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MODO FONTEVECCHIA
10 AÑOS DE PONTIFICADO

Julián Fava: "El Papa Francisco coloca las cuestiones de la periferia en el centro"

El filósofo destacó que el pensamiento del sumo pontífice tiende a superar las contradicciones. Quiénes son los pensadores que influenciaron sus ideas y por qué "aparecen cuestiones ligadas a lo geográfico".

Julian Fava
Julian Fava | Captura de video

El escritor y filósofo, Julián Fava, sostuvo que el Papa, al igual que pensadores como Rodolfo Kusch y Amelia Podetti, introduce una reflexión filosófica desde la periferia. “Hay una fuerte crítica en el mensaje de Francisco hacia la sociedad de consumo”, afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).

El Papa citó a diferentes referencias filosóficas en las últimas entrevistas que brindó. ¿Qué representa la elección de esos nombres que hizo Francisco?

Realmente es muy interesante la formación del Papa Francisco y los nombres que él cita en las entrevistas como la que usted le ha hecho, que es muy interesante.

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Esos dos nombres, el de Rodolfo Kusch y el de Amelia Podetti son dos nombres claves para entender la formación filosófica del Papa Francisco.

Rodolfo Kusch es uno de los pensadores más originales de nuestra patria. Nació en 1922 en Buenos Aires y murió en 1979, y fue uno de los que se animó a pensar en Argentina, como tantos otros filósofos que, lamentablemente, no se estudian tanto en nuestra formación filosófica aquí.

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Se animó a pensar nuestra América y lo propio de nuestra constitución como sujetos culturales. Él tenía una frase interesante: “La filosofía es el discurso de una cultura que encuentra su sujeto”. En ese sentido, como decía Rodolfo Kusch, vivimos en el peor de los mundos, adentro y afuera de nosotros mismos.

Esto es muy interesante, porque si uno lo piensa desde la constitución del pensamiento filosófico, lo que encontramos es que, efectivamente, nos hemos formado con categorías que no han surgido de nuestro suelo, sino en otras geografías y contextos, y muchas veces queremos aplicar esas categorías a nuestro propio devenir histórico, cultural, político, sociológico.

Como bien decía Kusch, la filosofía deviene sujeto cultural cuando, efectivamente, la materia de filosofía se encarna en una determinada cultura. Para Kusch, pensar lo americano fue decidirse por lo americano. Él nos va a hablar de un pensamiento situado, de una geocultura del hombre americano.

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Aquí aparece algo muy interesante, porque el Papa Francisco viene a colocar cuestiones de la periferia en el centro. Como vos bien decís en la introducción a tu nota, ya desde la elección de dónde dormir, el Papa coloca algo de la periferia, no está en el centro.

El pensamiento de Kusch, en ese sentido, nos habla de modos de situarse en el continente, de una topografía propia, y aparecen cuestiones ligadas a lo geográfico y a su influencia en el propio pensamiento.

Kusch decía que la América Indígena se ha asentado, preponderantemente, sobre las sierras del continente, es andino, por decirlo de alguna manera. Y hay un pensamiento del Litoral, que uno podría pensar, en el caso argentino, vinculado a los grandes puertos, Rosario, Buenos Aires, que está siempre mirando hacia Europa.

Francisco coloca las cuestiones de la periferia en el centro, y ahí recupera algo de la otra pensadora que vos citaste. Amelia Podetti, contemporánea a Kusch y, como él, tiene una formación de la fenomenología, esa corriente de pensamiento en la que se inscriben Heidegger y Husserl.

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Amelia Podetti se formó en Francia, hizo postgrados en Europa y fue discípula de Paul Ricoeur, otro de los grandes pensadores y filósofos del movimiento fenomenológico.

De regreso a Buenos Aires, Amelia Podetti da clases en la Universidad de Buenos Aires, y entre el ‘67 y el ‘72, formará parte de una experiencia académico intelectual de las más interesantes, las Cátedras Nacionales. Una suerte de construcción político intelectual que se propuso trasladar al campo académico la resistencia de la llamada “Revolución Argentina” de esos años.

Desarrollaron un pensamiento nacional en la carrera de sociología, que funcionaba entonces en la facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Allí, Amelia Podetti, recuperó pensadores argentinos de la talla de Carlos Astrada, Coriolano Alberini y otros que se inscriben en la tradición del peronismo.

Francisco gambetea al peronismo, pero cita a filósofos que se inscriben en esa tradición. Claro que eso no quiere decir que uno, por leer un filósofo peronista, se haga peronista, pero efectivamente cita a autores que formaron parte del “pensamiento maldito”, por así decirlo, en la historia argentina.

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Por la importancia recurrente que él le da al tiempo, y por la importancia recurrente que él le da al enriquecimiento que se da en la discusión, en la contraposición de lo diferente, ¿se podría decir que es un Papa hegeliano?

Qué buena pregunta. Creo que se podría decir que el Papa es hegeliano, porque él plantea una suerte de superación de las contradicciones.

Esto se podría pensar desde cuestiones que hacen a la política de nuestro país, pero también respecto a cuestiones de género, identidad sexual o matrimonio igualitario. Evidentemente, hay una suerte de superación de las contradicciones sin borrar ninguno de los momentos anteriores.

Insisto en que también esa dialéctica podría pensarse entre la periferia y el centro. Al igual que en la obra de Kusch, hay una fuerte crítica en el mensaje de Francisco hacia la sociedad de consumo. Un occidente entre “el drama de ser alguien”, como dice Kusch, y “el drama de estar siendo”.

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El drama de ser alguien a partir de la adscripción de propiedades y de sumar objetos de consumo, y que a uno lo definan los objetos que posee. Típico del capitalismo, que uno se defina a partir de lo que tiene y no a partir de lo que es, y lo que efectivamente está construyendo.

Vos hablabas del tiempo. Efectivamente, el tiempo es el lugar en el que uno está siendo. Y si uno se tuviera que detener a pensar qué es el tiempo, cuando yo digo “ahora”, este “ahora” ya ha pasado, y se refiere al tiempo anterior.

Pensándolo en términos de Husserl, ¿hay una suerte de punto fontanal a partir de cuál concebir el tiempo?, en la mente divina sí, pero para nosotros, que somos unos “pobres pecadores”, para decirlo en los términos de Francisco, no, porque no podemos ponernos por fuera del tiempo, sólo podemos estar “siendo”, para utilizar otro de los términos técnicos que desarrolla Kusch.

FM JL