El arte, además de brindar un gran placer visual, también puede representar una gran oportunidad de inversión. En la Argentina, hay varios ejemplos que respaldan esta afirmación.
De hecho, en la actualidad los valores de las principales obras nacionales son increíblemente bajos debido a las dificultades económicas que vive el país. Pero, en el mediano plazo, esto mejorará y los precios de las obras alcanzarán las cotizaciones en dólares que tenían en décadas anteriores.
Los artistas más cotizados del país son Antonio Berni, Benito Quinquela Martín, Raquel Forner, Julio Le Parc, Guillermo Kuitca, León Ferrari, Luis Felipe Noé y Antonio Seguí, entre otros.
Arte argentino: buena opción para comprar barato
Sin embargo también hay otros artistas importantes que actualmente no son los más elegidos, pero sus obras pueden tener una gran revalorización en el futuro cercano.
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Si bien hay una innumerable cantidad de artistas destacadísimos, puede mencionarse a Juan Carlos Castagnino, Carlos Alonso y Guillermo Roux como exponentes que han hecho una obra fantástica. Son muy reconocidos aquí y en el exterior, y sin embargo sus cotizaciones son bajas en relación a la calidad de su obra.
Otro ejemplo es el de Juan Manuel Sánchez, un tremendo artista cuyos valores no condicen con la magnitud y calidad de sus trabajos.
Todos estos nombres, además de mostrar nuestra identidad nacional, se han comprometido con la realidad argentina: plasmaron la historia del país en sus trabajos.
Además, son una buena opción de inversión por su formación académica, la calidad de sus obras, los temas que tocan, sus técnicas impecables y una composición cuidada. Con una sensibilidad mayúscula, sus obras son dignas de estar en los museos más importantes del mundo.
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Sin embargo, increíblemente, mientras puede observarse artistas uruguayos, chilenos, colombianos, brasileros expuestos en museos importantes del exterior, es difícil que suceda lo mismo con los argentinos. Salvo excepciones, como la enorme Marta Minujin.
Arte argentino en alza
Más allá de que una obra pueda ser una buena inversión, lo que debe buscar el comprador es que dicha pieza se identifique con él. Una vez alcanzada la posibilidad de compra, es habitual que se deje llevar por la emoción y quiere una obra para disfrutar de ella a diario, gozarla y regocijarse con ella.
A diferencia de las inversiones frías, acá la sensibilidad y la emoción que genera la obra representan un valor importantísimo en la decisión de compra.
Pero está demostrado que cuando hay turbulencia económica y el país no ofrece seguridad hacia el futuro, aquella persona que cuenta con la posibilidad económica de hacer una compra prefiere estar resguardado en algún activo del que pueda desprenderse rápidamente.
Es decir, la incertidumbre económica y la compra de obras de arte son situaciones enfrentadas. En cambio, el inversor se abre a la experiencia de invertir y disfrutar al mismo tiempo en una economía estable.
Por eso, cuando la Argentina encuentre una mayor estabilidad, será inevitable que se produzca un repunte de esos valores en el corto o mediano plazo. Nuestro arte se verá revalorizado y nuestros artistas se posicionarán en el lugar que se merecen.
Esto permitirá que muchos hogares argentinos tengan la posibilidad de disfrutar una obra de arte que le va a mejorar la vida, que le va a cambiar su espacio y que también será un resguardo de valor.