MODO FONTEVECCHIA
NUEVO GOBIERNO

Guillermo Jensen: "El enfoque revolucionario de los libertarios los va a terminar hundiendo"

El especialista en derecho político explicó la inevitabilidad de cierta estatalidad incluso en gobiernos con enfoque liberal: "Cuando plantean la dimensión política simbólica hay una pretensión de cambio muy fuerte, pero en las políticas públicas concretas se traduce más tenuemente", señaló.

Guillermo Jensen
Guillermo Jensen | Cedoc

El abogado Guillermo Jensen hizo foco en la perspectiva libertaria de que todas las constituciones son inherentemente "inconstitucionales": "Se gobierna, incluso liberalmente, con un mínimo de estatalidad y con reglas establecidas". Además, en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1), subrayó las posibles tensiones entre las políticas de Milei y el régimen democrático. 

Guillermo Jensen es abogado, diplomado en Bases Neurobiológicas de la Didáctica, magíster en Ciencias Políticas y Sociología. Además. doctorado en Derecho Político, es director del Instituto de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad del Salvador y ayer, junto con su colega Andrés Rosner, publicó un artículo titulado "Constitución o Revolución", en el que plantearon la inconstitucionalidad del decreto publicado por el Gobierno Nacional.

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Para escribir el artículo “Constitución o Revolución” tuvieron en cuenta que, desde la perspectiva libertaria, todas las constituciones son “inconstitucionales”, ya que parten de la idea de que siempre tiene que haber un pacto y que, de esa forma, se obliga  a la siguiente generación a respetar lo que acordó la anterior. Por eso, consideran que debería revalidarse en cada generación, consecuentemente, por naturaleza, son anticonstitucionalistas. ¿Es un tema de fondo, más allá del DNU de Milei?

Esos pensamientos libertarios no son exclusivos de Argentina, aunque en las llamadas nuevas derechas ocupan un lugar que no es principal. Esa pulsión a estar siempre desatado y que impulsa a un cambio permanente ha encontrado un límite político que ha implicado la organización de alianzas con sectores más conservadores, quienes consideran a la Constitución como algo fijo y que ordena la sociedad.

Constitución o Revolución

Entonces, el impulso es estar siempre con las manos desatadas, y una Constitución es ponerle una organización a un orden político y social comunitario. La historia ha demostrado que los libertarios y los liberales más extremos están siempre en esta tensión, ya sea coherentemente o no. En Alberdi también existe dicha tensión entre la persona que piensa un orden político estable y el intelectual que está ligado a un pensamiento económico liberal, y que cree que el futuro de la sociedad depende de eso.

Cuando uno ve cómo se resolvieron los hechos, la tensión se resuelve fácticamente en el momento en el que quienes pretenden estos cambios no pueden eludir acceder al Estado. Es decir, se gobierna, incluso liberalmente, con un mínimo de estatalidad y con reglas establecidas. Es la necesidad de liberarse las manos pero no del todo, ya que el cargo que ocupa se debe a la formalidad desde la Constitución y una legitimidad aceptada jurídicamente. 

La revolución de la libertad

Exactamente. La revolución siempre se come a sus hijos, entonces, aquel que se libera tanto las manos termina siendo prisionero de eso mismo. Ustedes titularon "Revolución o Constitución". ¿Se podría decir que Constitución es igual a democracia?

Sí, teniendo en cuenta lo que nosotros llamamos democracia en Occidente después de la Segunda Guerra Mundial, es decir, la que está constituida por elementos que viene de la tradición democrática y ensamblado en torno de una Constitución. O sea, las democracias liberales son constitucionales, lo han sido en el mundo occidental.

Son relativamente nuevas en la historia de la humanidad, más allá de que las naturalizamos. En ese sentido, la democracia no es algo desatado, es un orden, no puede ser revolucionaria. O, como decía Carlos Strasser, es un régimen de gobierno del Estado. Y ese gobierno no es exactamente igual al entramado institucional del régimen, que se guía en los actores políticos, las relaciones, y que opera a partir de un Estado.

Entonces, lo más probable que suceda en la gestión de Milei es que, al final del día, deberá asumir las necesidades del régimen: tendrá que implementar políticas públicas a partir de cierta estatalidad, no va a poder avanzar en una revolución permanente porque la lógica lo llevará a estabilizarse.

Javier Milei - DNU
El comienzo de la gestión de Javier Milei

Si se piensa en las nuevas derechas que han llegado al poder, hay dos características generales: primero, cuando plantean la dimensión política simbólica hay una pretensión de cambio muy fuerte, pero en las políticas públicas concretas se traduce más tenuemente.

En segundo término, dada esa características, tienden a frustrar esa expectativa que generan. Lo que vemos con cierta preocupación, no sólo con el DNU, es que el enfoque revolucionario de los libertarios lo va a terminar hundiendo porque esa pulsión es muy grande. Lo mejor que puede suceder es la normalización de esto y lo hemos visto en otros fenómenos globales. Creo que al final del día, varias propuestas políticas del Presidente naufragarán parcialmente, otras serán negociadas y varias se estabilizarán. Es que, incluso una política liberal, necesita los elementos del régimen de la Constitución de la llamada democracia moderna.

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La tensiones de las ideas libertarias en un sistema democrático

Finalmente lo que estamos planteando es que la discusión de fondo, más que la Constitución, es la democracia y ver si Milei se adapta al sistema democrático o no. La tensión que usted plantea parece indicar que las constituciones terminan obligando a los presidentes a ejercer democráticamente porque no tienen otra alternativa. ¿Entiendo bien? ¿Es una visión positivista de la crisis que enfrentamos?

Uno quiere serlo y hay elementos para pensar que es un camino probable, sobre todo, porque en algún punto va a ser inevitable. Uno puede pelearse con la casta o los medios hegemónicos, pero la institucionalidad es lo que permite que las políticas públicas vayan para adelante.

Entonces, va a terminar normalizando, será el gobierno más liberal de la historia argentina en muchos aspectos, pero no entra en tensión con el régimen democrático. Ahora, la pulsión que vemos, que está muy presente en esta idea refundacional de la Argentina, también es algo que genera una amenaza permanente.

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De todas maneras, este razonamiento instrumental no es exclusivo de Milei, ya que la historia de los gobiernos argentinos que han utilizado los DNU o facultades delegadas en nombre de emergencias demuestra que para justificar eso siempre hay un razonamiento instrumental, que hace que la Constitución sea un obstáculo. 

Nunca habíamos convivido con un candidato donde eso no es un momento de su gestión o de su campaña, sino es la perspectiva general con la que enfoca la política, esa es la novedad importante. Pero, digo, quiero ser optimista en el sentido de que esto va a tensionar pero sin romper al régimen. Pero no es seguro porque donde hay revolución, no hay orden y no hay Constitución democrática.

AO JL