Tras la usurpación de las tropas rusas, la central nuclear Zaporiyia, la base más grande de Europa, está “fuera de control”, por lo que crecen las preocupaciones por un posible accidente similar a Chernobyl.
El director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Rafael Grossi, aseguró a medios internacionales que “hay cosas que no deberían pasar en ninguna central nuclear” y alertó que “la situación es muy frágil” en Zaporiyia.
Según la información de AFP, Grossi advirtió sobre la volatilidad de la central, puesto que “todos los principios de seguridad han sido violados de una u otra forma”.
En ese sentido, el director de la agencia internacional sostuvo: “No podemos permitir que esto siga ocurriendo”. Por esto mismo, convocó a las autoridades de Rusia y Ucrania a permitir que expertos ingresen y revisen la situación actual para evitar una catástrofe como la de 1986.
El especialista explicó que, aunque el lugar esté bajo el control ruso, los trabajadores de la central continúan siendo ucranianos, por lo que se generan situaciones de tensión entre ellos.
Uno de los mayores temores es que la central se quede sin suministro eléctrico por el endurecimiento de los combates; así, los generadores de reserva y las baterías no podrían enfriar los seis reactores de la base, según las advertencias del especialista nuclear de Greenpeace en Asia Oriental, Shaun Burnie, citado por DW. Además, otra de las preocupaciones es que se produzca una crecida de un río cercano, por lo que las represas y embalses que suministran agua a Zaporiyia para la refrigeración se romperían.
En este contexto, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, culpó a Rusia de utilizar la central como “base militar para disparar contra los ucranianos, sabiendo que no pueden responder” por la presencia del reactor nuclear.. De esta manera, se está vulnerando el tratado de la Convención de Ginebra que exige proteger las “instalaciones que contengan fuerzas peligrosas”.
Los ataques continúan
Desde el inicio de la invasión rusa, uno de los principales miedos fue la amenaza de que se pueda desencadenar un accidente nuclear como el del siglo pasado en Chernobyl.
Estos temores se incrementaron cuando los rusos tomaron la emblemática central de Ucrania, donde los sistemas de control fueron vulnerados por las tropas del Kremlin y, al mismo tiempo, bombardearon la central de Zaporiyia. Así, las alarmas internacionales se encendieron.
Pese a que los ataques a la central nuclear se terminaron, la ciudad ucraniana aún continúa siendo blanco de bombardeos, ya que en las últimas horas se registraron dos explosiones. Por un lado, un edificio de las afueras de la ciudad recibió el impacto y, por otro, varias casas fueron destruidas. De igual forma, afortunadamente, no se registraron víctimas fatales o heridos.
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