Facundo Manes, precandidato a presidente de la UCR, opinó que Argentina desaprovechó oportunidades históricas para desarrollarse y sostuvo que necesitamos una revolución del conocimiento. “El país debe reorientar su estrategia de desarrollo”, resaltó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Para referirte a Milei, relacionándolo con tu condición de médico, usaste la metáfora de que es un “remedio vencido”...
Sí. Las ideas que él representa son una terapia vencida, un remedio vencido para la Argentina. Ya probamos con la intolerancia. El que llega al poder con el odio, gobierna con el odio.
También probamos con la dolarización, tuvimos la convertibilidad, el 1 a 1, y en el 2001 se vio claramente que la mitad de la población quedó afuera, destruimos el aparato productivo, todo eso en el marco de una década de corrupción y superficialidad a la que no queremos volver.
Dolarizar es pulverizar los salarios y los empleos. Javier Milei quiere cambiar una casta por otra. Quiere acabar con el Banco Central y con la soberanía argentina. Yo quiero un Banco Central independiente y una Nación soberana.
Milei quiere acabar con la educación pública, nosotros vamos a fortalecer la educación pública para llevarla inclusive a una educación de primera infancia de calidad internacional.
La revolución del conocimiento empieza por la creación de centros de excelencia que preparen a nuestros niños para el futuro. En la era de la inteligencia artificial, debemos invertir en la inteligencia natural.
Recientemente, vi una foto tuya con Patricia Bullrich. Ella plantea algunos puntos de cercanía con Javier Milei. ¿Encontrás algún punto en contacto entre tu mirada y la de ella?
Con Patricia tuvimos una muy buena reunión en el marco de la Fiesta de la Vendimia. Pertenecemos a la misma coalición. Tenemos coincidencias en valores. Ella quiere combatir la corrupción en Argentina, que es sistémica, en eso estoy totalmente de acuerdo. Tenemos muchas coincidencias.
También tenemos diferentes visiones de la situación, matices. Estamos en la misma coalición porque estamos de acuerdo en el “trazado grueso” de la Argentina hacia el futuro. Una Argentina integrada al mundo en forma inteligente, calidad institucional, honestidad y ejemplaridad de los funcionarios públicos, el fin de la corrupción sistémica, racionalidad económica, cohesión social, entre otras cosas.
Sobre otros temas tenemos diferencias, matices, para eso están las PASO. En las PASO, la gente va a elegir qué semblante le da al liderazgo de la coalición opositora.
Estamos a muy pocas semanas del cierre de listas. Para hacer un cierre completo, obviamente eso lleva un tiempo de organización, por lo que estamos a una semana o dos de la decisión de quiénes van a ser los candidatos a presidente y vicepresidente de cada una de las fórmulas que se presenten. ¿Cuál es tu propia decisión? ¿Qué vas a hacer con tu candidatura, cómo va a ser tu armado?
Somos un grupo de personas, un proyecto colectivo. Estoy rodeado de mucha gente de la sociedad civil comprometida con un ideal de justicia de sociedad moderna y fraternal.
El otro día presenté mi equipo económico, con Marina Del Poggetto y Martín Rapetti en economía del desarrollo. La semana próxima voy a presentar mis expertos en salud, en educación, en ciencia y en geopolítica.
Somos conscientes de la gravedad del momento, de las necesidades populares, de las demandas de mayor justicia, equidad social, del tema urgente de todos los argentinos, que es la inflación.
Facundo Manes contra Milei: “Es un remedio vencido”
Estamos decididos a curar a la Argentina. Voy a ser candidato a presidente con una identidad radical dentro de la coalición opositora. Sin esperar quizás el apoyo total del radicalismo, sino con los radicales que se están sumando, que son muchísimos, pero no voy a esperar un consenso del partido que quizás nunca llegará.
La idea es, el 24 de junio, presentarnos como opción presidencial en las PASO.
¿Quién sería tu vicepresidente? ¿Creés en las fórmulas cruzadas o debería ser una fórmula 100% del radicalismo?
Ahora estamos concentrados en entender el significado de la época, porque queremos ampliar la identidad radical, no alcanza solo con el radicalismo.
Queremos hacer algo similar a lo que hicimos en el 2021, que teníamos cero proyección de votos, y, al mes de campaña, en el marco de una campaña donde me intentaron invisibilizar, sacamos 1.400.000 votos, 16 puntos en la Provincia de Buenos Aires, ese fue el piso. Sacamos alrededor de 40% cuando le ganamos al peronismo unido, por primera vez desde el retorno de la democracia. Después recorrimos, el año pasado, toda la Argentina.
Somos muchísimos, estamos concentrados en interpretar a la mayoría de la sociedad, que quiere algo nuevo. En dejar atrás la decadencia de épocas, y todavía tenemos tiempo para elegir quiénes van a ser nuestros candidatos, por ejemplo a la vicepresidencia, que es tu pregunta.
