El auditor general de la Nación, Miguel Ángel Pichetto, habló en Modo Fontevecchia para Radio Perfil (FM 101.9) sobre las distintas posiciones dentro de Juntos por el Cambio de cara a las elecciones de 2023. "Estamos trabajando en el espacio del peronismo republicano, estamos sosteniendo ideas", subrayó.
Macri dice que 'no tenemos que dejar que la UCR nos marque la cancha, por mantener la unidad estamos dejando de ser el cambio, si no nos diferenciamos pagaremos un costo electoral' y, por el otro lado, tenemos a Rodríguez Larreta dice que 'se necesitan más agallas para dialogar con quien piensa distinto que para tirar piedras, el desafío mayor es terminar con la grieta, por supuesto eso no implica renunciar a las convicciones' y Patricia Bullrich cree que 'el miedo es continuidad de la decadencia, no hay que tener medias tintas, hay un solo camino que es el cambio profundo'. ¿Cómo se hace para conciliar esas visiones tan extremas?
Cada uno de los que ha reflexionado tiene algo de razón. Juntos por el Cambio tiene que intentar ganar las elecciones, construir un programa que vaya en línea con las ansiedades y las necesidades de la sociedad argentina. No hay que confundir un proyecto político para ganar las elecciones con lo que significaría, después, el ejercicio del Gobierno, las formas y el estilo para llevarlo adelante.
Es cierto que hay que superar la grieta, que hay que construir la unidad de los argentinos, que hay que tener un objetivo y fortalecer el Estado-Nación. Estamos empezando la discusión política y del futuro del país. Juntos por el Cambio tiene que tener ideas fuerza, precisas, tratar de no estar en el marco de ambigüedades o contradicciones.
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La coalición de Juntos por el Cambio tiene cosas positivas y negativas, estamos en un debate horizontal, es importante, tiene matices, multiplicidad de voces, pero encierra un riesgo de cara al año que viene porque tenemos que tener un liderazgo, unificar el mensaje, las voces, mostrar a la sociedad un equipo de gobierno y también una propuesta para la Argentina de carácter general, que tiene que tener precisión en los lineamientos.
El debate profundo es consolidar un modelo capitalista, con libertades, liberar la energía creadora, generar condiciones para que la Argentina crezca. Estamos en un momento complejo, en el que estos matices se ponen de manifiesto como anoche, donde hubo distintas miradas.
Para que Juntos por el Cambio sea una alternativa electoral potente requiere diferencias, que haya personajes que estén más cerca de los libertarios, personas como los radicales que puedan estar más cerca del lineamiento nacional y popular tradicional del peronismo, y que esas tensiones son inmanentes a la grandeza.
Son inherentes a las coaliciones. Hay una debilidad de los partidos políticos y las coaliciones indudablemente suman voluntades en las que las personas no piensan de la misma manera. Esto no puede durar mucho tiempo, para el año que viene hay que ir perfilando un mensaje único, que la sociedad reciba un claro lineamiento, una unificación de voces y que empecemos a unificar el tema de liderazgo.
No hay proyecto político que triunfe si no tiene un liderazgo intelectual, de ideas, político económico. Argentina requiere de un equipo, de un programa de gobierno que siente las bases para el desarrollo y para terminar con la decadencia. El año próximo requiere de afinar el discurso y terminar con los matices. Todos tendremos que estar detrás de una visión del país. Para ganar, Juntos por el Cambio debe tener un mensaje más monolítico.
¿Vamos a vivir una época en la que las dos coaliciones tengan liderazgos horizontales y divergencias continuas dentro de cada una de las coaliciones?
Es un escenario muy complejo para la Argentina. La experiencia del Frente de Todos es muy mala porque termina impactando la política en la economía, no es sostenible durante mucho tiempo. La horizontalidad no es sostenible, es fundamental un liderazgo moderno, democrático, que tiene que ser el resultado del debate de la coalición y del proceso de selección de las candidaturas.
Te tocó ser de la generación de los presidentes muy fuertes, Menem, Kirchner, Macri en su medida, fuiste oficialista con los presidentes fuertes del justicialismo, que tiene como historia que hay decisionismo, hay un líder que toma las decisiones. ¿Ves hoy en la Argentina esos líderes?
Tal vez hoy no aparezcan pero van a tener que hacerlo de cara al proceso que viene. No hay política en el vacío, emergen figuras y a veces la sociedad no ve venir el liderazgo, en 2002 nadie hablaba de Néstor Kirchner. Tenía un porcentaje de incidencia muy bajo en términos de imagen, si hubiera sido por eso nunca hubiera sido presidente. La sociedad siempre va a buscar la salida. El mundo que vos y yo conocimos, no existe.
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El escenario de la comunicación está muy fragmentado y hay un esquema de categorías, de grupos etarios que se informan por otras realidades y otros medios, todavía subsiste un marco de unificación, la Argentina todavía va a vivir una etapa en la que la construcción del liderazgo va a pasar por distintos espacios de la comunicación, yo no subestimo a los medios tradicionales, son muy importantes y también conforman la opinión pública. La sociedad encuentra un camino que no la va a mostrar tan fragmentada.
Es una cuestión de carácter, no solo de ideología o idea, para ser un líder fuerte y llevar un proceso de disciplinamiento de las disidencias. ¿Quién tiene esa actitud dentro de Juntos por el Cambio?
No me gusta hablar de las personas pero son los líderes que hoy están al frente, que aparecen. El PRO tiene la figura de Larreta, Macri y Bullrich; el radicalismo en Cornejo, Morales y en menor medida Manes, que aparece como algo más novedoso y disruptivo. Estamos trabajando en el espacio del peronismo republicano, estamos sosteniendo ideas.
La Argentina necesita de orden y administración, buen gobierno. Hoy la crítica al sistema política está en boga porque el gobierno de Fernández es un mal gobierno y esto provoca una reacción mayor contra el sistema político.
AVS PAR