Al otro lado del Atlántico, muy lejos de la frontera sur de Estados Unidos, Europa también vive una dramática crisis migratoria, con miles de refugiados en las aguas del Mediterráneo, pugnando por sobrevivir y llegar al continente. Algunos de los líderes europeos ni siquiera son cuestionados como Donald Trump, pero afrontan la situación con la misma dureza e intransigencia. La Unión Europea (UE) se reunirá hoy en una minicumbre informal en Bruselas, donde los gobernantes discutirán cómo afrontarán la crisis, mientras miles de refugiados erran en barcos humanitarios, a pocos kilómetros de sus costas. Allí se enfrentarán de un lado el eje Berlín-París-Madrid, que busca sistematizar las deportaciones y los asilos, y, del otro, Italia y los países de Europa Oriental, que se oponen a recibir a más personas.
El presidente francés, Emmanuel Macron, y el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, propusieron ayer crear “centros cerrados” para los migrantes que lleguen a Europa, un día antes de una cumbre europea que se anuncia tensa. “Una vez que lleguen a suelo europeo, estamos a favor de la creación de centros cerrados, financiados con fondos europeos, en los que se pueda examinar rápidamente la situación y saber quiénes tienen derecho al asilo”, dijo Macron tras una reunión con su par español en el Palacio Elíseo. “Francia y España comparten la misma estrategia para responder con eficacia y humanidad”, añadió el mandatario galo, quien dijo contar con el apoyo de la canciller alemana Angela Merkel. Actualmente, existen muy pocos centros de este tipo en Europa, localizados en Grecia e Italia y gestionados por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).
Enemigo. Pero no todos están de acuerdo con Macron. Italia, en cambio, cerró todos sus puertos a los barcos humanitarios repletos de migrantes y cuestionó a Francia. “En Italia la emergencia migratoria existe y también es alimentada por Francia con constantes devoluciones en la frontera. Macron está haciendo que su país sea candidato a convertirse en el enemigo número uno de Italia en esta emergencia”, afirmó Luigi Di Maio, líder del antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y ministro de Desarrollo Económico y Trabajo de Italia.
Italia se opone a la creación de “centros cerrados” en su país y propone levantar esas instalaciones “en los países de origen y tránsito” de los migrantes, al otro lado del Mediterráneo. Esa será la propuesta que defenderá hoy el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, en la cumbre informal en Bruselas y en el Consejo Europeo del 28 y 29 de junio.
Sanciones. Macron busca establecer con España y Alemania un “enfoque colaborativo” opuesto al del grupo Visegrado (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia), liderado por Italia y con una política restrictiva en materia migratoria. Ante la intransigencia de sus socios europeos, Macron amenazó con sanciones a quienes se nieguen a recibir una cuota de refugiados. “No podemos tener países que beneficien masivamente de la solidaridad de la UE y que reivindiquen masivamente su egoísmo nacional cuando se trata de temas migratorios”, disparó.
Errante. Las autoridades italianas mantuvieron ayer sus puertos cerrados a los barcos de rescate con pabellón extranjero, dejando en el limbo al Lifeline, una embarcación con 239 migrantes fletado por la ONG alemana del mismo nombre. El barco aguarda en alta mar una solución humanitaria que le permita desembarcar, como hizo el Aquarius hace una semana en Valencia. “Estos buques pueden olvidarse de llegar a Italia, quiero terminar con el negocio del tráfico y la mafia”, aseveró el ministro del Interior, Matteo Salvini, de la ultraderechista Liga.
Según datos del Ministerio italiano del Interior, 16.316 personas llegaron en lo que va del año a sus costas, un 77% menos que las 71.989 del mismo período de 2017. Sin embargo, el nuevo gobierno, endureció su posición, tras llegar al poder con la promesa de detener la llegada de inmigrantes.
En tanto, las autoridades españolas rescataron ayer a más de 750 migrantes a bordo de precarias embarcaciones. Por su parte, los guardacostas libios indicaron que cinco personas se ahogaron frente a sus costas, al tiempo que socorrieron a más de 200 náufragos que intentaban llegar a Europa.
Tensión política en Alemania
La líder del Partido Socialdemócrata (SPD) alemán, Andrea Nahles, dijo ayer que una ruptura de la coalición de Gobierno que encabeza Angela Merkel, de la que su partido forma parte, tendría “graves consecuencias” en Europa, al tiempo que acusó a los conservadores bávaros de avanzar hacia “un Brexit alemán” con su desafío a la canciller.
“Horst Seehofer es un peligro para Europa”, afirmó Nahles, en un acto del SPD en Bochum. El ministro del Interior y líder de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), mantiene un duro pulso con Angela Merkel y pretende imponer un giro restrictivo a su política de asilo.
El desafío persistente de Seehofer y el primer ministro de Baviera, Markus Söder, podría abocar a una situación parecida a la que vivieron los conservadores británicos, dijo Nahles. El detonante de la crisis fue el plan de Seehofer de devolver a los refugiados al país donde se registraron como solicitantes de asilo.
