Un nuevo estudio sobre el impacto global de una guerra nuclear concluyó que un conflicto hundiría al mundo en la oscuridad, haría que las temperaturas cayeran bruscamente y acabaría con gran parte de la vida marina del mundo.
Investigadores de la Universidad Estatal de Luisiana realizaron una serie de simulaciones computacionales para evaluar el impacto de conflictos nucleares globales y regionales en los océanos del mundo. Descubrieron que, en todos los escenarios, las tormentas de fuego liberarían hollín y humo hacia la atmósfera superior, lo que bloquearía el sol y provocaría una disminución promedio de las temperaturas de 13 grados Fahrenheit en el primer mes.
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Eso, a su vez, haría que la temperatura del océano cayera y el hielo marino se expandiera en más de 15 millones de kilómetros cuadrados, bloqueando importantes puertos como los de Tianjin, en China, Copenhague y San Petersburgo. Los investigadores dijeron que los cambios en el hielo marino del Ártico probablemente durarían miles de años y describieron el evento como una “pequeña era de hielo nuclear”.
El estudio se conoce después de que surgiera el fantasma de una guerra nuclear tras la invasión de Ucrania por parte de Vladímir Putin, cuando el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, advirtió en abril que había un “grave” riesgo de guerra nuclear.
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La autora principal, la profesora asistente Cheryl Harrison, dijo: “No importa quién bombardee a quién. Puede ser India y Pakistán o la OTAN y Rusia. Una vez que el humo se libera a la atmósfera superior, se propaga globalmente y afecta a todos”.
Las simulaciones evaluaron lo que le sucedería a la Tierra si Estados Unidos y Rusia lanzaran 4.400 bombas de 100 kilotones sobre ciudades y áreas industriales y, por otra parte, si 500 armas del mismo tamaño fueran detonadas en un conflicto entre India y Pakistán. En el mayor escenario, la recuperación del océano probablemente tomaría décadas en la superficie y cientos de años en las profundidades.
MAR / ff