MODO FONTEVECCHIA
Panorama político

María Esperanza Casullo: "Cualquiera que se vaya de su coalición pierde"

La analista política caracteriza que es la aversión al otro lo que mantiene unidas a las coaliciones, y que, a pesar de las disidencias, quien rompa su coalición, se condena a la derrota.

María Esperanza Casullo
María Esperanza Casullo | Capturo de video

La politóloga María Esperanza Casullo señaló que, en el momento actual, parece muy difícil construir liderazgos democráticos fuertes. “Pareciera que es más fácil construir liderazgos en la extrema derecha que en la izquierda democrática”, afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).

¿A qué atribuís esta situación de indefinición que estamos viendo tanto en Juntos por el Cambio como en el Frente de Todos?

La razón de fondo no la sé, sería muy interesante poder conversar con los protagonistas. 

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Lo que sí me parece que está claro son los problemas de incentivos que los dirigentes de ambas coaliciones tienen. No se llevan bien, no comparten muchas cosas, pero hay un dato muy duro de la realidad, que es que cualquiera que se vaya de su coalición pierde. Ese es el dilema de hierro que opera en este momento.

¿El temor a perder más que el deseo de ganar es lo que los mantiene unidos?

Si Cristina Kirchner o Alberto Fernández rompen el Frente de Todos, eso, para mí, sería renunciar a cualquier pretensión de ganar. Por el otro lado, si Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich o Mauricio Macri rompen Juntos por el Cambio, eso también, automáticamente, implica renunciar a la pretensión de ganar. Por ahora, ninguno de ellos parece dispuesto a hacerlo.

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Hay algo paradójico. En Argentina hablamos mucho de la crisis del sistema político, de la fragmentación, pero hay una realidad, desde hace diez años, que es que la gran mayoría de los votos se reparten entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio.

Es decir, a diferencia de otros momentos de la Argentina, no parece representar una táctica exitosa romper e irse solos.

¿Puede que eso genere problemas de gobernabilidad? Porque el miedo a que ganen los otros los mantiene cohesionados, pero, una vez que ya estás en el Gobierno, emergen las disidencias internas.

Totalmente. Acá hay dos “valores” que están en contradicción entre sí. Un valor es el cuestionamiento interno de las coaliciones, del peronismo, por un lado, y de Juntos por el Cambio, por el otro.

Están sólidos, tienen bloques en el Congreso, se produjo alternancia. Pero el principio de esa solidez es la polarización y la aversión hacia la coalición opuesta. Esto, que sirve para mantenerse sólido electoralmente, dificulta para gobernar. Este es un poco el “nudo gordiano” que, me parece, estamos viendo en estos últimos años.

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Me queda resonando esta idea de que la fuerza de la unidad es la aversión hacia el otro.

Es así. Esta situación se da en un momento en el que, dentro de cada coalición, existen bastantes disensos en cuanto a cuáles son los principios de cada coalición en términos programáticos e ideológicos.

Hay diferencias ideológicas bastante fuertes al interior de ambas coaliciones. El “cemento” que mantiene unidos fuertemente a estos sectores es estar en contra del otro. Esto, en un punto, es estructural e inevitable, existe en todos los sistemas de partidos. Es uno de los principios de la democracia de partidos, vos sos lo que no es el otro.

El tema es que, el otro principio que se supone es que en instituciones como el Congreso se van a dar acuerdos y hasta “componendas”, podríamos decir, que van a permitir cierta gobernabilidad, y esto es lo que hoy está muy trabado en la Argentina.

Si el cemento es la aversión al otro, eso hace que cualquier contradicción pueda ser absorbida en post de la oposición al contrincante. ¿Eso es un obstáculo para crear un liderazgo claro? Me viene la idea de Pascal, de que la presión es inversamente proporcional al espacio, entonces, al ocupar un espacio tan grande, la presión se diluye, porque puede ser cualquier cosa, Menem o Kirchner.

Sí. Acá también se da el fenómeno inverso. Uno puede verlo como causa de que no exista un liderazgo claro, pero también es un efecto de que no exista un liderazgo claro. Es un efecto de la puja interna de los liderazgos de ambas coaliciones.

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Hoy no está claro quién es el líder efectivo en el peronismo, y tampoco está claro quién es el líder efectivo en Juntos por el Cambio. En un lado está Cristina Fernández de Kirchner, en el otro Mauricio Macri, que son los “líderes afectivos” de los núcleos de las coaliciones, pero tienen gente que está desafiando esa autoridad.

Si existiera un único líder, incluso las negociaciones serían más fáciles, porque ese líder podría negociar, y no habría voces disidentes en la propia coalición. Es como eso de “sólo Nixon puede ir a China”.

Cuando Alberto Fernández negoció ciertas cosas, fueron sectores de su propia coalición las que salieron al cruce, a decirle que no tendría que negociar, tratarlo de traidor y de tibio.

Por el otro frente, cuando Horacio Rodríguez Larreta plantea que quiere ser un Gobierno anti grieta, lo cuestionan desde su propia coalición.

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Sólo Nixon podía ir a China, sólo Menem podía privatizar, durante el Gobierno de Alfonsín le tiraban huevos a Terragno por querer privatizar una parte de Aerolíneas Argentinas. ¿Lo que falta hoy es ese alguien que “sólo él” pueda hacer algo?

Lo que yo esperaría es que suceda este año, se diriman estos liderazgos, y quede más limpio, por decirlo así, quién habla por cada coalición, y puedan, el año que viene, gane quien gane, hacer las negociaciones que hacen falta.

¿La aparición de un líder es causa o consecuencia? ¿Es una singularidad de la naturaleza o es algo que las condiciones de posibilidad fabrican?

Es una gran pregunta. La verdad es que no lo sé. Me encantaría saberlo. Todo lo que yo investigo tiene que ver con tratar de responder a esa pregunta, cuáles son las condiciones de aparición de estos liderazgos. 

Hoy, estamos en un momento en el cual es muy difícil ser líder en Latinoamérica, y esos lugares de liderazgo son bastante frágiles. Lo vemos con Boric en Chile, con Petro en Colombia, está difícil la situación. Pero de cualquier manera, la política incluye y necesita una dimensión de liderazgo personal.

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¿Es un problema sólo de Argentina o también lo ves en otros países?

Las dificultades a la hora de construir liderazgo las vemos en Estados Unidos, Europa, entre otros lugares. Muchas veces, vemos que los liderazgos que aparecen son muy antisistema.

Parecería que es más fácil construir ese tipo de liderazgos en la extrema derecha que en la izquierda democrática. Como Donald Trump o Bolsonaro.

La pregunta podría ser cómo construir esos liderazgos transformativos, capaces de asumir costos, tomar medidas, pero compatibles con la democracia liberal.

FM JL