A seis meses y un día de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el presidente Donald Trump busca desesperadamente cambiar la estrategia de su campaña, pasando del boom económico previo a la pandemia a culpar a China por el coronavirus, en un esfuerzo por ganar la reelección el próximo 3 de noviembre. Su rival demócrata, Joe Biden, cuestiona la gestión de la crisis sanitaria de la Casa Blanca, mientras enfrenta una dura acusación de abuso sexual.
El escenario electoral no podía ser más incierto y volátil. El brote de coronavirus, que en Estados Unidos dejó más de un millón de infectados y 63.127 muertos, desestabilizó la campaña. Trump llegaba como el favorito, con una economía en crecimiento, récord de suba de acciones en Wall Street y pleno empleo, pero en dos meses el huracán de la pandemia derribó como un castillo de naipes los éxitos económicos y financieros que blandía el presidente.
Según el promedio de encuestas del sitio Real Clear Politics, Biden lleva 5 puntos de ventaja a nivel nacional, mientras que lidera en todos los estados disputados (swing states) salvo Carolina del Norte, donde Trump se impone por un ajustado margen. Pero la elección sería muy reñida en Florida, Michigan y Wisconsin, lo que imposibilita pronosticar quién ganará. “No le creo a las encuestas”, contestó el jefe de Estado, que, según CNN, The New York Times y The Washington Post, habría gritado y amenazado con demandar a su jefe de campaña, Brad Parscale, al ver el impacto de la pandemia en los últimos sondeos.
Hay algo que Trump no puede negar: la volatilidad de la economía agregó un suspenso asfixiante a la campaña. Sin posiblidad de recorrer el país, como hizo en los últimos cuatro años, el presidente tiene que apelar a un discurso que seduzca no sólo a sus seguidores incondicionales, sino también a los votantes moderados. El fantasma de un enemigo externo puede ser ideal para ese propósito. “La campaña electoral de Trump comenzará fuertemente luego de junio y tendrá un pilar fundamental, que será marcar a China como culpable de la pandemia. Las últimas encuestas en Estados Unidos muestran un salto muy fuerte de las opiniones negativas y muy negativas sobre China, que combinadas llegan casi al 90%”, explicó a PERFIL Fabián Calle, profesor de Relaciones Internacionales de Ucema.
En ese sentido, el republicano dijo que la pandemia la provocó un “virus chino” y, además, acusó a Beijing de crear el coronavirus en el Laboratorio de Virología de Wuhan, declaración que fue desmentida por la CIA y por infectólogos. Esos dardos apuntan no sólo a crear una opinión pública contraria a China, sino también a mostrarse más duro que Biden con el gigante asiático.
Facundo Cruz, coordinador académico de la licenciatura en Gobierno y Relaciones Internacionales de UADE, cree que la “carta china” puede nivelar los malos datos económicos provocados por la pandemia. “Apelar al enemigo externo, que es en gran parte una tradición del Partido Republicano en Estados Unidos, puede encontrar una justificación para mantener el apoyo de su electorado”, afirma el profesor de la UADE.
Por su parte, Ariel González Levaggi, secretario ejecutivo del Centro de Estudios Internacionales de la UCA, sostiene que Nicolás Maduro y Xi Jinping pueden ser los “enemigos” de Trump durante la campaña. “El caso Venezuela va a estar seguramente en el radar y es probable que Trump tenga una posición más dura que incluya el uso explícito de la fuerza militar por vía marítima”, considera. “En política exterior, Biden tiene posiciones mucho más moderadas y Trump va a utilizar todo tipo de artilugios retóricos para mostrarlo como una debilidad. Seguirá presentando a China como una amenaza, mientras Biden presentará una visión menos demonológica”, agrega.
Números en rojo. La caída de la economía y el coronavirus sacaron del eje a un presidente que creía tener la reelección al alcance de la mano. Con treinta millones de nuevos desempleados en marzo y la caída del 4,8% del Producto Bruto Interno (PBI) en el primer trimestre (con un potencial derrumbe anual del 30%), la Casa Blanca no tiene muchos motivos para sacar pecho durante la campaña. Sin embargo, Calle cree que la economía se recuperará en la segunda mitad del año, dándole más cartas para jugar al líder republicano en la contienda electoral.
En un reciente artículo en The Atlantic, el periodista David Graham alertó que Trump puede ganar las elecciones como hace cuatro años, cuando las encuestas vaticinaban una derrota, pero que, por el momento, la está perdiendo por sus declaraciones sobre la pandemia: “En 2016, la incapacidad de Trump para mantener la boca cerrada resultó ser lo suficientemente disparatado como para funcionar. No ha comprendido que en 2020, ése es más un problema que una solución”.
Biden negó haber abusado a una mujer
AFP
Joe Biden rompió su largo silencio y negó una acusación de agresión sexual en su contra de una empleada que trabajó en su despacho en la década de 1990. “Nunca ocurrió”, sentenció el político demócrata que aspira a derrotar a Donald Trump en noviembre.
Desde el sótano de su casa –donde está confinado por el coronavirus– Biden negó las acusaciones que desde hace más de un mes agitan la escena política en Estados Unidos.
Biden, de 77 años, estaba bajo presión para responder personalmente las acusaciones hechas por Tara Reade, de 56 años, que su campaña ya había desmentido. “No es cierto. Estoy diciendo sin dudas que esto nunca ocurrió”, dijo Biden a la cadena de MSNBC.
“No sé por qué después de 27 años todo esto vuelve al tapete”, agregó, matizando que no iba a cuestionar las motivaciones de la denunciante.
En un comunicado publicado poco antes, Biden dijo que el superior de Reade en su despacho “nunca le indicó que ella hubiera presentado ninguna queja”.
Reade aseguró que presentó en 1993 un recurso ante la policía relatando el supuesto abuso sexual.
Biden indicó que pidió que se busque en los Archivos Nacionales, para ver si existe un rastro de este documento. “No tengo nada que esconder”, agregó.