El periodista del diario La Capital, Mariano D’Arrigo, afirmó que la balacera al supermercado de la familia Messi y la “pueblada” en Empalme Granero aceleraron los tiempos de una situación que era preocupante en Rosario. “El problema creció demasiado”, explicó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
¿Cómo está Rosario en este momento? ¿Se nota alguna diferencia hoy al caminar por Rosario?
Depende por qué parte camines. En el centro de Rosario no hay muchas diferencias. En las periferias, y en particular donde fue la pueblada, en Empalme Graneros, el barrio Los Pumitas, hay una muy tensa calma después de los acontecimientos que ocurrieron el lunes.
Acá, la llegada de los gendarmes se viene tomando con bastante escepticismo, porque desde el 2014 es ya la novena vez que ante un hecho conmocionante o una ola de asesinatos vienen gendarmes.
Vienen los gendarmes, intervienen en los barrios más calientes, en algunos casos hay algún tipo de pacificación temporal, pero después los problemas continúan.
Algo interesante para señalar es que Rosario es una ciudad bastante fragmentada y diversa.
La semana pasada, una persona muy importante del Poder Judicial me comentaba que uno, cuando ve la tasa de homicidios de la Ciudad, que es muy alta, de 22 cada 100.000 habitantes.
En ese promedio tenés barrios céntricos, donde las tasas de homicidios son los de una ciudad escandinava, y barrios de la periferia donde las tasas son las de El Salvador. Es una situación compleja.
¿Cuál es la emoción que reina entre los rosarinos?
Yo diría que escepticismo.
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¿Molestó la presencia del Gobierno nacional ayer? Es como si el tema lo hubiesen desconocido hasta que sucedió lo del supermercado de la familia de Messi.
En general, la Gendarmería, en los barrios, tiene una mucha mejor valoración que la policía provincial, que es uno de los aspectos nodales del problema.
Con respecto a la visita del Gobierno, creo que un poco en sintonía con lo que planteó el intendente.
Cualquier cosa que funcione será bienvenida, pero el problema creció demasiado, no hay claridad de cómo se van a mover estos gendarmes, cuál es el plan que está detrás de esta intervención de gendarmería.
Por ahora son 300 gendarmes y 100 efectivos de la Policía Federal, además de la intervención del cuerpo de Ingenieros del Ejército. Parece poco para la magnitud del problema.
Alejandro Gomel (AG): ¿Cómo está la relación entre Aníbal Fernández y el gobernador Omar Perotti? ¿Hubo algún cambio en su relación?
Me parece que hubo una especie de "tregua forzada" por las circunstancias. Sería un baño de realidad que tuvieron que darse todos, teniendo que cooperar, porque la situación se las llevaba puestas. No había margen para seguir con el “fuego amigo” y las tensiones políticas internas.
Venían de varios días de cruces fuertes entre el gobernador y el ministro de Seguridad. También hubo cruces con el Gobierno nacional.
AG: Alberto Fernández señaló a Rossi como quién debía ocuparse del tema Rosario. Entiendo que tampoco Rossi tiene buena relación con el gobierno de Santa Fe.
No. La interna que ellos protagonizaron en 2021 dejó heridas bastante fuertes en su relación política. La expectativa es que Rossi pueda oficiar de canal de comunicación entre Santa Fe y Nación.
Me parece que el gobierno provincial, a pesar de la interna, valora tener un interlocutor que por lo menos conoce la situación de Rosario de primera mano, y que también tiene un interés personal en que la provincia no estalle. Eso da el marco de una posible cooperación entre los dos.
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Fernando Meaños (FM): Desde Buenos Aires hay una cierta impresión de que lo que obligó al Gobierno nacional a apuntar la agenda hacia Rosario fue el episodio del supermercado de la familia Messi. Entiendo que hay decenas de casos de ese tipo. ¿Desde allí se ve de la misma manera?
Es muy probable que, efectivamente, si no se hubiera dado la balacera contra el supermercado de Antonela Roccuzzo esto hubiera tenido otros tiempos o hubiera sido diferente.
Esa balacera y esa situación anárquica de los vecinos de Empalme Granero haciendo Estado por mano propia contra los narcos del lugar donde mataron al chiquito Máximo aceleraron los tiempos.
FM: ¿Qué creés que puede pasar con la llegada del ejército a las calles?
Hay que ver efectivamente cuál es la intervención de las Fuerzas Armadas. Por lo menos, lo que anunció el Presidente es que la intervención va a ser del cuerpo de Ingenieros, que no va a ser una intervención armada, que no vamos a ver escenas como las que se ven en favelas brasileñas o en México. El rol sería en la urbanización de barrios populares.
Entiendo que la asistencia del ejército va a pasar por ese lado y no por la cuestión represiva.
FM JL