La pesadilla aún no terminó para Michelle Knight, la víctima más enigmática del secuestrador que mantuvo a tres jóvenes cautivas durante diez años en la ciudad de Cleveland, Ohio. La prensa estadounidense no lograba develar ayer el paradero de la mujer, quien fue dada de alta del hospital, pero se negó a regresar con su familia. Los parientes de Gina De Jesús, otra de las rehenes, desmintieron una versión que indicaba que habían alojado en su casa a Knight.
En tanto, el FBI confirmó ayer que no se hallaron restos humanos en la casa de Ariel Castro, el portorriqueño bautizado como el “monstruo de Cleveland” por la prensa local. Las pruebas de ADN también determinaron que el material genético de Castro no apareció en ningún otro delito cometido en el estado de Ohio, aunque aún falta contrastarlo con el muestrario nacional.
La historia de Knight, la primera víctima de Castro, fue extraña desde el principio. A diferencia de lo que ocurrió con De Jesús y Amanda Berry, durante los años que estuvo secuestrada nadie se preocupó por buscarla, ya que siempre se creyó que se había escapado de su casa voluntariamente. Knight había perdido la tenencia de su hijo, fruto de una violación, y eso la había llevado a pelearse con su familia.
Según los reportes policiales, Castro se ensañó especialmente con ella y le propinó castigos físicos, psicológicos y sexuales. La violó varias veces y le indujo cinco abortos sometiéndola a períodos de hambre y golpizas. La obligó a asistir a Berry en el traumático parto de su hija, bajo la amenaza de que la mataría si la bebé no sobrevivía. Knight llegó al hospital con un tímpano roto y con heridas por mordeduras que le costarán una reconstrucción facial.
Mientras estuvo internada, la mujer se negó a recibir a su madre y a su abuela. Para ella no hubo recibimientos con flores y globos, y de hecho casi no hay imágenes de su rostro. Su abuela se presentó en la puerta de la casa de De Jesús, a donde se suponía que Michelle había acudido tras salir del hospital. Pero los familiares de Gina negaron que Knight se encuentre con ellos, aunque mostraron su intención de ayudarla en todo lo que puedan. Su paradero es un misterio.
Los investigadores intentan determinar si Castro se relaciona con los casos de Christina Adkins, desaparecida en 1995, y Ashley Summers, desaparecida en 2007.
Susto en Washington
El Ala Oeste de la Casa Blanca, donde está el Salón Oval del presidente Barack Obama, fue evacuado ayer tras un cortocircuito eléctrico que diseminó una gran cantidad de humo, sin registrarse heridos.
“Todo volvió a la normalidad”, sostuvieron ayer funcionarios del gobierno norteamericano luego del incidente, al tiempo que informaron que no llegó a incendiarse ninguna habitación del edificio.
“Resultó ser un problema en un transformador eléctrico, que desató la alarma anti-incendio. Pero el inconveniente fue resuelto rápidamente”, declaró el vocero de la Casa Blanca Jay Carney. A primera hora de la mañana una columna de humo fue vista saliendo de del primer piso de la Casa Blanca.
