A menos de un día de conocerse el fallo de la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal, que la liberó de toda responsabilidad en la causa conocida como Lavado II / PIMP SA, Aída Ayala rompió el silencio y relató cómo vivió los años que la mantuvieron bajo investigación judicial.
“Fueron siete años muy duros, que no se los deseo a nadie. Me afectó en la salud, en la familia, en la vida cotidiana. Pero nunca bajé los brazos, porque sabía que la verdad siempre sale a la luz”, expresó.
La exintendenta recordó que “desde el inicio fue una causa armada, sin pruebas reales”, y destacó que “Casación fue contundente al señalar que el proceso estuvo mal hecho y que no se acreditó ningún delito”. “Jamás me robé un peso —subrayó—, siempre trabajé con transparencia. Mi patrimonio más grande es la honestidad”.
“Una condena sin pruebas”
El fallo, firmado por los jueces Gustavo Hornos, Javier Carbajo y Diego Barroetaveña, revocó la sentencia del Tribunal Oral Federal de Resistencia dictada en mayo de 2024 y absolvió a Ayala junto a otros seis imputados. Según el texto, “no se acreditó un obrar delictivo” ni la existencia de maniobras de direccionamiento en contrataciones públicas.
Ayala cuestionó la forma en que se la investigó: “Se condena con presunciones, con relatos. Inventaron una historia que arruinó la vida de muchas personas, incluida la mía. Pero llegó la justicia y se demostró que no me llevé un centavo”.
La exfuncionaria sostuvo en declaraciones a Radio Libertad que el fallo “no solo repara el nombre de una persona, sino también la confianza de la gente que siempre creyó en mí”.
Sin planes políticos
Consultada sobre un posible regreso a la política, Ayala fue tajante: “No estoy pensando en candidaturas. Hoy quiero recuperar tiempo con mis hijas, mis nietos y mis amigos”. Contó que durante el proceso “hubo mucha soledad”: “Cuando te condenan injustamente, sos la lepra, nadie se te acerca. Pero el cariño de la gente en la calle me sostuvo. Eso es lo más grande que tengo”.
También habló sobre su proceso de recuperación: “Me refugié en la fe, en la familia, en nuevas actividades. Encontré en el teatro un lugar de contención, un espacio de libertad. Hay que reinventarse”.
La abogada Mongeló apuntó contra la jueza Niremperger
En el mismo programa, Olga Mongeló, defensora de Ayala, celebró la sentencia de Casación y volvió a cuestionar el rol de la jueza federal Zunilda Niremperger durante la instrucción: “Una jueza no puede intervenir si tiene vínculos de amistad con un imputado, el Código es claro. No lo digo yo, lo dice la ley. No se apartó y eso afectó la imparcialidad del proceso”.
Mongeló también explicó el eje técnico del contrato que dio origen a la causa: “Se trató del alquiler de 21 camiones y 100 contenedores para modernizar la recolección. Aída ejecutó solo el 14% del contrato, mientras que las gestiones posteriores lo continuaron. Si era delito, ¿por qué lo siguieron pagando?”.