Doce horas trabajaron los cirujanos para que Felipe Cruzat, un niño chileno que desde hace dos meses está al borde de la muerte por una miocardiopatía dilatada, reciba ayer un corazón artificial llegado desde la Argentina. El Jefe del equipo de Trasplante Cardíaco del Hospital UC, Pedro Becker, le dijo al diario "La Tercera" que la cirugía "fue exitosa".
El chico, de 11 años, espera un trasplante de corazón como única esperanza de salvación, pero el deterioro de su estado general era tan grande que se decidió implantarle un corazón artificial, para ganar tiempo a la espera del transplante, además de mejorar sus condiciones para cuando apareza el órgano de algún donante.
El doctor Becker, dijo "La Tercera", explicó que en el equipo que operó al pequeño estaban Gonzalo Urcelay, médico de Felipe; Ricardo Zalaquett, jefe de cirugía cardiovascular; el cirujano Rodrigo González, además de los tres especialistas del Hospital de Pediatría Garrahan, Horacio Volgelfang, Gerado Naiman y Guillermo Moreno, que habían llegado desde Buenos Aires con el corazón artificial.
Los médicos indicaron que el menor se encuentra en un “proceso de recuperación progresiva”, agregando que “las primeras horas estaremos preocupados de sangramientos y descompensaciones” que puedan ocurrir en el postoperatorio.
Asimismo, el médico tratante de Felipe manifestó que frente a la eventualidad de que se encuentre un donante de corazón para el pequeño, el órgano habría que mantenerlo almacenado, ya que no es posible un trasplante inmediato, hasta que se recupere de sus funciones generales.
En tanto, Gonzalo Cruzat, padre del menor, expresó a La Tercera que “la operación fue bastante larga y mantuvimos la tranquilidad todo el día, pensando en que Felipe estaba en las mejores manos”. Sobre el estado actual de su hijo, aseguró que “es impresionante ver cómo funciona el corazón artificial (...) Me produjo un gran impacto verlo conectado a una máquina”.
A estos dichos, también se sumó la madre del niño, María Ignacia Solar, quien, denotando sus horas de cansancio y preocupación por su hijo, declaró que “si Dios quiere, él se va ir despertando y recuperando paso a paso”, agregando con orgullo que “el doctor me dijo que (Felipe) es un león”, tras haber soportado tantas jornadas hospitalizado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital.