Michelle Bachelet asumió la presidencia de Chile por segunda vez. La socialista, que sucede a Sebastián Piñera, gobernará hasta 2018 con la promesa de reformas en un país con alta desigualdad social.
En una emotiva ceremonia, la mandataria recibió la banda presidencial de manos de Isabel Allende: su compañera de partido que será la primera presidenta del Senado chileno en 202 años.
La imagen fue todo un símbolo: la senadora es hija de Salvador Allende, el presidente socialista que murió durante el golpe militar encabezado por Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973. Por su parte, Bachelet es hija del general de Aviación Alberto Bachelet, fallecido en prisión en 1974, tras ser detenido y torturado por mantenerse fiel al gobierno de Allende.
Las dos funcionarias son una excepción en el país que tiene una de las tasas más bajas de participación laboral femenina en América Latina (48%). La brecha de ingresos entre hombres y mujeres en Chile llega al 30%, pese a existir una ley de igualdad de salarios. Y sólo uno de cada cinco miembros del Congreso es mujer.
"Asumo con la conciencia y responsabilidad de que tenemos un programa que cumplir", dijo la presidenta tras tomar posesión del cargo. Le espera una agenda complicada: Chile es un país con un crecimiento alto, en torno al 5,4 por ciento en los últimos cuatro años, pero con gran desigualdad social.
La socialista, que ya gobernó entre 2006 y 2010, propuso gratuidad a nivel universitario en seis años y acabar con el lucro en colegios privados que reciben subvención del Estado. Para financiarlo, planteó una reforma tributaria que busca recaudar 8.200 millones de dólares (3% del PIB). Además, aspira a una reforma de la Constitución que reemplace la instalada por Pinochet en 1980.
Antes de abandonar la casa de Gobierno, el saliente Piñera afirmó que dejaba el cargo "con la cabeza en alto" por entregarle a Bachelet "un Chile que es un mejor país del que teníamos hace cuatro años".
Momentos después, desde su cuenta oficial, el flamante expresidente tuiteó: "Llegando a mi casa con el noble título que comparto con todos ustedes: el Ciudadano Piñera".
La presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, la brasileña Dilma Rousseff, el boliviano Evo Morales, el peruano Ollanta Humala, el uruguayo José Mujica, el paraguayo Horacio Cartes, el mexicano Enrique Peña Nieto, y el ecuatoriano Rafael Correa fueron algunos de los presentes en la ceremonia.
El gran ausente fue Nicolás Maduro, que suspendió su visita por la crisis política que atraviesa Venezuela. En su lugar viajó el canciller Elías Jaua, quien al arribar a Santiago afirmó que su gobierno enfrenta "un intento violento de derrocamiento". También estuvieron presentes el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón.