y no podía hilvanar una frase correctamente.
El sospechoso de la desaparición de Madeleine McCann habría secuestrado a otra niña unos días antes
Durante su presentación de alegato, la fiscal argumentó que debería condenar a Brueckner por los delitos sexuales de los que se le acusa. "El abogado defensor dijo en una entrevista que lo importante para él es ganar, pero la acusación no tiene por qué ganar. Mi trabajo es asegurarme de averiguar qué ocurre y luego hacer que los implicados rindan cuentas", expresó.
En julio, la acusación sufrió un revés cuando la jueza dictaminó que las pruebas contra Brueckner en relación con los cargos sexuales eran "insuficientes", lo que fue interpretado como un indicio de que podría ser absuelto. Si llegara a ese veredicto, las autoridades alemanas tendrían que poder demostrar que representa un peligro para la sociedad para poder imponerle una "detención preventiva" y mantenerlo entre rejas.
MB / Gi