MúSICA
Noche de magia pop

Entre baile, confesiones y hits, Lola Índigo hizo vibrar el Vorterix con su “Nave Dragón Tour”

Con un show dividido en tres actos, la artista española repasó más de veinte canciones, agradeció a colegas argentinas como María Becerra y Lali, y compartió un costado íntimo en una noche cargada de energía y emoción.

Lola Indigo
El Vorterix explotó con la energía de Lola Índigo y su Nave Dragón | aitorferndz

Con un Teatro Vorterix repleto y una energía que rozó lo eléctrico, Lola Índigo aterrizó en Argentina este 2 de octubre con su Nave Dragón Tour y un mensaje claro. La artista española ya no es solo una voz del pop urbano, sino una narradora de mundos. Con un espectáculo dividido en tres actos —La Bruja, La Niña y El Dragón— ofreció más de veinte canciones en una noche que combinó baile, emoción y confesiones personales.

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Desde los primeros acordes de An1mal el recinto se vino abajo entre gritos y aplausos. La puesta en escena no dio tregua, con un cuerpo de bailarines que acompañó a la artista en una coreografía milimétrica y una visualidad que transformó la sala en una auténtica nave lista para despegar. Con El Tonto, Sin Autotune y La Santa, el arranque fue demoledor y dejó en evidencia la potencia del universo urbano de Lola Índigo.

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 Lola Índigo
Más de veinte canciones y tres actos convirtieron al Vorterix en la Nave Dragón de Lola Índigo.

En medio de esa euforia Lola no tardó en dirigirse al público con cercanía. “¡Buenas noches, Buenos Aires! Hemos llegado. Ya era hora de que el dragón viniera aquí, ¿no? Hemos crecido ya. ¿Cómo han estado? Ay, ustedes también están más grandes”. Sus palabras arrancaron risas y aplausos, confirmando el lazo íntimo que mantiene con sus fans argentinos.

El primer bloque cerró con Mi Coleta y Discoteka, dos de los himnos más bailados de su repertorio. El público saltaba y coreaba cada palabra mientras Lola jugaba con complicidad, lanzando guiños y saludos a las primeras filas. En un momento, se sorprendió al reconocer banderas y voces extranjeras. “Por ahí me dicen que vinieron desde Brasil, os amo. ¿Y España también? Están muy locos, os lo juro”, exclamó la artista, antes de dar paso al siguiente tramo del show.

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El segundo acto viajó a los orígenes de su carrera con guiños a Akelarre y La Niña. Canciones como Mujer Bruja, Maldición y Santería fueron recibidas como verdaderos clásicos. La intensidad siguió con Trendy, Casanova y MA Remix. Fue allí cuando la cantante pidió detener el ritmo del show para dedicar unos minutos a los agradecimientos.

En ese momento recordó a Lali, Tini y Nicki Nicole, pero se detuvo en una dedicatoria especial a María Becerra. “Hoy quiero aprovechar para darle las gracias, en especial a María porque ante la adversidad siempre se hace más grande, más fuerte, más artista” expresó, despertando la ovación más fuerte de la noche.

El público acompañó cada palabra con gritos y aplausos. No fue casual esa elección. Ambas compartieron junto a Tini el hit High en 2020, un tema que se convirtió en himno del pop urbano y marcó el inicio de una relación de respeto mutuo. “Ya sabéis que os quiero muchísimo, Argentina. Es lo mejor que me ha pasado en la vida. Yo soñaba con venir aquí desde que veía Rebelde Way y me habéis dado el mejor regalo de mi vida” agregó con la voz quebrada.

 Lola Índigo
En medio del show, Lola abrió su corazón y habló sobre la importancia de parar y cuidarse a uno mismo.

El tramo más íntimo llegó con La Niña de la Escuela y Memories. Allí Lola se abrió en una confesión que sorprendió a muchos. “Ha sido un año raro. He hecho lo más increíble de mi vida, cantar delante de 65.000 personas. Pero también me he perdido en el camino. Me he dejado de querer, me he dejado de cuidar. A veces nos exigimos demasiado y está bien parar si tienes el privilegio. Había gente que no quería que lo hiciera, pero los mandé a todos a tomar por el culo porque necesito agradecerme un poquito a mí misma de lo que he conseguido”.

El público respondió con un coro espontáneo de “Olé, olé, Lola” que la emocionó hasta las lágrimas durante la interpretación de Dragón. Fue uno de los momentos más intensos de la noche y confirmó que el espectáculo era también una catarsis compartida entre artista y seguidores.

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La recta final del segundo acto trajo canciones como Corazones Rotos, 1000 Cosas, High Remix y Perreito Pa Llorar, con las que Lola combinó sensualidad, fuerza y desahogo. Cada tema se convirtió en un puente directo hacia sus fans, que no dejaron de saltar y aplaudir.

El tramo final alcanzó su clímax con Mojaita y YNQN, donde el Vorterix se transformó en una pista de baile colectiva. La energía fue tan alta que el recinto parecía desbordar, con la artista flotando en cada movimiento junto a sus bailarines.

 Lola Índigo
Lola Índigo desplegó coreografías impactantes junto a su equipo de baile en el Vorterix.

El cierre quedó reservado para La Reina, en una versión extendida que unió emoción y épica. “Me da mucha felicidad volver a mis inicios, volver a los teatros para despedir esta gira. Gracias, sois lo más” dijo antes de dejar el escenario, envuelta en la ovación final.

Más allá del vínculo con el público argentino, la noche en el Vorterix fue también una síntesis de lo que representa Lola Índigo en la escena actual. Desde su debut en Fama Revolution y Operación Triunfo hasta la construcción de una identidad propia en el pop urbano, la artista consolidó un estilo donde la música, el baile y la narrativa visual son inseparables.

El Nave Dragón Tour llegó a Buenos Aires como parte de una gira internacional que ya pasó por España y Latinoamérica, y que marcó el inicio de una nueva etapa en su carrera con el lanzamiento de su cuarto disco.