MODO FONTEVECCHIA
CRISIS ECONÓMICA

Miguel Ángel Pesce: "Fue un error la devaluación al inicio del gobierno"

A diferencia de otros economistas, el ex director del BCRA sostiene que para dolarizar se necesitan muchos más dólares que los equivalentes a la base monetaria, y que hacerlo en este contexto "sería muy grave".

Miguel Ángel Pesce
Miguel Ángel Pesce | NA

El economista Miguel Ángel Pesce destacó el aumento en las exportaciones argentinas de los últimos años y proyectó un crecimiento significativo impulsado por sectores clave como el litio y las energías renovables: "En 5 ó 6 años estaremos exportando 130.000 millones de dólares", vaticinó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Miguel Ángel Pesce es economista. Fue presidente del Banco Central de la República Argentina durante cuatro años, entre 2019 y 2023, y vicepresidente de la misma entidad entre el año 2004 y 2015. Además, se desempeñó como síndico general de la Nación en el año 2004 y secretario de Hacienda de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el año 2000. 

Este fin de semana expusiste la cantidad de divisas necesarias para dolarizar la economía. ¿Podrías sintetizar tu idea?

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Hay un debate entre los economistas, y se refleja claramente en los medios de comunicación, sobre la cantidad de dólares necesarios para implementar un proceso de dolarización, es decir, la conversión de toda la moneda nacional a dólares. 

Muchos economistas, y esta percepción también se refleja en la opinión pública, así como en las declaraciones del propio Presidente, sostienen que lo necesario es el equivalente a la base monetaria. Esta base incluye el dinero en circulación en la economía, así como los depósitos bancarios mantenidos en el Banco Central y en los tesoros de los bancos. 

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Sin embargo, esta perspectiva es un error ya que, como se demostró durante la era de la convertibilidad, puede llevar a situaciones problemáticas como la restricción a la extracción de depósitos. ¿Por qué? Porque al dolarizar, es posible que los bancos necesiten mantener reservas más altas en dólares para asegurar la liquidez de esos depósitos.

Esto se debe a que el Banco Central ya no actúa como prestamista de última instancia, lo que significa que los requisitos de liquidez serían más exigentes. Además, al eliminar la moneda nacional, los bancos también tendrían que aumentar sus reservas para hacer frente a los retiros en pesos. 

Según la propia experiencia argentina de los depósitos en dólares y de otros países dolarizados, esta necesidad de reservas adicionales podría representar hasta el 30% de los depósitos. Esto significa que para dolarizar no se necesitarían solo los 11.000 millones de dólares equivalentes a la base monetaria, sino 31.000 millones de dólares, al tipo de cambio oficial actual o 27.000 millones de dólares al tipo de cambio de mil pesos. 

Javier Milei, llevó a la dolarización como bandera electoral
Javier Milei llevó a la dolarización como bandera electoral.

Para ponerlo en perspectiva, si se intentara dolarizar con solo 11.000 millones de dólares, se necesitaría un tipo de cambio de casi 2.500 pesos. Además de consideraciones constitucionales y técnicas, como la pérdida de respaldo del Banco Central para los bonos del tesoro y la necesidad de modificar los préstamos en pesos, porque esas personas van a tener que aceptar que le cambien la denominación de sus créditos.

En resumen, la dolarización requeriría una cantidad sustancialmente mayor de dólares de la que se había previsto inicialmente, entre 27.000 y 31.000 millones de dólares, junto con una serie de ajustes y consideraciones adicionales.

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¿Eso mismo fue lo que hizo desistir la idea de la dolarización? ¿Cuando se habla de una especie de semi convertibilidad con una canasta de moneda está relacionado con que no resulta posible una dolarización lisa y llana?

Ojalá que sea así, porque embarcarse en una dolarización en este contexto sería muy grave. Por otro lado, puede ser que esto cambie en los próximos meses, pero todavía la balanza de pago no viene mostrando señales de una acumulación de reservas que permita generar respaldo. 

Lo que hemos visto en estos últimos meses es que las restricciones que se impusieron a los pagos de importaciones ha llevado a que de tener un superávit comercial de 2.000 millones de dólares en los primeros dos meses del año, el Banco Central ha acumulado alrededor de 12.000 millones de dólares. Entonces, todavía tampoco tenemos buenas noticias del lado de la balanza de pago y de la balanza cambiaria como para poder iniciar semejante proceso.

¿Licuar el ahorro argentino o preservarlo? El debate sobre la remuneración de pasivos

Maslatón sostenía que el problema de la inflación no era el déficit fiscal, sino el déficit generado por el propio Banco Central al remunerar los pasivos, y que se tendría que terminar con el “problema mental” de todos los gobiernos de mantener con una alta tasa de interés los pasivos remunerados. ¿Coincidís con esto?

Eso es un error, detrás de estos pasivos en pesos del Central se encuentra el ahorro de las empresas y las familias argentinas. Hablar de licuar el déficit cuasi fiscal es, en realidad, hablar de erosionar el ahorro de los argentinos, lo cual considero un error a largo plazo. La Argentina tiene capacidad de ahorro, pero no capacidad para convertir ese ahorro en inversión, por diversas razones discutibles. 

Retomar un proceso de licuación de activos en pesos sería un error, ya que desincentivaría el ahorro en moneda nacional. Durante nuestra gestión, buscamos mantener el valor del ahorro nacional mediante la remuneración que el Banco Central otorgaba a los bancos a través de las leliqs y de los pases. 

Sin embargo, esta estrategia ha cambiado bajo este Gobierno, que ha impuesto tasas de interés marcadamente negativas en pesos, lo que efectivamente licua los activos remunerados del Banco Central. 

