La corona que el rey Carlos III recibirá el día de su coronación, en mayo del año que viene, fue cuidadosamente retirada de la Torre de Londres, donde se conserva desde hace siglos, y trasladada a un lugar secreto para ser redimensionada y adaptada a la cabeza del monarca.
Una "operación de ultra alta seguridad", realizada el viernes por la noche "bajo vigilancia armada" llevó la Corona de San Eduardo (St. Edward's Crown) hasta un sitio no revelado para que Mark Appleby, de la joyería "Mappin and Webb" realice los cambios necesarios para que Carlos III la reciba.
Joyero oficial de la monarquía británica desde 2017, Appleby pasará los próximos meses trabajando para asegurarse de que la corona con incrustaciones de diamantes sea lo suficientemente grande como para que quepa la cabeza del rey cuando el arzobispo de Canterbury lo consagre.
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La coronación de un nuevo monarca no tiene lugar inmediatamente después de la muerte del precedente, para permitir un periodo de luto y la organización de una ceremonia compleja y meticuloso, que se realiza siguiendo la muy orquestada "operación Gold Orb".
De esta forma, el hijo y sucesor de la fallecida reina Isabel II será coronado junto a su esposa, la reina consorte Camilla el próximo 6 de mayo en la Abadia de Westminster, el escenario de todas las coronaciones de reyes de Inglaterra desde el siglo XI.
El rey quiere que su coronación sea más moderna, más breve, más inclusiva y más barata que las de la reina Isabel (1953) y sus antecesores, aunque el ceremonial conservará los rituales más importantes, entre ellos la sagrada unción y la entrega de las 'Joyas de la Corona' al rey y su esposa.
La Corona de San Eduardo, bautizada así en honor al santo rey y patrono de Inglaterra, fue hecha para el rey Carlos II en 1661 para sustituir una corona medieval que, según se cree, había sido fundida por los parlamentarios en 1649 tras la revolución y ejecución del rey.
La coronación del rey Carlos III tiene fecha, pero será reducida, moderna y barata
Encargada al joyero real Robert Vyner, fue creada como una réplica de la corona medieval de Eduardo el Confesor, el último rey anglosajón de Inglaterra. La joya sigue el diseño original de cuatro cruces-pattée y cuatro flores de lis, y dos arcos.
Además, la corona (de 30 cms de alto) está compuesta por una montura de oro macizo engastada con rubíes, amatistas, zafiros, granates, topacios y turmalinas y rematado con un gorro de terciopelo y una banda de armiño.
Durante cientos de años, la Corona de San Eduardo sólo se utilizó en las ceremonias de coronación porque era demasiado pesada para que los reyes la lucieran en otras ocasiones oficiales. En 1911 se modificó para hacerla más liviana para la coronación de Jorge V, pero sigue pesando 2,23 kilos.
Siguiendo la tradición impuesta por la reina Victoria (1838), Carlos III sólo utilizará la corona en el momento de ser coronado. Al cierre de la ceremonia, utilizará la Corona Imperial de Estado, más moderna y liviana, que también se utiliza para ocasiones como la ceremonia de apertura del parlamento.
La corona de la reina Camilla y el misterio de su diamante "maldito" Koh-i-noor
De más de un kilo de peso, 31,5 centímetros de altura y 2.868 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas, 269 perlas y 4 rubíes, la Corona Imperial de Estado fue creada en 1937 para la coronación de Jorge VI, padre de Isabel II.
La especulación ahora se centra en si la reina Camilla usará la "Corona de la Reina Isabel", que está adornada con el controvertido diamante "Koh-i-Noor" de la India, de 105 quilates, que actualmente objeto de un debate en curso sobre su propiedad legítima.
Muchos indios creen que el diamante fue robado por los británicos, pero otros observadores argumentan que fue "regalado" a la Compañía de las Indias Orientales por los antiguos gobernantes del Punjab en 1849 y entregado a la reina Victoria.
ds