Es clave reflexionar sobre el papel que cada uno de nosotros desempeña en la protección de nuestro hábitat. El consumo responsable es un imperativo, pero también el aprovechamiento de todas las modalidades para reconvertir los residuos en recursos. La economía circular se presenta, así como una gran oportunidad y desafío para contribuir con el ambiente.
En el caso de los plásticos desde su inicio con el ecodiseño y luego con la cualidad de ser reciclables y reinsertados en el circuito de producción como recurso, luego de haber sido producto.
Ante tal posibilidad existente, es importante el desarrollo de iniciativas públicas y privadas para promover la valorización de todos los tipos de materiales presentes en los residuos, entre ellos los plásticos. En Europa hace años hay una ley de Envases o ley REP y diversas normativas que, con metas claras, están logrando objetivos de economía circular; y eso es algo en lo que trabajamos en Argentina para potenciar el ecodiseño, el reciclado y el contenido reciclado.
Además, la formación en todos sus niveles –desde la educación formal hasta las capacitaciones en diversos ámbitos de la sociedad– contribuye a que los consumidores separen los residuos para que encuentren su circularidad. La educación, sumada a campañas de concientización, facilitará que la sociedad consuma responsablemente los plásticos para que sean reutilizados, reciclados y recuperados.
En la industria podemos encontrar cada vez más productos de plástico reciclado, con calidad y ecodiseño. La industria recicladora creció seis veces desde 2003 y alcanzó un total de 343.000 toneladas de plástico en 2022 según el último Índice de reciclado. Esta expansión permite la disponibilidad de productos que también están sumando certificaciones:
Además, existen certificaciones presentes en marcas líderes que identifican productos reciclables monomateriales o garantizan la incorporación de plástico reciclado en productos, A ello se suma el reciclado avanzado que constituye una alternativa estratégica para la revalorización del plástico. Con estas nuevas tecnologías se complementa el método mecánico tradicional responsable de recuperar el material post consumo.
Estos sellos y ecoetiquetas que promueven el ecodiseño y el reciclado, identifican a los productos sustentables y contribuyen al medio ambiente, generan confianza con información veraz para el consumo. Esto se refleja en que el 53% de los argentinos compraría un producto si cuenta con una certificación ambiental.
Es prioritario que este paradigma circular de los plásticos se traduzca en acciones concretas para cumplir con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) y una agenda impulsada a nivel mundial. La clave se encuentra en convertir los residuos en nuevos recursos para iniciar nuevos ciclos productivos. Depende de nosotros: la comunidad, las marcas y los gobiernos deben ser conscientes de ello.