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Ahora, eso tiene también otro aspecto que hay que tener en cuenta y es que también el Gobierno ha habido dos sustituciones de activos remunerados del Banco Central. Por un lado la emisión de un título en dólares por parte del Banco Central que ha transformado deuda en pesos a deuda en dólares en el Banco Central, y por otro lado que luego del golpe devaluatorio que se dio a comienzo del Gobierno, tuvimos un crawling peg, una variación del tipo de cambio mensual del 2%

Entonces, si bien se está licuando los activos en pesos, los depósitos en pesos, con respecto a la inflación, no lo está haciendo con respecto al tipo de cambio, y entonces ahí volvemos al tema de la dolarización. 

Para ir en el sentido de la dolarización, lo que se necesita es bajar el valor de esos activos en dólares y no en pesos, pero yo creo que es un error en el largo plazo establecer tasas negativas de interés porque eso vuelve a confirmarle a la gente que la mejor inversión que puede hacer es la inversión en dólares y no en la moneda nacional. 

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Por otro lado, también el Gobierno sustituyó los pasivos del Banco Central por deuda del tesoro, que está ajustada no por una tasa nominal de interés, sino por una tasa variable ajustada por inflación, y eso va a traerle dificultades al tesoro nacional porque la deuda o los servicios de esa deuda se están ajustando por la inflación.

Para hacerlo más sencillo: Maslatón dice que lo que tiene que hacer el Estado y el Banco Central es devolver la plata a los bancos y no seguir remunerándolos. ¿Qué pasaría si se tomara esa decisión?

Si esa situación se materializa, la tasa de interés caería aún más, lo que sería sumamente perjudicial. Esto provocaría una mayor fuga de depósitos hacia el dólar, incrementando la corrida inflacionaria y generando presión en los mercados cambiarios paralelos, y el tipo de cambio que se define en el mercado de títulos, el contado  con liquidación y el MEP. 

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Esta situación añadiría una presión adicional al mercado cambiario, ya que los argentinos, con su histórica experiencia en proteger su dinero de la inflación, tienden a recurrir a la dolarización como mecanismo de resguardo. Por lo tanto, una reducción aún mayor de la tasa de interés solo intensificará la demanda de dólares, que hoy se sostiene porque el 20% de las exportaciones se liquida en el mercado de títulos, pero sería bueno que eso dejara de hacerse para poder acumular más reservas.

Simplemente, a modo contrafáctico y para tratar de ser gráfico. Dado que el dólar pareciera estar retrasado, o los precios de la Argentina parecieran estar carísimos en dólares, ¿no sería bueno, por ejemplo, que el dólar se fuese a 1.500 pesos? Estoy planteando de una manera muy brutal, simplemente para graficarlo fácilmente, y que por lo tanto Argentina deje de ser un país tan caro en dólares. ¿Los precios ya no están con un dólar de 1.500 o 1.700 en la cabeza de quienes pusieron los precios en los últimos cuatro meses?

En mi opinión, fue un error la devaluación al inicio del gobierno. Un aumento del 118% fue desmesurado y tuvo consecuencias negativas, como la inflación experimentada en los primeros dos meses del año. 

Yacimiento de Vaca Muerta
Yacimiento de Vaca Muerta.

Actualmente, el tipo de cambio real estimado por el Banco Central ha vuelto a niveles similares a los previos a esa devaluación. Este fenómeno de inflación acelerada seguida de una estabilización en niveles anteriores es recurrente, como se observó en otras devaluaciones pasadas, como en 2014, 2023 y con las dos de Macri. 

Reducir el tipo de cambio a 150 implicaría una caída aún mayor en el salario real. La verdadera solución radica en estimular el crecimiento económico para corregir el desequilibrio entre la oferta y la demanda, abordando así la inflación sin recurrir a medidas de ajuste en el consumo y la inversión.

El cambio de paradigma en las exportaciones argentinas

Fernando Meaños (FM): Cada una de esas devaluaciones que nombrás siempre han tenido han tenido como corolario un salto muy abrupto del tipo de cambio. ¿Por qué no iba a pasar esta vez con todos los controles que se venían estableciendo a lo largo de los últimos años? Siempre que hay una brecha cambiaria tan alta de un 50% o un 100%, hay una devaluación abrupta, ¿o no?

Un aspecto crucial que he estado señalando repetidamente es el momento en que se implementaron los controles cambiarios. Estos se establecieron cuando las exportaciones argentinas disminuyeron de 83.000 millones a 70.000 millones de dólares. 

Durante la gestión de Cristina Kirchner y todo el gobierno de Macri, las exportaciones continuaron cayendo, estabilizándose en 60.000 millones de dólares. Sin embargo, en 2022, a pesar de las dificultades energéticas derivadas de la guerra en Ucrania, Argentina logró exportar 88.000 millones de dólares, indicando un cambio positivo. 

Proyectamos que en 5 ó 6 años estaremos exportando 130.000 millones de dólares, impulsados por el litio, los combustibles y la expansión agrícola. Esto nos permite diseñar un nuevo programa que no se centre únicamente en el ajuste, sino en cómo distribuir el crecimiento de las exportaciones. 

Es crucial determinar si este aumento servirá para impulsar el crecimiento interno o para pagar a los acreedores externos. Esta diferencia marca un cambio significativo desde 2011 hasta ahora, acompañado por avances en el sector energético, como Vaca Muerta y las exploraciones de gas y petróleo en el bloque Palermo Aike  en Santa Cruz, así como en energías renovables. Se abre una nueva perspectiva para Argentina, pero debemos aprovecharla adecuadamente.

AO FM