Alexander Subbotin, exgerente principal de la compañía energética rusa Lukoil, ha sido hallado muerto en el sótano de la casa de un chamán en Moscú. Es el último de siete oligarcas rusos fallecidos en forma sospechosa desde que comenzó la invasión de Ucrania. Subbotin habría acudido al chamán en busca de una cura para la resaca, pero trascendió que en su cuerpo había veneno de sapo.
¿Qué es el veneno de sapo?
Se trata de una sustancia alucinógena que puede provocar un estado de alteración de la conciencia y que habitualmente se emplea como alternativa para el tratamiento de adicciones o trastornos como la depresión.
El cuerpo de Subbotin se encontraba en una habitación del sótano que habría sido usada en otras ocasiones para rituales vudú.
De Litvinenko a Abramovich, un largo historial de envenenamientos con el sello del Kremlin
Otras muertes dudosas en Rusia
Otros oligarcas rusos, como Sergey Protosenya y Vladislav Avayev, también fueron encontrados sin vida en circunstancias sospechosas.
Protosenya, ex accionista de la empresa de gas rusa Novatek, apareció ahorcado en el jardín de su casa de Lloret de Mar, España. Tanto su mujer como su hija tenían heridas de arma blanca.
El mismo día, Avayev, exvicepresidente de Gazprombank, muy cercano al Kremlin, había sido hallado muerto junto a su esposa embarazada y su hija de 13 años. Murieron por disparos de la misma arma.
JL PAR