Washington - Hillary Clinton impidió el martes el final de su lucha por ser la primera mujer presidenta de Estados Unidos con dos necesitados triunfos en las primarias de Ohio y Texas, que pusieron final a una racha de 11 victorias consecutivas de su rival, Barack Obama.
La victoria de McCain, el senador de Arizona de 71 años, estaba prevista hace varias semanas y quedó confirmada gracias a su victoria en los cuatro estados que había en juego: Rhode Island, Ohio, Texas y Vermont. No tardó en empezar a hacer campaña contra los demócratas: dijo que dejará que su rival proponga "volver a los grandes y fallidos gobiernos nacionales de los 60s y 70s".
Con alrededor de las 98% de las mesas escrutadas, Hillary Clinton tenía el 55% de los votos en Ohio (contra 44% de Obama) y 51% en Texas, los dos estados más importantes (aunque el extraño sistema de elección texana tuvo una interna tradicional, la que ganó la ex primera dama, pero también un caucus, que son especies de mini-convenciones, y ahí ganó Obama con el 52%). De los dos estados más chicos que había en competencia ayer, Clinton se quedó con Rhode Island (58%) y Obama con Vermont (60%).
La victoria de Hillary Clinton no le permite superar a Obama en número de delegados. Según la agencia Associated Press, Obama tenía 1.477 delegados antes de la elección de ayer y Clinton 1.391. Falta definir los 170 de ayer más que nada porque el caucus de Texas, que da delegados adicionales a los de la interna tradicional en el mismo estado, no estaban definidos todavía. Son necesarios 2.025 delegados para ser el candidato demócrata.
McCain, en cambio necesitó de 1.191 delegados para quedarse con la nominación republicana. El jueves lo recibirá Bush en la Casa Blanca. Para muchos republicanos, McCain es un candidato incómodo porque si bien apoya la política militar del gobierno, es crítico de muchas otras políticas oficiales, al punto de ser considerado un republicano "liberal."