Los sindicatos tomaron la decisión en una reunión de las principales cúpulas gremiales del país, tras un preacuerdo negociado el fin de semana, luego de varios días de intensas protestas callejeras y de negociaciones entre los sindicatos y autoridades gubernamentales.
Ese consenso establece un reajuste del incremento salarial del 10% al 11% para los trabajadores estatales de educación y salud, más un 1% adicional que emergerá de un estudio posterior que harán de manera conjunta los dirigentes de la COB y autoridades del poder Ejecutivo.
Los gremios habían demandado, en primera instancia, un aumento salarial del 15%.
Varios sectores sindicales, como maestros estatales urbanos, anunciaron que desconocerán el acuerdo COB-Gobierno, pero el líder de los sindicatos, Pedro Montes, señaló que “hay la decisión de la reunión ampliada (de dirigentes nacionales) de aceptar el acuerdo con el gobierno”.
“El Gobierno ha hecho el esfuerzo y el sacrificio para incrementar los salarios en esos niveles acordados en una larguísima reunión entre ministros y dirigentes de la COB”, respondió en una conferencia de prensa el ministro de Comunicación, Iván Canelas.
La situación social en Bolivia comenzó a degradarse desde fines de diciembre, cuando Morales decidió aumentar hasta en 83% los combustibles. Las protestas obligaron a derogar la medida unos días más tarde, pero los precios mantuvieron una tendencia en alza de manera descontrolada.