OPINIóN
Análisis

Qué es lo que no podemos ver

Un individualismo rampante en los últimos años nos hace olvidar que somos eminentemente grupales. La mirada egoísta en un mundo que requiere cada vez de mayor unión.

 Natálie Šteyerová  Pixabay 20210624
Natálie Šteyerová / Pixabay | Natálie Šteyerová / Pixabay

Según los astrofísicos el Sol que nos ilumina tiene 5.500 millones de años y la Tierra que habitamos y que gira elípticamente a su alrededor unos 4.500 millones de años. Lucy, el elegante nombre que se le puso al esqueleto del quizás primer homínido hallado en su territorio de origen, el África Austral, se calcula que tiene, según los antropólogos unos 4 millones de años.

Qué hemos aprendido desde entonces y qué hemos olvidado.

Hemos aprendido muchas cosas en Ciencia y Tecnología, en Educación, Salud, y en diferentes artes y diferentes culturas.

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Sin embargo un individualismo rampante en los últimos años nos hace olvidar que como señalara el Maestro recientemente fallecido, Humberto Maturana somos eminentemente grupales, hemos crecido en familias y en grupos, hemos viajado y explorado en comunidades y pareciera que no nos queremos dar cuenta que es la Amistad la que aumenta la Potencia de los humanos como señalara en el siglo XVII Baruch Spinoza.

La Luz y las tinieblas

Pero quizás lo que no podemos ver como inquiere el Premio Nóbel de Literatura, Kazuo Ishiguro, es nuestra relación con nuestra madre, la Naturaleza Toda, de la que formamos parte y de la cual lo único que conocemos son sus cuerpos que nos rodean y nos habitan y sus leyes que vamos descubriendo trabajosamente debido a genios como Copérnico, Bruno, Galileo, Newton, Curie y Einstein.

Tampoco podemos ver con claridad, la desolación de la que habla Hannah Arendt, que se ha hecho patente en las sociedades latinoamericanas, comenzando con Chile en 2019, reclamando derechos que le han sido birlados por décadas, luego de la infame dictadura pinochetista y cuando la actual administración quiso aumentar treinta centavos el subte, las pancartas en la calle proclamaban: “no son treinta centavos, son treinta años”.

La respuesta del régimen piñerista no se hizo esperar, dejaron ciegos a muchos manifestantes, con una saña y premeditación alevosa, pero a las manifestaciones sólo las frenó la pandemia y convocados a una asamblea  constituyente, los chilenos eligieron por primera vez en su historia de libertad, que comienza con la gesta sanmartiniana, con paridad de género a mujeres jóvenes, representantes de pueblos originarios habitualmente relegados a un vínculo de desposesión de sus bienes y de su geografía y a representantes claros de un progresismo social, económico e igualitario.

No hay tiempos mejores o peores, son los tiempos que nos tocan vivir

Otro campo en disputa en los últimos tiempos han sido las ciudades más importantes colombianas, ante una muy regresiva suba de impuestos.

Y  en su momento dicha sociedad había votado, en muy bajo porcentaje, por no aceptar el compromiso sustentado por el entonces presidente Santos y muchos mandatarios latinoamericanos, con respecto a la posibilidad de la paz en el tan sufrido territorio colombiano, que tiene a la mitad de su población bajo la línea de pobreza. Con lo cual se demostró la vigencia de la frase de Spinoza, que ya en el siglo XVII, advertía que la paz no es la ausencia de guerra sino una virtud del alma. Pero no hay que olvidar nunca que la guerra es un gran negocio, en todo tiempo y lugar. Baste recordar el film “El señor de la guerra”, con Nicolás Cage. Negocio brillante para los narcotraficantes, paramilitares y residuos de la guerrilla, apoyados como sugería Bertolt Brecht por los dueños reales del poder,  detrás de ellos, que invariablemente están asumiendo la frase acuñada por nuestro inolvidable Arturo Jauretche, cuando advertía sobre el cruel significado de: ”Animémonos y vayan”.

También allí, las fuerzas de seguridad apoyadas insólitamente por la fuerza armadas del país bolivariano, se dedicaron a matar y cegar manifestantes a mansalva, a violar personas y a desaparecer otras, con la complicidad aberrante de  medios de comunicación que siguen apoyando a la declinante administración actual que cuenta con un apoyo tan exiguo a nivel popular, como la también menguante administración chilena.

La Argentina discute el pasado, pero el futuro ya llegó

Mientras tanto Brasil hace gala de la vigencia del realismo mágico latinoamericano. De no vacunar a casi nadie ha pasado a vacunar masivamente, mientras la gestión bolsonarista, homófoba, misógina, negadora del calentamiento global y de la pandemia, militarizadora de las favelas, con una fuerte caída en lo económico-social y acusada de delitos varios está frente a muchedumbres en las principales ciudades que la acusan de genocidio por su actitud negacionista, que llevó al país hermano a una crisis sanitaria sin precedentes y mientras tanto insólitamente su uniformada administración, decide albergar la Copa América de fútbol con la increíble posibilidad de público en sus estadios.

Para ampliar el cuadro, que asombraría al propio García Márquez, la moneda sigue en el aire en un Perú que ha triplicado las muertes por Covid publicadas, al revisarse las estadísticas y que estuvo ante una segunda vuelta electoral, de dos candidatos que en primera vuelta no superaron, sumando ambos, el 40% de los votos y que curiosamente enfrentó a una candidata neoliberal, hija de un mandatario escandaloso que purga sus delitos en la cárcel, apoyada increíblemente por su ex enemigo, el inefable escritor Vargas Llosa y su contrincante, un candidato que se dice comunista, siendo un maestro rural que termina volviéndose una verdadera incógnita a develar en el futuro, dado que asuma quien asuma , la moneda seguirá en el aire, por la total dispersión de los votos parlamentarios en la primera vuelta y por el increíble dato que de los anteriores mandatarios peruanos, el que no está muerto está preso.

Los 4 pilares para lograr salir de la pandemia

Concluyendo esta vista parcial en América Latina, es entonces necesario recordar al filósofo de la Democracia, Baruch Spinoza, dado que éste señaló ya en el Siglo XVII, que la misión del Estado es la Libertad y con respecto a la Igualdad, proclamó que la condición humana es Una.