Rodolfo Tailhade, diputado nacional del Frente de Todos, manifestó su posición en el juicio político a los miembros de la Corte Suprema de Justicia y en lo necesaria que es una reforma de la institución. "No creo que haya hoy algo más importante que la Corte en términos de disfuncionalidad institucional" declaró el político en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM101.9).
¿Le gusta AC/DC? ¿Elegimos bien?
Sí, aparte es la época de la banda que más me gusta, con el cantante anterior, Bon Scott.
Y esta idea de que es una autopista al infierno, ¿qué sería una autopista al infierno? ¿La Corte actual o el juicio político a la Corte?
Que el país continúe sin discutir sus instituciones más importantes, como por ejemplo la Corte. Si nosotros, la política, no ingresamos en una política virtuosa de discutir a fondo cómo funcionan las instituciones estamos pavimentando la autopista al infierno. Por eso el error de la oposición es cerrarse en una posición de no discutir nada, más allá de que tiene el derecho de ponerse del lado de quien quiera y defender hechos y derechos como le parezca, pero lo que no se puede hacer es mostrarle a la sociedad que no queremos discutir una institución como la Corte. Deberíamos discutir también otras instituciones, pero no creo que haya hoy algo más importante que la Corte en términos de disfuncionalidad institucional.
Usted me citó a mí la semana pasada, “En el caso Fontevecchia - D´amico vs Argentina, esta corte sigue sin cumplir el fallo de la Corte Interamericana de Justicia en este caso, que entre otras cosas ordenó la revocación del fallo de la Corte”. Ese fallo, la Corte no lo cumplió porque existía el temor de que la Corte de San José de Costa Rica también emitiera un fallo pidiendo la liberación de Milagro Sala, entonces incumplir el fallo donde dejaba sin efecto la condena contra D´amico y contra mí, tenía el precedente de no generar en el futuro un ruido exclusivamente por Milagro Sala. ¿Usted tiene la misma versión de aquel momento?
No tengo certezas pero siempre se consideró que había intencionalidades ocultas detrás de la negativa de la corte a cumplir con las recomendaciones de la Corte Interamericana.
Lo más escandaloso de esta cuestión tiene que ver con que Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti, cuando fueron a las audiencias públicas a buscar el acuerdo de los senadores para ser ministros de la Corte Suprema, en el Senado, señalaron que para ellos los fallos de la Corte Interamericana eran vinculantes. Me da la impresión que han mentido frente a los senadores para conseguir ese acuerdo, y sin embargo no tenían intención de considerar vinculantes a los fallos como después paso.
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Esta semana continúa el tratamiento en comisión sobre el pedido de juicio político a la corte, considerando que ya está aprobada la admisibilidad, ¿cuál sería el paso siguiente?
Este jueves la idea de la presidenta de la comisión es poner en consideración la organización de las medidas de pruebas en lo sucesivo. El jueves pasado se votó la admisibilidad y a favor de las medidas de pruebas que presentaron diputados y ciudadanos.
La coalición cívica hizo una presentación ampliando las medidas de prueba para el expediente Lorenzetti, y nosotros vamos a plantear distintas y muchas medidas, eso se discutirá y se pondrá en votación y consideración, además de un cronograma.
Hay dos bloques de prueba para arrancar a partir del jueves, el bloque de la prueba informativa, que tiene que ver con conseguir información y el otro bloque es el de los testimonios. A partir del jueves 23 ya empezamos a recibir testigos, y pasado mañana definiremos cuál será la lógica de citación, si por juez o por caso.
Usted sabe que Argentina e Israel tienen algunos parecidos, en Israel se discute ahora una reforma judicial y el domingo habló el presidente a la nación e imploró “detener el viento de la polarización que divide al país y amenaza la democracia”, y llamó a un acuerdo entre el oficialismo y la oposición para la reforma judicial ¿Qué le pareció?
Muy interesante, hay cosas que efectivamente se pueden interpretar en ese mismo sentido en Argentina.
