Sarah Palin, la gobernadora de Alaska recientemente designada candidata republicana a la vicepresidencia de Estados Unidos, sale de un escándalo y se mete en otro.
Primero, fueron las acusaciones del funcionario estatal encargado de la policía, que dijo que había sido separado del cargo por negarse a echar a uno de sus empelados, el ex cuñado de la gobernadora. Ahora, la polémica es por su supuesto quinto embarazo: según varios blogs estadounidenses, no era ella la que estaba embarazada sino su hija Bristol, de 16 años.
“Trig Paxson Van Palin no es su hijo. Es su nieto”, escribe durante el fin de semana el influyente blog político Daily Kos, uno de los más leídos y con más credibilidad de Estados Unidos.
¿Cómo llegó la prensa a esta conclusión? La historia comienza en marzo de este año, cuando la gobernadora de Alaska anuncia que está embarazada de su quinto hijo. La noticia llamó la atención: Palin decía estar embarazada de siete meses y hasta ese momento nadie había notado que tenía panza.
“¿En serio? Es increíble. No se le notaba para nada”, dijo entonces la presidenta del Senado, Lyda Green. “Cuando yo estaba embarazada de cinco meses, no cabía duda de que iba a dar a luz dentro de poco”, agregó.
Otra de las cuestiones que provocó las dudas de la prensa fue que Bristol, la hija de 16 años de la gobernadora, dejó de asistir a la escuela durante un período de 5 a 8 meses, dependiendo de las fuentes. Se dijo que sufría mononucleosis infecciosa, una enfermedad que se parece a una gripe fuerte y que en general no dura más de uno o dos meses.
Varias fotos oficiales hacen dudar del embarazo de la gobernadora, ya que incluso algunos días después del anuncio (cuando supuestamente llevaba más de 7 meses de embarazo), la panza era imperceptible. En otras fotos, sin embargo, se ve a Bristol con una pequeña pancita, que podría confirmar la teoría.
Palin todavía no confirmó ni desmintió los rumores. Pero mientras la gobernadora de Alaska conserva un 80% de popularidad entre los habitantes del estado más frío y remoto de los Estados Unidos, las dudas se instalan cada vez más entre los electores norteamericanos.
El escándalo del embarazo de Palin se suma al que protagonizó algunos meses atrás, cuando separó del cargo al jefe de la policía de Alaska, Walt Monegan, quien la acusó de haberlo presionado para que despida a Mike Wooten, su empleado y ex cuñado de la gobernadora.
En su momento, la historia no recibió demasiada atención de los medios porque Palin era, básicamente, una desconocida absoluta. Ahora, con la designación de compañera de fórmula del candidato republicano John McCain, volvió a salir a la luz. La teoría es que la mujer quiso hacer echar a Wooten, que en ese momento se estaba divorciando de su mujer, la hermana de Palin.
Palin, de 44 años, tiene una experiencia casi nula en la función pública. Antes de llegar a la gobernación de Alaska, hace un año y medio, su única experiencia como funcionaria había sido como intendente de Wasilla, un pequeños pueblo de 6 mil habitantes. Pero su falta de experiencia queda compensada por características apreciadas en el partido gobernante estadounidense: es fervientemente religiosa, pertenece a la asociación de usuarios de armas de fuego y se opone al aborto y los casamientos entre homosexuales.
Su designación, como segunda del republicano John McCain, llamó la atención de los analistas quienes esperaban que eligiese a alguien de algún estado clave para la elección presidencial de noviembre. En vez, McCain optó por una mujer, quizás con la esperanza de atraer a todas aquellas que querían votar a Hillary Clinton.