OPINIóN
Efemérides 13 de abril

Besos ganados, besos robados

Merecidos, impensados, inocentes o trágicos, todas las épocas y las biografías tienen algún beso. Deseado la mayoría de las veces o tal vez apenas condescendiente, algunos de los más famosos, en el Día Internacional del beso.

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El beso. | Shutterstock cedoc twitter Wikipedia

Este 13 de abril es un día para celebrar porque todos hemos disfrutado de un beso, de cualquier beso: del tierno que recibimos de nuestra madre, de los furtivos que supimos robar al primer amor y de los apasionados, empujados por el deseo; y fuimos esclavos de nuestras hormonas.

En promedio pasamos 20.000 minutos de nuestra vida besándonos y, probablemente estos momentos estén entre los recuerdos más gratos que nos llevaremos de este mundo.

En el Día Internacional del Beso recordaremos algunos ósculos célebres en las artes. Y si de besos literarios vamos a hablar, ¿cómo olvidar a Romeo y Julieta en esa noche de amor entre el canto del ruiseñor y la alondra y el póstumo en la tumba sin retorno?

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El de El gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald, La tregua de Benedeti y también el beso de nuestra Rayuela, están entre los memorables.
Quizás el beso literario más esperado lo describió J. K Rowling cuando, después de 7 largos libros, los niños hechiceros ingresan a la pubertad con la misma ebullición erótica que los demás mortales.

Día internacional del beso: hay que besarse más

El más visto (y en su momento el más leído) fue el de Scarlett O'Hara en el libro de Margaret Mitchell Lo que el viento se llevó, convertido en una de las películas más taquilleras de la historia con un beso memorable entre Clark Gable y Vivien Leigh. 

Lo que  muchos no saben es que Gable tenía halitosis por lo que el beso, en la vida real, fue más profesional que apasionado...

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Lo que el viento se llevó. Con el beso memorable de Vivien Leigh y Clark Gable.

Besos ganados en el cine

El cine fue el mejor lugar para exponer este intercambio oral de fluidos, de hecho, una de las primeras películas de 1896 es sobre un beso.

¿Quién no derramó un lagrimón en la simple pero efectiva Love Story cuando Ali MacGraw y Ryan O'Neal se despiden para siempre? ¿Quién puede olvidar el beso entre Humphrey Bogart e Ingrid Bergman en la mítica Casablanca y ese “siempre nos quedará París”?

Aunque nos parezca una ridiculez, los besos eran censurados en Hollywood por el Código Hays. Bajo estas normas ningún ósculo podía durar más de tres segundos…

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El beso de Leonardo Di Caprio y Kate Winslet al son de Celine Dion en Titanic.

Julia Roberts fue partícipe de dos besos de antología, uno en Mujer bonita con Richard Gere, y el otro en Notting Hill junto a Hugh Grant.

Algunos  besos en la pantalla terminaron en casamiento en la vida real, como los de Paul Newman y Joanne Woodward (Un nuevo modo de amar), y el de Steve McQueen y Ali MacGraw (La huida).

En nuestro medio es imposible olvidar a La Mary y esa tórrida escena entre Susana Giménez y Carlos Monzón, que si bien no llegó al altar más que en el celuloide, fue un hito en la historia del cine nacional y en la vida de la diva y el boxeador.

Le pidió un último beso, pero era para matarla

Y para terminar, porque esto de usar el músculo orbicular del labio y los demás 34 músculos faciales para concretar este intercambio de fluidos orales puede ser eterno, seguimos con la moderna versión de Romeo y Julieta con Leonardo Di Caprio, quien también fue el actor principal en Titanic y participe de ese beso apasionado en la proa del transatlántico con Kate Winslet al son de Celine Dion.

Conocé los efectos que provoca el no besar

En la pantalla los hubo tiernos y apasionados, mefistofélicos como los de Drácula, homosexuales como los de Juegos Sexuales ...y desde aquí comenzamos nuestro viaje por los besos en la pintura con una obra de Toulouse Lautrec.

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El beso (1907) de Gustav Klimt, se exhibe en el Palacio Belvedera, Viena.

Au lit, de Toulouse  Lautrec, fue realizada en los años en los que se internaba en una casa de tolerancia para profundizar sobre la vida prostibularia. Este es un hallazgo de amor homosexual entre pupilas de un lupanar. 

La obra El beso de Gustav Klimt representa un abrazo erótico del artista con su amante Emilie Flöge envuelto en un manto dorado, convertida en una de las pinturas más caras de la historia.

Picasso también nos dejó un beso cubista y Marc Chagall lo reflejó en una obra llamada L'anniversaire, donde la pareja flota en el aire en posiciones inverosímiles.

Roy Lichtenstein nos regaló un beso con su habitual estética de comic mientras Banksy, ese iconoclasta desconocido, expuso este como una forma de protesta contra la represión. 

 

Beso en la música

Por último, ha quedado la música donde el beso es el protagonista de la melodía, aunque vale señalar que toda música es el marco ideal para un beso. De hecho los primeros besos, esos románticos y furtivos, de nuestros primeros amores suelen asociarse con una canción que la pareja evocará por años.

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John Lennon y Yoko Ono, un beso en posición fetal que recorrió el mundo.

Desde Carmen de Bizet a El beso de Smetana, la ópera es una sucesión de dramas e intrigas donde el beso tiene un papel protagónico, la culminación de una turbulenta historia como en Tosca (Puccini), el desenlace trágico de La traviata (Verdi), el sello de un amor eterno como el de Tristán e Isolda (Wagner) o el de uno que supera la muerte, como en Aida (Verdi) .

Cada época tuvo su canción de besos robados, forzados, inocentes o trágicos, llenos de deseo o apenas condescendientes. El beso se mueve al son de un Lieder de Schubert o de los Stones, cultiva ritmos tropicales, la melancolía del blues y la cadencia folklórica… porque el beso es universal, la eterna búsqueda del pecho materno.

También vale recordar que con un beso Judas entregó a Jesús.

¿Y por qué empezamos esta historia de besos? Porque el 13 de abril una pareja tailandesa que celebraba el día de San Valentín (en una fecha ajena a la nuestra) se trenzó en un prolongado accionar del orbicular y otros músculos faciales para romper un récord del libro Guinness. Este beso se extendió por más de 46 horas. No contentos, esta misma pareja (Ekachai y LaksanaTiranarat) superó su récord en 2013 llegando a las 58 horas, 35 minutos y 58 segundos. Besándose pasaron a la historia.
 

*Médico oftalmólogo, historiador