La razón de ser del discurso tiene que ver con una crisis que hay en el poder judicial, que tenemos nosotros y que el mundo padece, con más o menor intensidad. España hace días tuvo una gran crisis donde el tribunal bloqueaba las iniciativas del Congreso de los diputados para reformar el Tribunal Constitucional. Acá hay un problema generalizado del Poder Judicial que tiene que ver con que hemos instalado este poder como uno de los tres del Estado y ha terminado siendo un problema, y quizá una mirada de servicio público antes que de un poder formalmente constituido como órgano de la república tiene que ver más con las funciones de los jueces y fiscales en todos lados.
Respecto al fondo de lo que plantea el presidente israelí, me encantaría dejar de lado diferencias y que disminuyera la polaridad que hay, que es en todo el mundo, pero por lo pronto no tenemos salida inmediata, las posiciones parecen muy difíciles de unificar y acá el radicalismo es un poco la clave de esta cuestión.
El radicalismo es un partido con una histórica tradición popular y terminó aliado, por cuestiones coyunturales a una derecha que busca otro país, y ese otro país de la nueva derecha argentina no tiene puntos en común con una sociedad como la que plantea el peronismo, hay que buscar una vuelta para acercar esas posiciones que más allá de ser rivales siempre compartieron una mirada sobre la democracia y la sociedad argentina.
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Nuria Am (NA): Quiero saber su opinión por la convocatoria del presidente a la mesa política de mañana, ¿cree que va a tener el peso político que quiere?
No arranca de la mejor manera si se condiciona la dinámica de esa mesa exclusivamente a lo electoral. Lo electoral tiene que ser lo último que se discuta, lo primero tiene que ser la gestión. No planteo una auditoría, planteo discusión política.
Más allá del enorme esfuerzo de Massa, hay que ajustar muchas tuercas en la gestión y no creo que haya demasiadas posibilidades de competir con éxito si no lo hacemos, tiene que ser en conjunto. Para arrancar es esto, en todo caso después ver el esquema electoral que corresponda.
Es decir, no la situación judicial de Cristina, sino la gestión. Porque ahí se encuentra trabada la asistencia de algunos participantes, si no se habla de eso no comprometen su asistencia.
No se efectivamente si existen esos condicionamientos, pero por supuesto que tiene que estar ese tema, no podemos mirar para el costado, muchos menos la fuerza que representa al votante de Cristina y la situación en la que está. Tiene que haber un posicionamiento de lo que es un intento de proscripción, son cosas que no pueden estar ausentes.
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Alejandro Gomel (AG): Se escuchan quejas por parte de sectores cercanos a Cristina en cuanto a lo que debe hacer Alberto, ¿qué debería hacer respecto a la justicia en general y con respecto al caso de la vicepresidenta en particular?
Hay que remontarse a la campaña del 2019, gran parte de la militancia de Cristina señalaba que uno de los problemas centrales tenía que ver con el poder judicial, no solo por la persecución política a nuestra dirigenta, sino por el funcionamiento general de la justicia. Alberto en su campaña dijo que no iba a proponer cambios en la Corte, todo ese discurso se reveló equivocado, porque no hubo instancia de diálogos institucional donde se impulsaran reformas del Poder Judicial y desde la cúspide hacia abajo, por eso no pudimos avanzar. Esa equivocación de Alberto significó condicionar todo el mandato en relación con esto, por eso no se impulsó la reforma inmediata de la Corte y su ampliación, en ese momento se podía discutir políticamente y negociar con las distintas fuerzas, y hubiera sido un inicio distinto al que terminó siendo. Yo hubiese propuesto una reforma profunda de la Corte, es decir, miembros, funcionamiento y financiamiento.
¿Con respecto a Cristina puede hacer algo el presidente?
Me parece que el cambio y la reforma de la Cortes era la definición política más importante para ordenar esta dispersión de causas y acusaciones, contra ella y contra otros. No quiero ser grosero, pero es un mamarracho lo que ha hecho Comodoro Py con las causas, me quedaría hablando toda la mañana. La reforma de la cabeza del Poder Judicial ordenaba un montón de cuestiones, pero fundamentalmente el cambio de liderazgo que implicaba eso hubiera sido virtuoso para que el poder también formara parte de reformas. Es muy difícil avanzar en reformas estructurales si no están convencidos sus principales referentes, y nunca, desde el Frente de Todos o el Poder Ejecutivo, tuvimos una intención de generar esas instancias de diálogo. Ahí está el huevo de la serpiente.
MVB FM