Tenemos que tener claro que somos los que no se resignan. Los que laburamos para mantener a nuestra familia. Somos los que elegimos no ser más “los boludos de la película”. Vamos a tomar el mando "los boludos de la Argentina", que somos honestos, que trabajamos, que pagamos los impuestos. Nos robaron la Argentina en la que crecimos y queremos recuperarla.
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En este mismo programa, Carlos Ruckauf usaba la metáfora del iceberg que hundió al Titanic para referirse al problema político del país. Según él, en el caso del Frente de Todos, el Presidente dice que no hay iceberg, el ministro de Economía dice que al iceberg hay que esquivarlo por derecha, mientras que la Vicepresidenta dice que hay que esquivarlo por izquierda.
En el caso de Juntos por el Cambio, en cambio, puede haber diferencias, pero partiendo de un diagnóstico común, “hay iceberg y hay que hacer algo”. A partir de allí, Ruckauf planteaba que en la coalición opositora hay un proyecto radical, socialdemócrata, que incluye a Larreta, y otro proyecto liberal-libertario, en el que está Bullrich y otros sectores duros del PRO.
La discusión entonces, también está atravesada por el para qué, si las medidas que se toman generan crecimiento, si eso genera o no un proyecto más igualitario. Llegamos a la discusión de siempre en política, la dicotomía entre “igualdad” y “libertad”. En Juntos por el Cambio, un proyecto pone el eje en la igualdad y otro en la libertad. ¿Creés que estas categorías son correctas para analizar el mapa político?
Excelente punto. Mi lucha, mi convicción de estar en esta pelea por Argentina es por el desarrollo.
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En Argentina tuvimos épocas de commodities altas. En el 2003, el kirchnerismo tuvo casi un “Plan Marshall” de commodities altísimas, y lo desaprovechó, porque no se usó esa época de bonanza, que depende del clima, para invertir en la educación, en la ciencia, en la tecnología, en el valor agregado de nuestros productos para exportar y diversificar nuestra economía.
Ningún país desarrollado hoy depende del clima. El campo fue un ejemplo de la revolución del conocimiento que proponemos. Invirtió en genética, en innovación, en organización, y exporta mucho más de lo que estaría exportando si no hubiera hecho esa revolución del conocimiento.
Si hubiésemos diversificado la economía, podríamos bajar las retenciones del campo, pero todavía dependemos, básicamente, del agro como hace 100 años.
La próxima década puede ser buena en minería, en energía, en agroindustria, en pesca sustentable, industria del conocimiento, turismo, pero si apoyados en eso no hacemos una verdadera revolución tecnológica y educativa, en 20 años, cuando el litio valga menos y la energía cambie, vamos a quedar otra vez empobrecidos.
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Sabemos que la Argentina se encuentra estancada, la inflación no da tregua, no se genera empleo de calidad, la exclusión y la pobreza desafían la construcción de una sociedad capaz de sumar a ciudadanos y ciudadanas a la esperanza, a una vida digna. En ese contexto, el país debe reorientar su estrategia de desarrollo.
Necesitamos una mayor integración al mundo, una consolidación de sus finanzas públicas. A la vez, eso entraña la revolución que estamos proponiendo, no solo administrando las materias primas, sino haciendo una revolución del desarrollo.
Ahí coincido con lo que decís. Hay un cierto liberalismo infantil. Esta idea de que hay que eliminar el Estado, que no haya Banco Central, que se adopte una moneda extranjera, que no haya regulación de ningún tipo en el mercado. Llegando incluso a hablar de mercado libre de órganos de personas, imaginate, para un médico, lo que es esto.
La gente tiene una gran frustración con la política y los políticos, comprendo eso, pero ese no es el camino.
Más allá de este “liberalismo infantil”, está el modelo kirchnerista, que es “asistencialismo anticapitalista”. Parte de una observación verdadera, que es que en Argentina hay pobreza y desigualdad, pero la terapia del kirchnerismo ha demostrado ser muy mala. Han gobernado dieciséis de los últimos veinte años, combaten la iniciativa privada, la producción, la inversión, la exportación. Es un modelo que ya vimos y no lo queremos más.
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Después tenemos, en la oposición, acuerdos de trazado grueso, pero hay dos versiones. Una que quiere transformar “a lo guapo”. Esta mirada, en mi opinión, tiene un pronóstico correcto, pero yo creo que hay que hacer una terapia de cooperación. Esa es la visión que tenemos varios dirigentes y la mayoría de la sociedad, pienso yo.
Estamos de acuerdo en que la Argentina necesita crecer, modernizarse, integrarse al mundo, tener un estado ágil, eficiente, presente, pero la estabilización económica no se va a lograr pisando a los demás con un tanque, sino con consensos básicos. Esa es un poco la diferencia.
FM JL