La ensayista Diana Sperling acaba de publicar “Tiempo de Spinoza”, un trabajo en el que valora la ética y política del filósofo neerlandés. “Releer a Spinoza hoy nos enseña muchísimo acerca de cómo deberíamos pensarnos a nosotros mismos en tanto seres sociales”, afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
¿Podrías hacernos una introducción al Pésaj?
La pascua, que festeja la cristiandad, deviene de esto. La palabra Pascua en inglés proviene de la palabra Pésaj, que provenía del verbo “pasar”, “pasar por encima de”.
Según el relato bíblico, a punto de salir de la esclavitud de Egipto y a punto de producirse la décima plana, el ángel de Dios pinta los dinteles de las casas.
Es un mito, no es un relato histórico. El origen de la festividad es ese salir de la esclavitud de Egipto, después de esas centenas de años para salir a la libertad y, teóricamente, llegar a la tierra prometida a través de una larga travesía por el desierto.
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Se celebra con dos cenas, las dos primeras noches en la diáspora, que tienen toda una simbología que remite a esa gesta liberadora. Toda la comida representa algo vinculado a esa situación, que es sumamente traumática, dura, terrible, atemorizante, y a la vez es el camino hacia la libertad.
En tu último libro hacés una lectura particular de Spinoza. ¿En qué pueden ayudarnos las ideas de este filósofo, y qué nos aporta para entender la polarización de las sociedades?
Mi último libro, Tiempo de Spinoza, apareció hace un mes nomás. Para decirlo a grosso modo, yo hago una lectura “estructuralista” de Spinoza.
Creo que él hace una lectura estructuralista, muy adelantada, de los textos bíblicos. Spinoza encuentra en los textos bíblicos la estructura de lo real, podríamos decir, que no es una estructura teológica sino legal.
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En ese sentido, creo que toda la doctrina política y ética de Spinoza se basa en esta legalidad. Él dice que lo único que enseña la Ley Divina, junto con la Ley Natural y toda la historia bíblica, son tres principios fundamentales: amor al prójimo, caridad y justicia.
A esto se puede arribar ya sea por la razón o a través de la narrativa bíblica. Pero, en definitiva, estos son los pilares para construir una sociedad justa, que tenga en cuenta al otro, que no polarice, que no exprese odio, sino que estemos unidos, porque comprendemos que dependemos unos de otros.
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Que no hay ninguna posibilidad de que el ser humano desarrolle su potencialidad en aislamiento, necesariamente el humano necesita del prójimo para progresar.
Creo que releer a Spinoza hoy en día y entender su ética, su política y su manera de leer, es absolutamente necesario. Releer a Spinoza hoy nos enseña muchísimo acerca de cómo deberíamos pensarnos a nosotros mismos en tanto seres sociales.
FM JL
