El encuentro de Hangzhou del G20 comienza con dos buenas noticias, que parecerían facilitarlas negociaciones: el acuerdo entre China y los Estados Unidos sobre cambio climático (ver página 39) y la cantidad récord de líderes mundiales que participarán de la reunión, entre ellos Barack Obama y el presidente argentino, Mauricio Macri.
La reunión, sin embargo, está signada por una nueva agenda, en la que –a contramano de lo que sucede en los países latinoamericanos– la cuestión del proteccionismo vuelve a cobrar vigencia. Un nuevo escenario internacional, con temas pendientes en los que las potencias parecen apostar a sus respectivos mercados internos.
Crecimiento. La nueva agenda tiene una causa: el mundo crece más lentamente de lo deseado y aun de lo previsto. Y además, varios frentes políticos se ciernen sobre la estabilidad mundial. Ucrania, el Brexit, el tema de los refugiados marcan un escenario pleno de precupaciones en el que las buenas noticias son las menos.
En este contexto, el lugar de la reunión tiene una importancia esencial: China espera que su estatus como anfitrión del G20 le dará influencia sobre las políticas de la economía mundial y ha colocado el comercio como el tema principal del encuentro que tendrá lugar en Hangzhou, una pintoresca ciudad a las riberas de un lago al sudoeste de Shanghai. Las autoridades chinas dicen que propondrán un plan para estimular el comercio mediante una mayor cooperación en las áreas de finanzas, recaudación de impuestos y desarrollo de fuentes energéticas.
Las políticas de China –que implicarían un regreso al proteccionismo– tendrán su contrapartida en los discursos de Angela Merkel y de Barack Obama, de los que se espera que se expidan claramente sobre el tema.
“El proteccionismo está resurgiendo”, dijo el viceministro de Relaciones Exteriores de China, Li Baodong. “En muchas partes del mundo están surgiendo llamadas hacia la desglobalización”.
NЬmeros. El planeta llega a la cumbre china con datos para la preocupación: el comercio mundial este año aumentará en apenas 2,8%, según la Organización Mundial de Comercio, su quinto año consecutivo por debajo de 3%. Y el Fondo Monetario Internacional estima que el crecimiento económico mundial será de 3,4%, una cifra relativamente débil.
Los acuerdos que se consigan o no en la reunión internacional pueden abrir la puerta a soluciones futuras.
Se prevé que el proteccionismo prometido pueda construir el nuevo escenario. El G20 busca reformas estructurales, así como medidas fiscales y monetarias para ayudar a impulsar la economía mundial. El anfitrión China ha elegido la palabra “innovación” como lema de la cumbre. La economía exportadora china se ve especialmente afectada por la ralentización del crecimiento económico. China, la segunda economía mundial, también tiene problemas para poner en marcha las reformas económicas necesarias.
Brexit. Otro de los elementos de la cumbre del G20 es que es el primer gran acontecimiento internacional en el que se estrenará la nueva primera ministra británica, Theresa May. A los países miembros del G20 les preocupa que la inseguridad que rodea la proyectada salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) pueda frenar la recuperación económica mundial. May todavía no ha anunciado planes concretos para la era post Brexit.
A esto se suma la crisis
de la que acaba de salir Turquía tras el fallido intento de golpe de Estado