MODO FONTEVECCHIA
VIOLENCIA EN LOS DISCURSOS

Pablo Stefanoni: "Sabag Montiel no parecía ser una persona que se estaba radicalizando intelectualmente"

El historiador, a propósito del atentado a Cristina Fernández, afirmó que "Revolución Federal parecen tener discursividades parecidas a los libertarios". A su vez, se refirió a los discursos de odio. "Las formas de radicalización que estamos viviendo son una cuestión política y psicológica".

Pablo Stefanoni
Pablo Stefanoni | Télam

Pablo Stefanoni, autor del libro ¿La rebeldía se volvió de derecha?, señaló que "hay un discurso anti casta que tiene que ver con que en todo el mundo occidental hay un rechazo a los políticos". Además, analizó el progresos de las ideologías de extrema derecha y las progresistas. "En este capitalismo global hay una gran confusión ideológica en donde nadie está muy conforme", destacó en en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).

En una nota que que escribiste en el elDiarioAR sostenés que "el uso descontrolado de la categoría odio puede terminar como la categoría populismo que sirve para explicar todo y al mismo tiempo, nada". ¿Podrías profundizarlo?

La idea era pensar sobre el atentado y el hecho de que se empezó a hablar acerca de los discursos de odio en la Argentina y en el mundo. Sabemos que muchos discursos de este tipo terminaron en genocidios, por eso es importante no volverlos una especie de pseudo explicación de lo que está pasando en la política, que es que vemos distintas polarizaciones, efectos de la política por internet, indignaciones variadas y extrañas.

Lo que quería hacer era demostrar como hay gente que se está radicalizando y que, de pronto, teniendo una vida normal y fuera de la política, empieza a tener militancias "poco convencionales", que muchas veces terminan en discursos violentos. 

¿La llamada banda de los "copitos" son una expresión de estos discurso neofascistas que aparecen en distintas partes del mundo o es un grupo aislado que no sabe vivir en sociedad?

Es un grupo extraño, porque si uno mira sus conversaciones no está muy claro su nivel de politización. Hay grupos de las nuevas derechas, que no necesariamente son violentos, como los libertarios en nuestro país, y vemos que hay intento de buscar fuentes intelectuales que explican lo que pasa.

Y a partir de allí, fundamentar un proyecto político, como el de Milei, donde se basan en la economía austríaca, y buscan explicar y proponer algo, ya sea radicalizado o no, para la sociedad. Incluso los neonazis tienen ciertas fuentes ideológicas.

Los de esta banda no sabemos bien qué pensaban, si tenían cierta influencia. En Argentina, se sabe, hay esta especie de radicalización anti kirchnerista que no siempre tiene muchas fuentes teóricas.

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Por una serie de razones los ubicamos en la derecha, se hablaba de los tatuajes de Sabag Montiel, pero más allá de eso, no parecía ser una persona que se estaba radicalizando intelectualmente. Aún no se sabe qué papel jugó cada uno.

Mencionabas que había grupos no violentos como los libertarios. ¿Dónde están los límites entre la violencia oral y la física?

Decía que los libertarios no son necesariamente violentos. No quiero meter todo en esto. Es cierto que estos grupos como el de Revolución Federal parecen tener tonalidades y discursividades parecidas a los libertarios, incluso algunos paren haber ido a reuniones.

Creo que ese es el gran debate, de los discursos a la acción. Es necesario mantener la idea de que hay una distancia grande, porque, a fin de cuentas, es necesario vivir con la libertad de expresión. Después las leyes podrán penalizar algunos discursos, y ahí encontramos legislaciones muy distintas. Como los alemanes que penalizan fuertemente cualquier cosa nazi, o Estados Unidos que no lo hace con nada. 

Siguiendo ese planteo, vos decís que no hay que hacer un traslado de la violencia oral a la  física porque se estría afectando la libertad de expresión...

Pasa que hay una gran cantidad de grises, hay que ver qué tipo de legislación se acepta. Porque un discurso puede ser genéricamente violento, por ejemplo si mirás a Milei es un discurso violento contra los políticos. Ahora bien, no es lo mismo si ese mismo discurso se personaliza hacía una figura. Me parece que las fuerzas democráticas y algunas figuras de la oposición juegan al límite. El tema es cómo no crear discursos y formas performativas de las protestas que atraigan a gente que no está bien de la cabeza.  

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Las formas de radicalización que estamos viviendo son una cuestión política y psicológica. Las marchas contra las cuarentenas o las vacunas fueron un momento de inflexión en donde se juntaba mucha gente variada y fueron un caldo de cultivo para muchos de estos sucesos insurreccionales en todo el mundo. 

La indignación está tomando una forma muy distinta a la que tenía hace 10 años, cuando salió el famoso libro de Stéphane Hessel, Indígnense que fue el gran manifiesto progresista del mundo. Y hoy vemos que la indignación es muy confusa.

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Jorge Elías (JE): El discurso que inspiró al 15-M del movimiento de Podemos es el mismo que el de los libertarios, por ejemplo, es decir, desde el otro extremo ideológico también atacan a la casta. Parece que el discurso es el mismo pero cambia de manos... 

Podemos en España, es una fuerza que salió de los movimientos de los indignados. Es cierto, es preguntarse qué signo tiene la indignación. En el 15M de 2011 la indignación  estaba no sólo en España. En la crítica a  la Unión Europea había fuerzas de extrema derecha pero también de izquierda que sostenían que la Unión Europea  era neoliberal.

Hoy el discurso anti casta es más utilizable por la derecha que por la izquierda. De hecho Podemos tuvo que dejar de usarlo después salió al partido socialista y hoy forma parte del gobierno, claramente le duró poco ese discurso. Hay un discurso anti casta que tiene que ver con que en todo el mundo occidental hay un rechazo a los políticos, son el motor de las protestas.

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JE¿Es orfandad de partidos políticos tradicionales?

Sí, del discurso de políticos tradicionales, creo que es un combustible de la indignación pública. Pero eso no quiere decir que las extremas derechas ganen, la idea de que la rebeldía se pueda haber vuelto más de derecha es justamente porque las derechas ocupan espacios que antes eran de izquierda, que no eran los de gobierno precisamente. Las extremas derechas tienen dificultades para ganar. 

¿Se puede decir que la rebeldía es siempre frente al poder y, por tanto, si la derecha se rebela es porque el poder hoy ha girado hacía la izquierda en la mayoría de los países?

Es interesante eso, porque si uno mira los discursos progresistas, la sensación es muy pesimista, dicen que la derecha crece y que es muy difícil ganar y cuando se logra no se puede hacer mucho. Sin embargo cuando uno ve los eventos de estas nuevas derechas el discurso es contrario: dicen que la izquierda domina todo. 

Hay un como un raro juego de espejos. En cada lugar que te pares hay una idea de que el otro domina y que está creciendo. En este capitalismo global hay una gran confusión ideológica en donde nadie está muy conforme. Es un capitalismo que es progresista en cuestiones societales, pero a la vez más desigualitarios. 

AO PAR