OPINIóN
Columna de la UB

Inflación: no se necesitan recetas mágicas como la dolarización

Los contras son mayores a los pros y, si bien a corto plazo puede sonar muy tentador, la Argentina ya pasó por un proceso similar en los noventa, y ya sabemos cómo todo terminó: un país incendiado diez años más tarde.

Javier Milei
El diputado nacional por La Libertad Avanza, Javier Milei | NA

Siempre que hay una inflación elevada en nuestro país comienzan a sonar los tambores de una dolarización de la economía. Hoy es ese momento y, a continuación, veremos los pros y los contras de eliminar nuestra moneda nacional.

Hace tiempo que se viene hablando de que nuestro país necesita de reformas macroeconómicas y estructurales para empezar a crecer y a desarrollarse sostenidamente. La dolarización lo exige si quiere ser exitosa.

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La inflación pasaría a ser importada, en vez de generarla endógenamente, con lo cual se “resolvería” este flagelo que no hace más que empobrecer a los argentinos.

Se solucionaría también el problema de la falta de independencia del Banco Central respecto de las necesidades de financiar al Tesoro.

Sin embargo, nuestro país tiene muy pocos negocios correlacionados con los Estados Unidos. De hecho, las exportaciones hacia el país del norte están por debajo del 10% del total de ventas al exterior.

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La adopción del dólar como moneda nacional implicaría, además, una apreciación del tipo de cambio respecto de nuestros socios comerciales de América Latina.

La política monetaria quedaría muy acotada, al perder el BCRA el poder del señoreaje, y lo peor de todo es que una dolarización tampoco evitaría futuros déficits fiscales.

Por último, el BCRA quedaría limitado en actuar como prestamista de última instancia.

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En fin, como se puede apreciar, los contras son mayores a los pros y, si bien a corto plazo puede sonar muy tentador, la Argentina ya pasó por un proceso similar en los noventas, y ya sabemos cómo todo terminó: un país incendiado diez años más tarde. Es decir, la convertibilidad no nos transformó en Suiza.

La Argentina no necesita recetas mágicas ni tampoco entregar soberanía. Sólo hay que eliminar el déficit fiscal para resolver el problema de la inflación. Ya se hizo en el pasado y, posiblemente, se haga en el futuro con nuestra moneda nacional.

 

* Germán Fuentes. Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Belgrano.