Ya avanzado el mes de febrero de un año que a la mirada de todos los argentinos se inicia con el debate sobre el cumplimiento presencial o virtual de calendarios académicos, fijación de paritarias y dosis de vacunación, pocos son los que se atreven a informarnos en cómo volver a atravesar nuevamente tiempos de incertidumbre y a la luz de las noticias, de rebeldía frente a las normas.
Plataformas que ayudan a medir resultados, app de recetas y citas médicas, clases y cursos online que abarcan desde musculación y fitness, técnicas de reciclado de materiales y residuos domésticos, hasta la iniciación en el trading sobre cryptomedas, han inundado y asombrado por primera vez la rutina de varios.
Qué y cómo será la pospandemia
Palabras como zoom, teletrabajo, meet, classroom, Tik-Tok y tantas otras, se adueñaron por completo de las preciadas horas de nuestra agenda. Las casas se volvieron más tecnológicas y adaptadas al trabajo diario y el hogar cambió de ubicación: hoy se puede vivir fuera de una gran ciudad, trabajar igual y generar mismo valor.
Aumento de casos de desórdenes alimentarios, insomnio, adicciones, sedentarismo, denuncias por violencia de género, agresividad, pánico y licencias laborales por ataques de angustia, depresión y trastornos de ansiedad marcaron, por otro lado, un tiempo donde los actos privados de muchos poco a poco se iban desdibujando.
Congelamiento de precios de alquileres, I.F.E, prohibiciones de despidos, cierre de comercios, regímenes de permisos de circulación de todo tipo, obligaban sin horario hasta a los más rezagados a asesorar y proteger a una masa de emprendimientos que se iban apagando, al mismo tiempo que el comercio en línea crecía desmesuradamente.
En el campo del Derecho, y más específicamente los que nos aventuramos hace años en el ejercicio independiente del Derecho Privado, descubríamos semanal y paulatinamente el “miedo a la muerte” y un interés creciente sobre el “ orden de papeles” y los cuidados; es decir, confección de directivas anticipadas, iniciación de sucesiones y divorcios, particiones de herencias, disolución de sociedades, testamentos, donaciones y regímenes de actos de autoprotección de una persona; al mismo tiempo que el manejo de datos personales se volvía más complicado: estafas bancarias y ciberdelitos se apoderaban de las pantallas de televisión.
Las pantallas, ¿progenitoras de cretinos digitales?
Hace pocas semanas culminamos el 2020 con pañuelos celestes y verdes en el Congreso por la disputa por la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE); y aunque sorprende, también este año nos volvemos a separar los argentinos en la polémica sobre la vuelta o no de las clases presenciales en las diferentes jurisdicciones. Sin embargo, un único acontecimiento produjo la unidad de todas y todos: ese silencio y asombro que se apoderó de nosotros y de las calles porteñas la hora posterior de la muerte del más polémico ídolo del deporte argentino de todos los tiempos, Diego Maradona.
La educación nunca regresará igual. Las escuelas y Universidades se transforman en un esquema híbrido para siempre. Hace pocos días, The Economist publicaba que "… El mundo está viendo este año como un nuevo inicio: la gente replanteará sus metas personales, de trabajo, de salud, de dinero y espirituales” Varios interrogantes nos desafían a la luz de todo lo vivido. Los fundamentales: ¿Seremos más conscientes de nuestras debilidades? ¿Nos permitiremos la vulnerabilidad sin violar las normas impuestas por el Estado?¿Nos atreveremos a repensar y reevaluar los mecanismos de contención para autoridades, docentes y alumnos de todos los niveles de nuestro sector educativo? O estaremos destinados a la adivinanza largos meses…como nos lo adelantaban nuestros queridos Auténticos Decadentes años atrás en una de sus canciones más conocidas “… Y es que a cada nuevo intento/Ya ni yo me creo el cuento/De que vaya algo a cambiar /Y a así me entrego al baile sin pensar…”.
* Dra. Ana Laura Colaiacovo. Abogada (UBA) y Profesora en Cs Jurídicas (USAL) Coordinadora Académica de la Carrera de Abogacía en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES).