MODO FONTEVECCHIA
LA APERTURA DE MODO FONTEVECCHIA

Aimée, los copitos y Gran Hermano

Al comenzar el programa se repasaron algunos escraches a personajes públicos y cómo la "paranoia de autocastigo" conecta a la banda de los copitos y "Alfa" de Gran Hermano. El eslabón es el de una supuesta inimputabilidad, como percepción tergiversada de la realidad, que los tiene como centro.

Aimée, los copitos y Gran Hermano
Aimée, los copitos y Gran Hermano | Télam

El psicólogo francés Jacques Lacan, en su tesis, trató el caso Aimée conocido como "la paranoia de autocastigo", que se trataba de una persona que no recibía la respuesta que esperaba de parte de la sociedad de lo que pensaba que debía, era una mezcla de narcisismo mal resuelto que conducía a la paranoia. Y esa búsqueda de culpabilidad y de supuesta falta de reconocimiento se conecta con la banda de los copitos y con Alfa, de Gran Hermano, directamente", explicaba Jorge Fontevecchia en el inicio del programa Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9) del viernes 21 de octubre. 

Luego se compartieron con la audiencia tres escraches de los últimos meses. El primero a Juan Grabois, donde en plena calle lo increpan al grito de “¿estás contentos con los saqueos?” y “Andate a Cuba, chorro, la vas a pagar todas”.

El segundo video muestra al Ministro de Vivienda y Hábitat, Jorge Ferraresi, al que lo persiguen en la vía pública: “No van a caminar por la calle tranquilo nunca más, chorro”, le espetan. Y, por último se escucha la voz desorbitada de Gastón Guerra, integrante de Revolución Federal: "Abollarle el auto a Massa es lo menos que podemos hacer”,

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Jonathan Morel en el ojo de la tormenta

La particularidad es que en los primeros escraches se encontraba la hija del técnico Alfio Basile, Sabrina, que fue recientemente detenida. "El lumpen es fácilmente manipulado por la elite, termina siendo una mera herramienta. También se habla de lumpen, según la visión más marxista, como los marginados sociales. Este tipo de persona necesita culpar a otro porque siente que le robó algo, que no lo percibe como él lo hace consigo mismo", describía el conductor del ciclo.

Jonathan Morel, el líder de Revolución Federal detenido hoy que hablaba de "pasar a la historia"

Posteriormente se hilvanó, cronológicamente, varios audios del líder de la organización de ultraderecha Revolución Federal, Jonathan Morel, en donde afirmaba que "me voy a cruzar a Alberto Fernández y voy a hacer patria". Aunque, unas semanas después se lo escucha desligarse: "El clima social está caldeado, más allá de lo que hago como activista, estoy lejos de cometer cualquier locura, pero la política no se va a robar mi futuro", se excusaba en un tono contradictorio.

Los 4 detenidos de Revolución Federal
Los 4 detenidos de Revolución Federal

Luego, el joven de 23 años se refería a la guillotina en Plaza de Mayo aduciendo que gracias a eso " están escuchando a la gente antes que se quieran ir del país".

Jorge Fontevecchia comentaba que en la paranoia como consecuencia de un narcisismo mal resuelto, puede haber delirios de grandeza, celos, prejuicios, y la construcción de un delirio de grandeza propia no correspondida y, por tanto, eso se convierte en agresión.

Justificaciones de una conducta narcisista

A propósito del trabajo de carpintería por el cual recibió 8 millones de pesos, Morel aducía que "el trabajo es un trabajo grande, tercerice varias cosas. Gracias a esta empresa se le dio laburo a mucha gente” y, después, justifica su agresión a Grabois porque le generaba "asco su soberbia".

El líder de Revolución Federal continua: “Soy un hijo del kirchnerismo y estoy como estoy por culpa del kirchnerismo. Si los políticos no resuelven los problemas que tenemos, estos episodios se van a  seguir repitiendo”, advertía.

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En ese sentido, se compartió el momento en que el personaje de Gran Hermano “Alfa”, trata de “coimero” al presidente, permitiendo entrever que, a partir de su delirio de grandeza puede confundir, incluso, los roles de poder.

Para finalizar, Fontevecchia analizaba que "este tipo de personajes existen en todas las sociedades, creándose en un caldo de cultivo. Lo único positivo de esto es que nos pueden servir como síntoma para alentarnos de no fogonear la locura auto producida de estos personajes", reflexionaba al concluir la columna editorial.

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