OPINIóN
Elecciones 2021

Cambios en el gabinete: ¿fractura o sometimiento?

Lo más trascendental no estuvo en la incorporación de nuevas figuras, sino en las salidas de Santiago Cafiero y Juan Pablo Biondi. Cristina Kirchner desarmó el triángulo de confianza que, ella entendía, conspiraba contra los intereses del Presidente, y por ende, de la Nación.

Alberto Fernández 20210920
Alberto Fernández | Cedoc Perfil

El cambio de gabinete llega con un asterisco al pie de página: Martín Guzmán, Matías Kulfas y Claudio Moroni, los ministros de Economía, Producción y Trabajo, respectivamente, tienen la suerte atada a noviembre. Serán ellos los próximos en despedirse del Gobierno en caso de que se produzca una nueva derrota electoral.

Cristina Fernández de Kirchner apretó hasta el final. Lo único que nos sorprende a quienes trabajamos en el campo de la Política, no son los modos, los aprietes ni los condicionamientos, sino que todo el affaire se haya vuelto público.

Fue la Vicepresidenta, quien conoce como nadie la arena en la que libra sus batallas, quien decidió exponer públicamente al Presidente, obligarlo a hacer los cambios, y arrinconarlo hasta dejarle dos alternativas: fractura total o sometimiento.

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Alberto Fernández se prepara para tomar la jura a sus nuevos ministros

El golpe político, canalizado por los medios, que inició el ministro del Interior Wado de Pedro, y al que se plegaron varios funcionarios que responden a Cristina, terminó el viernes a última hora, con la confirmación de un nuevo equipo ministerial de emergencia.

La pregunta, luego de los cambios en el Gabinete, es obvia: ¿Cristina Kirchner quería reimpulsar el gabinete o sangre? Y no de cualquier grupo y factor, sino sangre del entorno presidencial. Porque si bien Frederic, Salvarezza, Trotta, Basterra, Solá, etc, mostraron poco y nada en materia de gestión, y en algunos casos hasta fueron combustible frente a las hipótesis de conflicto, tampoco tuvieron un rol determinante para que el Gobierno sufriera una derrota estrepitosa como la del domingo pasado.

¿Estos son, en palabras de Cristina Kirchner, “los funcionarios que no funcionan”? Pareciera ser que no, y que esto obedece a una estrategia de conciliación por parte del Presidente de la Nación, quien entiende que con estas nuevas incorporaciones puede dar alguna señal de renovación, pero que entiende que los cambios drásticos los deberá hacer en noviembre, si vuelven a perder las elecciones (¿y la presidencia de la Cámara de Diputados?).

Allí está puesta la mirada, en el equipo económico del Frente de Todos. En Guzmán, Kulfas y Moroni.

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Lo más trascendental no estuvo en la incorporación de nuevas figuras, sino en las salidas de Santiago Cafiero y Juan Pablo Biondi. Cristina Kirchner desarmó el triángulo de confianza que, ella entendía, conspiraba contra los intereses del Presidente, y por ende, de la Nación.

Con la publicación de su carta llevó tanta presión a Olivos, que logró su cometido: vació a Alberto Fernández de política y, le quitó poder de daño frente a los medios de comunicación. Comunicación y política. Política y comunicación: CFK descompuso la narrativa presidencial con una carta pública. Dos funcionarios que, a su juicio, tampoco funcionaban, pero que sí tenían una ascendencia estratégica sobre Fernández, Alberto.

Al desguace político - comunicacional le resta esperar el tercer, y más importante, elemento: la economía. En una Argentina sumida en la pobreza, en la inflación y con pérdida de empleo por goteo, es esperable que luego de noviembre, si se confirma la derrota electoral, Cristina Kirchner vuelva a la carga para terminar de quitarle el comando a Alberto Fernández. Y esto ocurrirá con el tercero en discordia, quien está pero no dice; que hace pero sin dejar su firma, que es Sergio Massa.

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Hacia el final, Alberto Fernández. Abollado por los impactos, debilitado por su propia inacción y por la virulencia en las declaraciones de su Vicepresidenta. Al riguroso examen que le espera en noviembre, se le agrega un factor determinante, y es la fractura en el frente de gobierno. Si era difícil levantar la cabeza estando juntos, mucho más complejo será la toma de decisiones cuando la grieta vive adentro del Frente de Todos.

Fractura o sometimiento, decíamos al inicio de la columna. Alberto Fernández camina por la cornisa y Cristina Kirchner descarga su poder hacia adentro, jugando a deslindarse de responsabilidades por la calamitosa situación.

 

Por José Ferrentino

Consultor en Comunicación Política - Percipi Consultora

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